Incredulidad entre la opini¨®n p¨²blica
No puede ser que algo tan terrible nos haya ocurrido precisamente a nosotros. ?sta es la idea que, una y otra vez, expresada en distintas formas, se repite en las cadenas de televisi¨®n que informan exhaustivamente sobre el accidente desde el escenario de la cat¨¢strofe. Supervivientes, testigos, periodistas, miembros de los equipos de salvamento y de apoyo moral a las familias de las v¨ªctimas repiten esta idea, como si una cat¨¢strofe fuera algo incompatible con un pueblo tan organizado y tan consciente de los riesgos como el alem¨¢n.Visto desde Alemania, el horror de cuerpos aplastados y mutilados, de miembros humanos dispersos y ni?os ensangrentados forma parte de un paisaje lejano y ex¨®tico, de un escenario que puede ser Afganist¨¢n, India o Chechenia, pero no de un suceso que deba ser aceptado como parte de la vida de un pa¨ªs que se jacta de preverlo todo, de evitar al m¨¢ximo los riesgos hasta el punto de creer que goza de una protecci¨®n infalible contra el destino.
Las cadenas de televisi¨®n ahorran al p¨²blico las im¨¢genes m¨¢s siniestras, las que son familiares para todo corresponsal de guerra o periodista que se haya desplazado a siniestros de gran envergadura. Los cad¨¢veres aparecen en pantalla envueltos en sus mortajas, y el tama?o de ¨¦stas indican si se trata de ni?os o adultos. Entre el accidente y el p¨²blico hay un velo de pudor y en el escenario de la tragedia numerosos psic¨®logos, sacerdotes, especialistas en consuelos espirituales de todo tipo, que tratan de explicar a los consternados parientes y supervivientes que el c¨¢lculo fatal de probabilidades tambi¨¦n afecta a las maravillas de la tecnolog¨ªa.
En Alemania, a diferencia de Afganist¨¢n o Chechenia, los traumas psicol¨®gicos se toman en serio y, por eso, las cadenas de televisi¨®n comentaban ayer la terrible carga moral que deber¨¢ afrontar, tanto si es culpable como si no, el maquinista del tren, que result¨® ileso. Para ilustrarlo, un maquinista de otro tren accidentado anteriormente relataba c¨®mo tuvo que someterse a una terapia de grupo y c¨®mo se vio obligado a cambiar de profesi¨®n.
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