La consideraci¨®n social de la ciencia

He le¨ªdo la carta de ?scar Belda (EL PA?S, 25 de mayo) indicando su pesar por la baja asistencia al acto de doctorado honoris causa del profesor K. C. Nicolau -el hombre que ha sintetizado por primera vez el Taxol y otras mol¨¦culas de gran inter¨¦s- en la Universidad de Alcal¨¢. Es verdad que ¨¦sta es una de las ocasiones en que es posible escuchar y ver a investigadores de primera l¨ªnea mundial, pero, aunque la Universidad -el rectorado, as¨ª como el decanato de Ciencias- se ha desga?itado enviando invitaciones a otras universidades, entidades de la Administraci¨®n, CSIC, investigadores se?alados del ¨¢rea, empresas e incluso a profesores y alumnos de la propia Universidad, finalmente la asistencia a este tipo de actos es menguada, lo que nos invita a reflexi¨®n sobre la consideraci¨®n que tiene la ciencia en nuestro pa¨ªs. Empezando, por cierto, por los medios de comunicaci¨®n, que, aparte de los locales, o faltaron o, como su peri¨®dico, enviaron a un periodista, pero no han publicado la noticia.La baja consideraci¨®n social de la ciencia en nuestro pa¨ªs sigue siendo un problema que grava en ¨²ltimo t¨¦rmino a nuestra econom¨ªa. El hecho de que la venida de un cient¨ªfico de gran relevancia no despierte inter¨¦s en nuestra sociedad es algo que tenemos que cambiar entre todos, a sabiendas de que es un ¨ªndice de atraso cultural. A ello tenemos que contribuir todos, unos -los investigadores- haciendo buena ciencia, pero otros -como los medios de comunicaci¨®n-, ayudando a difundirla.-