Los pozos han secado los "ojos" del Guadiana, cuya longitud se ha reducido en 182 kil¨®metros
El nacimiento del r¨ªo se ha desplazado de las lagunas de Ruidera a las Tablas de Daimiel
El nacimiento del Guadiana ha quedado mal descrito en los libros de texto. Ya no est¨¢ en las lagunas de Ruidera. Los dos acu¨ªferos que nutr¨ªan su nacimiento han roto la secuencia h¨ªdrica del r¨ªo, que ahora brota m¨¢s abajo de las Tablas de Daimiel. Los ojos -surgencias de agua-, sus famosos ojos visibles en otros tiempos desde la carretera N-420, est¨¢n cegados. Desde 1980, las sequ¨ªas y la sobreexplotaci¨®n de pozos ilegales han partido en dos el antiguo Guadiana.
La longitud del cauce se ha reducido en 182 kil¨®metros en la cabecera. Ahora deber¨ªa denominarse r¨ªo Cig¨¹ela o Jig¨¹ela -como dir¨ªan los puristas del castellano-, un afluente que en estos momentos de bonanza climatol¨®gica ayuda al Guadiana a recuperar a contracorriente tramos del cauce perdido, gracias a la presa de Puente Navarro (al sur de las Tablas de Daimiel), la misma que mantiene encharcado artificialmente el Parque Nacional.Del escenario manchego donde Cervantes situaba las andanzas de don Quijote quedan poco. Los aires reformistas de la Ilustraci¨®n que Carlos III expandi¨® por todo el pa¨ªs descubrieron en la singularidad del subir y bajar de las aguas del Guadiana un buen recurso para arrancar de la miseria a sus habitantes.
Juan Almagro Costa, de 51 a?os, nueve de ellos al frente de la Comisar¨ªa de Aguas de la cuenca oriental del Guadiana, lo tiene muy estudiado. Sit¨²a en un informe del arquitecto del Museo del Prado Juan de Villanueva el origen remoto de la p¨¦rdida de los ojos del Guadiana. ?Las filtraciones y los manantiales llamados ojos aseguran un abundante caudal que, bien manejado, puede dar utilidades inmensas?, dec¨ªa en un proyecto de 1871 redactado para la Orden de San Juan de Jerusal¨¦n, titular de esas tierras en v¨ªsperas de la desamortizaci¨®n.
Esta afirmaci¨®n es la que ha tra¨ªdo la ruina del Guadiana, seg¨²n Almagro. Apasionado de bucear en la historia en b¨²squeda de sus arcanos, este ingeniero-comisario venido a La Mancha desde Murcia est¨¢ convencido de que aquella ilusi¨®n de Villanueva se ha transmitido de generaci¨®n en generaci¨®n durante dos siglos, hasta que ha chocado con la realidad.
En el ejercicio de sus tareas profesionales, le han disparado en dos ocasiones, y el pasado d¨ªa 16, sin ir m¨¢s lejos, 3.000 labradores manchegos asaltaron la sede de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana en Ciudad Real, donde tiene su oficina.
Con ¨®rdenes judiciales en la mano o acompa?ado de la Guardia Civil, Almagro ha recorrido los campos de Montiel y Daimiel sellando pozos ilegales, tomando nota de cu¨¢les exist¨ªan antes de la Ley de Aguas (1985) y cu¨¢les se han abierto con nocturnidad y vulnerando la legalidad. El acu¨ªfero que da vida al Guadiana en su nacimiento se ha declarado sobreexplotado, y las extracciones, limitadas. La decisi¨®n tard¨® en adoptarse (1987 y 1989) y, de no haberlo hecho, la sequ¨ªa de 1995 hubiera convertido a La Mancha en un desierto.
El recorrido de estas tierras en compa?¨ªa de Almagro es como asistir a una representaci¨®n dram¨¢tica en un corral de la ciudad del mismo nombre. Las extracciones han provocado un descenso del nivel fre¨¢tico de los acu¨ªferos del Campo de Montiel y La Mancha occidental por debajo del cauce del Guadiana en sus primeros 182 kil¨®metros hasta las Tablas, con lo que se ha quebrado el cauce original.
Un mill¨®n de pesetas
Almagro ha inventariado unos 17.000 pozos de los 40.000 existentes. Y, desde 1988, otros 7.000, abiertos ilegalmente, pretenden legitimarse. ?Para qu¨¦? La diferencia entre tener reconocido o no un pozo supone un mill¨®n de pesetas para los agricultores, aseguran los responsables de la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadiana. Ese incremento de la renta agraria por el mero hecho de tener un papel acredita el acceso a subvenciones por una doble v¨ªa, la que se otorga a los regad¨ªos y las ayudas por p¨¦rdida de renta si se abandonan.Florencio Rodr¨ªguez, presidente del sindicato agrario ASAJA de Bola?os (Ciudad Real), argumenta que la finalizaci¨®n, el 31 de diciembre de 1988, del plazo para inscribir los pozos en el registro pas¨® inadvertida para muchos afiliados.
Aunque Rodr¨ªguez no descarta que haya compa?eros que se hacen los tontos para apuntarse a las subvenciones fuera de plazo, reclama el mismo derecho que otros agricultores de Espa?a a las ayudas comunitarias. Si desde Carlos III, y m¨¢s tarde Franco o los Gobiernos de la UCD, favorecieron la deforestaci¨®n del Campo de Montiel y la desecaci¨®n de las Tablas de Daimiel, Rodr¨ªguez asegura que ellos no tienen la culpa de que ahora se les obligue a cerrar los pozos porque, de tanto bombear, han dejado de manar agua y cegado irreversiblemente los ojos del Guadiana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.