Asesinatos de firma desconocida
El Pa¨ªs Vasco, al margen del terrorismo, registra un ¨ªndice de criminalidad inferior al del resto de Espa?a. Los datos m¨¢s recientes, de 1996, lo confirman. En Euskadi se cometen 55,4 delitos por cada mil habitantes frente a los 73,69 de la media nacional. Sin embargo, en los primeros cinco meses de este a?o ya se han producido cuatro homicidios. El a?o pasado fueron 11. La mayor¨ªa de los asesinatos, entre un 70% y un 80%, se aclaran. Tras los cr¨ªmenes sin resolver suelen estar el desconocimiento del m¨®vil, la falta de pruebas, dificultades judiciales y, principalmente, una inspecci¨®n ocular incorrecta en el lugar de los hechos. En la ¨²ltima d¨¦cada, una veintena de asesinatos ha quedado impune en el Pa¨ªs Vasco, la mitad, en Vizcaya. Del cuello de Luc¨ªa pende una cadena de oro con dos letras grabadas, L. T: las iniciales de su ¨²nica hija, Leticia Temi?o, violada y asesinada el 7 de enero de 1995. Ten¨ªa 18 a?os y viv¨ªa en Portugalete. Su cad¨¢ver fue hallado en un descampado, en la localidad c¨¢ntabra de Pontarr¨®n de Guriezo. Estaba desnuda y s¨®lo llevaba unos calcetines de lana, una pulsera de plata y la medalla de oro que su madre luce desde aquella fecha aciaga. "Han pasado tres a?os y no sabemos nada de lo que pas¨® aquella noche de Reyes en que desapareci¨® mi hija. Nunca ha habido detenciones, pero la investigaci¨®n sigue abierta y, mientras as¨ª sea, tenemos esperanzas". Luc¨ªa y su marido, Jos¨¦ Mar¨ªa, est¨¢n convencidos de que el motivo fundamental de la ausencia de indicios es "lo mal que se hizo" la inspecci¨®n ocular. La autopsia revel¨® que la joven hab¨ªa recibido una brutal paliza antes de ser estrangulada. Sin embargo, no se encontr¨® huella alguna que permitiera avanzar a la investigaci¨®n. "La Justicia necesita tener un hilo del que tirar y en el caso de mi hija se rompi¨® demasiado pronto. Tras la Ertzaintza, la Guardia Civil se encarg¨® de la investigaci¨®n; no culpamos a nadie, pero estamos seguros de que las cosas no se hicieron bien desde el principio. La ¨²nica pista que ha habido es la que aport¨® un vecino de Portugalete, que dijo haber visto a Leticia con un chico moreno. La cooperaci¨®n de la gente ha sido m¨ªnima, m¨¢s bien nula", se queja Luc¨ªa. Ella y su marido no pierden la esperanza. Han ofrecido una recompensa de 15 millones de pesetas a quien d¨¦ una pista fiable. Un bregado y algo hastiado comisario del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa confirma: "No existe el crimen perfecto, sino la investigaci¨®n mal hecha. Lo fundamental es la inspecci¨®n ocular y demasiado a menudo no se hace como es debido. Tambi¨¦n es muy importante conocer las motivaciones. Como en la serie televisiva Colombo hay que fijarse en el m¨ªnimo detalle, ser machac¨®n. Ah¨ª est¨¢ la clave". Pese a los errores y dificultades, este experto en homicidios asevera que "por cada caso no resuelto, hay entre un 70% y un 80% de ¨¦xitos". En la ¨²ltima d¨¦cada, ha quedado sin resolver m¨¢s de una decena de homicidios s¨®lo en Vizcaya. Francisco Javier Ruiz Ocejo, de 51 a?os, es la ¨²ltima persona asesinada en Bilbao. Su cuerpo fue hallado sin vida en la madrugada del pasado 2 de marzo en el parque de Do?a Casilda. Le hab¨ªan asestado una pu?alada mortal en la espalda. ?Qui¨¦n? De momento, se desconoce incluso el m¨®vil. Crimen pasional, atraco... son hip¨®tesis que baraja la Ertzaintza. El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 1 de Bilbao investiga los hechos. Mar¨ªa Jes¨²s, la novia de Miguel ?ngel Pel¨¢ez Ortiz de Guinea, quiere rotular en rojo el nombre de quien le seccion¨® mortalmente el cuello y despu¨¦s le arroj¨® boca abajo junto a las v¨ªas del tren en Basurto. Fue el 26 de junio del pasado a?o. La v¨ªctima, en la treintena, recibi¨® siete pu?aladas adem¨¢s del tajo letal que le atraves¨® el cuello. Miguel ?ngel se ganaba la vida en una empresa de reparto. "Ten¨ªa una novia, pero conoci¨® a otra chica que trabajaba en una pizzer¨ªa y sal¨ªa con las dos. Esta ¨²ltima ten¨ªa un novio formal y un d¨ªa le dijo que iba a dejarle por Miguel ?ngel. A los dos d¨ªas, Miguel ?ngel apareci¨® degollado", recuerda un agente policial que conoce los hechos. El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 2 de Bilbao abri¨® las diligencias previas 2248/97. A la busca del m¨®vil El asesinato de Nestor Sebasti¨¢n G¨¢ndara tambi¨¦n permanece impune. En medios de la investigaci¨®n se cree que pudo ser un ajuste de cuentas. El 26 de junio de 1996, un testigo vio a la v¨ªctima con tres hombres en el monte Pagasarri, en Bilbao. Se lleg¨® a pinchar el tel¨¦fono de un sospechoso, pero "no se consigui¨® nada". El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 7 de Bilbao investiga el caso de este joven que ten¨ªa 24 a?os. Unos d¨ªas antes, el 15 de junio de 1996, el cad¨¢ver de Jos¨¦ Manuel Jaime Oraa, un empresario de Getxo dedicado a negocios inmobiliarios, fue descubierto en Erandio dentro de su veh¨ªculo. Le pegaron dos tiros con una escopeta de ca?ones recortados. Ya entonces, la Ertzaintza reconoci¨® que dispon¨ªa de "muy pocas pistas para esclarecer las causas del crimen". El juzgado de instrucci¨®n n¨²mero 5 no ha logrado saber qu¨¦ pas¨® aquella ma?ana. Fuentes de la Unidad de Investigaci¨®n Criminal de la Ertzaintza aseguran que conocer el m¨®vil es esencial para avanzar en las pesquisas. Tambi¨¦n para ellos la inspecci¨®n ocular es el pilar de la investigaci¨®n y para ello disponen de un laboratorio m¨®vil. Pero a pesar de los avances en investigaci¨®n policial, en ocho a?os nada se ha podido averiguar del doble asesinato ocurrido en Galdakao el 15 de abril de 1990. La Ertzaintza ha llegado a barajar m¨¢s de 20 hip¨®tesis. Pero el desconocimiento del m¨®vil que llev¨® a al menos tres personas a matarles es el principal obst¨¢culo de este caso abierto. Joseba Ziliaurren, de 25 a?os, e Idoia Ortuondo, de 23, salieron de sus casa un viernes por la tarde. Una patrulla policial los hall¨® cosidos a pu?aladas dos d¨ªas despu¨¦s en un monte. El joven trabajaba en la plataforma de gas de Bermeo. Era "una buena persona, sin enemigos", seg¨²n dijeron entonces sus conocidos. Los asesinos le seccionaron el cuello, le ataron las manos a la espalda y luego echaron tierra sobre ¨¦l. A su novia le asestaron varias pu?aladas, antes de ocultarla bajo helechos. La autopsia no revel¨® se?ales de lucha. En medios de la investigaci¨®n siempre se ha sospechado que la pareja conoc¨ªa a sus verdugos. "No se pudo determinar los elementos objetivos. Se supo que cerca del lugar se escond¨ªa droga y que al faltar cierta cantidad los asesinos pudieron echar la culpa a la pareja. Tambi¨¦n se baraj¨® la idea de que el chico pudo ver algo desde la plataforma donde trabajaba, pero todo ha quedado en agua de borrajas", reconocen en la Ertzaintza.El listado policial y judicial de homicidios pendientes incluye nombres escondidos en la memoria. El cad¨¢ver de una prostituta, Yolanda R¨ªos, fue encontrado con un golpe en la cabeza el 18 de marzo de 1990 en la calle Isleta de Uribitarte, en Bilbao. Pudo ser un accidente, o quiz¨¢ un cliente. "Habr¨ªa que haber investigado todos los hombres con los que estuvo aquel d¨ªa, pero no se hizo", recuerda un polic¨ªa que conoci¨® el caso. El juzgado n¨²mero 6 de Bilbao mantiene abierta la instrucci¨®n por la muerte de Jos¨¦ Luis Gumero Elejalde, de 33 a?os, acaecida el 31 de enero de 1993, en el bar que pose¨ªa en la calle Hernani de Bilbao. Le hab¨ªan clavado un destornillador en el cuello. "A nadie se le ocurri¨® coger las huellas del destornillador", dice esc¨¦ptico un jefe policial. Y la inc¨®gnita tampoco se ha despejado sobre las muertes de Mar¨ªa Pilar Spreter, el 7 de diciembre de 1996; ni sobre la de Pablo Gonz¨¢lez Garc¨ªa, cuyo cuerpo fue hallado calcinado, hace ya casi 10 a?os en El Regato. Tampoco se sabe si la muerte de Jon Boada, en 1989, fue un accidente, como se sospech¨®, al dispararse una escopeta de aire comprimido. "Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa conozcamos los rostros de los asesinos. Pero siempre habr¨¢ cr¨ªmenes sin resolver, aunque sean los menos", dice el mismo responsable. Huella confusa En Guip¨²zcoa, la huella de una zapatilla de deporte era la ¨²nica pista para descubrir al asesino de Gloria Arellano Mateo, viuda de 69 a?os, encontrada apu?alada el 4 de julio de 1995 en su domicilio de Renter¨ªa. Su nieto fue juzgado y condenado por homicidio. El joven recurri¨® y la Audiencia Provincial le absolvi¨® en 1997, al tiempo que critic¨® la investigaci¨®n policial por no haber tenido en cuenta que las zapatillas de deporte no dejan una huella n¨ªtida y que, adem¨¢s, el hombre que conviv¨ªa con la madre calzaba el mismo n¨²mero. Al menos media docena de asesinatos cometidos en Guip¨²zcoa en los ¨²ltimos a?os siguen sin resolver, unos por falta de pruebas y otros archivados de modo provisional a la espera de que alg¨²n elemento que haga avanzar la investigaci¨®n. El 11 de febrero de 1995 Rosa Mar¨ªa O?eka apareci¨® muerta a cuchilladas en un piso de Ir¨²n. Las pruebas se?alaban a C¨¢ndido Desiderio como autor del crimen. Pese a las altas penas de c¨¢rcel reclamadas, el procesado qued¨® en libertad por falta de pruebas. Los padres de Ana Isabel Merino D¨¢vila viven con la esperanza de que alg¨²n d¨ªa se encuentre a la persona que, en la madrugada del 11 de agosto de 1992, decidi¨® matarla raj¨¢ndole cuello. La joven, de 21 a?os, iba al trabajo. Nunca lleg¨® porque qued¨® tirada en el asfalto. El caso est¨¢ archivado provisionalmente por falta de pruebas. En la investigaci¨®n se se?al¨® al famoso violador del ascensor, Pedro Luis Gallego, condenado a cientos de a?os de c¨¢rcel por haber forzado a numerosas j¨®venes en otros puntos de Espa?a, pero se descart¨® su autor¨ªa. En junio de 1997, fue un jurado popular el que decidi¨® que Josu Endika Iriondo, Roberto Fern¨¢ndez y su hijo I?aki no eran los culpables de la muerte a hachazos del mendigo Hilario Fraile, ocurrida en ?ibar en 1995. Otro de los sucesos que contin¨²a sin esclarecer, y en cuya investigaci¨®n participaron agentes de la Ertzaintza y del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa es la desaparici¨®n y posterior hallazgo del cad¨¢ver del empresario donostiarra Juan S¨¢ez Rubio, de 42 a?os. El 29 de setiembre de 1994 viaj¨® a Zaragoza por cuestiones de trabajo y no se supo nada de ¨¦l hasta que su cuerpo apareci¨® flotando, nueve d¨ªas despu¨¦s, en las aguas de una presa del r¨ªo Ebro. El sumario est¨¢ archivado provisionalmente por falta de pruebas. En Vitoria, la polic¨ªa no da abasto en los ¨²ltimos meses. Dos cr¨ªmenes sangrientos, el de un anticuario y el de una profesora de ingl¨¦s, le han devuelto a las estad¨ªsticas de la cr¨®nica negra. La escena que la esposa de ?ngel Quintana y agentes de la Ertzaintza hallaron en la tienda de antig¨¹edades de ¨¦ste en la madrugada del 29 de enero era digna de una novela de Agatha Christie. Le hab¨ªan golpeado con un objeto contundente en la cabeza. Unos d¨ªas despu¨¦s fue detenido un sospechoso, Juan Carlos J.G., en Ar¨¦valo (?vila). Ha estado m¨¢s de tres meses en prisi¨®n y la juez instructora le ha acusado de homicidio y robo. El descuartizador de Vitoria La profesora Esther Areitio es la ¨²ltima v¨ªctima de un crimen abierto. El 7 de mayo su cad¨¢ver descuartizado fue hallado en varias bolsas de basura cerca de su domicilio, donde esta viuda viv¨ªa sola. Las pesquisas han determinado que una o varias personas extrajeron esa misma noche dinero de dos cajeros autom¨¢ticos con la tarjeta de la v¨ªctima, pero s¨®lo hay un retrato robot del posible sospechoso. Uno de los cr¨ªmenes que mayor conmoci¨®n ha causado en ?lava en la ¨²ltima d¨¦cada es el asesinato de la esposa del entonces alto cargo de Osakidetza ?ngel Loma Osorio. Luisa Rinc¨®n, enfermera de 37 a?os, fue hallada muerta el 18 de junio de 1990 junto a un camino, a 15 kil¨®metros de Vitoria, con un fuerte golpe en la cabeza. Cerca del cuerpo hab¨ªa un veh¨ªculo familiar que no era el suyo, con las puertas abiertas y la radio encendida. La mujer hab¨ªa salido de su casa esa misma tarde a comprar patatas fritas. Las investigaciones judiciales concluyeron con un auto que determinaba la existencia de un homicidio sin autor, pese a los insistentes rumores que apuntaban a una persona pr¨®xima a la v¨ªctima. De forma similar acab¨® otro caso. El 1 de marzo de 1994 fue descubierto en el interior de las dependencias del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa en Beto?o el cuerpo de un agente del grupo de desactivaci¨®n de explosivos con un tiro en el coraz¨®n. Era Jos¨¦ Luis Osuna, de 33 a?os. Se descart¨® que fuera un suicidio. Ninguno de los 35 agentes que hab¨ªa en el acuartelamiento declar¨® haber escuchado la detonaci¨®n. El 17 de octubre de 1994 aparec¨ªa en una gasolinera de Arkaute, cercana a la academia de la Ertzaintza, el cad¨¢ver apu?alado de un trabajador de la estaci¨®n de servicio. Pese a no existir evidencias en el lugar del crimen, tres hombres fueron detenidos como sospechosos. El aparente ¨¦xito de la investigaci¨®n se desvaneci¨®, a pesar del hallazgo de restos de sangre en el veh¨ªculo de los arrestados. Todos ten¨ªan coartada. Adem¨¢s, el Instituto de Toxicologia descart¨® que la sangre tuviera relaci¨®n con el asesinato. El 15 de enero de 1997, el juez instructor remit¨ªa a la Audiencia un auto de conclusi¨®n de sumario y archivo provisional del caso por ausencia de autor.
Este reportaje ha sido elaborado por Isabel Camacho, Aurora Intxausti y Pedro G. de Vi?aspre.
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