Subvenciones
La pol¨ªtica de subvenciones p¨²blicas es muchas veces discutible y a menudo, adem¨¢s de injusta, resulta in¨²til. En ocasiones, lo que la Administraci¨®n hace en realidad al otorgar estas ayudas es premiar aventuras empresariales condenadas al fracaso, lo que objetivamente supone un agravio comparativo -cuando no competencia desleal- para todas aquellas empresas que se bastan por s¨ª solas para triunfar. El mantenimiento de los puestos de trabajo suele ser una de las razones para justificar la concesi¨®n de estas ayudas p¨²blicas. Otras veces lo que se subvenciona es una determinada actividad que, siendo socialmente necesaria, no es rentable econ¨®micamente. En ocasiones estas pol¨ªticas resultan un fiasco, aunque no por ello se producen dimisiones, quiz¨¢ porque las responsabilidades se diluyen en el t¨²nel del tiempo y los dirigentes que concedieron esas ayudas han pasado a mejor vida. Aun as¨ª, en esos casos no estar¨ªa de m¨¢s que alguien explicara qu¨¦ ha pasado con nuestro dinero. El caso de Air Nostrum es uno de los fiascos de esa pol¨ªtica de subvenciones que la Administraci¨®n tendr¨ªa que explicar. Miles de millones de pesetas procedentes de las arcas p¨²blicas, Premios Nova y otros parabienes a la compa?¨ªa valenciana de bandera no han sido suficientes para mejorar nuestras comunicaciones a¨¦reas. Incluso han empeorado. Las quejas de los usuarios por el deterioro del servicio son constantes y as¨ª la publicidad institucional pintada en las aeronaves de la compa?¨ªa es de dudosa rentabilidad. Una empresa privada est¨¢ en su derecho de cancelar un servicio si no ha vendido todos los billetes. Pero si se trata de una compa?¨ªa que recibe suculentas ayudas p¨²blicas, entre otras cosas para mantener l¨ªneas que en teor¨ªa no son rentables, es otra cuesti¨®n. Sobre todo si, adem¨¢s, esa pr¨¢ctica vejatoria para con los usuarios se convierte en habitual en trayectos para los que no existe la alternativa del coche o el tren, como pasa con Baleares. ?A qu¨¦ espera la Administraci¨®n para salir en defensa de sus intereses, que -no se olvide- son los de todos los ciudadanos?
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