Expertos se?alan la r¨ªa de Huelva como la m¨¢s contaminada por residuos mineros

El desastre como costumbre. El vertido t¨®xico en el r¨ªo Guadiamar ha puesto de manifiesto el impacto negativo de los metales pesados en el medio ambiente, pero es en los cauces onubenses del R¨ªo Tinto y el Odiel donde estas sustancias llevan a?os actuando. Informes para la Consejer¨ªa de Medio Ambiente reflejan que la cantidad de metales "relacionados con la actividad minera" disueltos en la r¨ªa de Huelva es superior a la de otros sistemas fluviales. La explicaci¨®n: filtraciones en explotaciones activas y yacimientos abandonados.

"El apogeo minero", seg¨²n refleja el informe de Medio Ambiente en Andaluc¨ªa en 1996, ha llevado a "la contaminaci¨®n de suelos, aguas superficiales y acumulaciones de sustancias t¨®xicas en los cauces de r¨ªos y arroyos". Un an¨¢lisis que define la situaci¨®n de la cuenca minera onubense.Los r¨ªos Tinto y Odiel confluyen en la r¨ªa de Huelva, a la que aportan seg¨²n el Plan Polic¨ªa de Aguas, 40.000 toneladas de ¨¢cido sulf¨²rico equivalente al a?o. Tanto la acidez (pH medios de 2,6 en el Tinto y 3,2 en el Odiel) como la existencia de metales pesados en disoluci¨®n -en forma de sulfatos-, tienen su origen en aguas de escorrent¨ªa. Aguas que lavan acumulaciones "naturales" de metal, pero tambi¨¦n, en muchos casos, residuos de explotaciones mineras almacenados de manera poco diligente. Ya sea de explotaciones mineras abandonadas o en marcha, los aportes contaminantes a los caudales ya de por s¨ª ¨¢cidos del Odiel y el Tinto son recurrentes. El informe que hizo en agosto de 1995 la empresa Incohinsa para la Agencia de Medio Ambiente sobre la calidad de las aguas de la r¨ªa de Huelva destaca que "para los metales relacionados directamente con las actividades mineras (cobre, plomo y cinc), las concentraciones son superiores a los de otros estuarios y sistemas fluviales". Y a?ade: "en el estudio de efectos sobre organismos el problema b¨¢sico de la r¨ªa lo constituye la presencia de compuestos al nivel del pH de las aguas, siendo los metales pesados los responsables m¨¢s directos". El informe se?ala que el origen de los metales pesados que se registran en la r¨ªa de Huelva -38.089 toneladas- se deben en un 83% a aportaciones de los r¨ªos, en los que fluyen disueltos hierro, cinc , manganeso y cobre. Las mismas sustancias que han llevado a los cient¨ªficos a recomendar la recogida urgente de los lodos t¨®xicos que se derramaron sobre el cauce del r¨ªo Guadiamar. Las lluvias fuertes y el deterioro marcado por el tiempo superan las escasas medidas de seguridad que rigieron la construcci¨®n de multitud de balsas y minas ya abandonadas. Las crecidas de agua superan -a trav¨¦s de grietas y filtraciones- las precarias barreras que acumulan los residuos mineros y llevan los metales pesados a los cauces ¨¢cidos del Tinto y el Odiel. No ha sido, sin embargo, un yacimiento abandonado, el que ha llevado altas concentraciones de metales pesados a otro r¨ªo, el Guadiamar. En la faja pir¨ªtica s¨®lo hay otra tres presas similares a la siniestrada en Aznalc¨®llar, todas ellas en Huelva: Tharsis, Riotinto y Sotiel Coronada. ?sta ¨²ltima presenta un sistema de balsas muy parecido al de Aznalcollar: una para recoger las cenizas de pirita y otra en la que se decantan los est¨¦riles y los reactivos qu¨ªmicos sobrantes de la extracci¨®n de los metales. Este peri¨®dico visit¨® las instalaciones en Sotiel Coronada, donde la empresa irlandesa Navan Resources explota las minas de Almagrera y de Migollas. En la orilla de la primera de las balsas, montones de cenizas de pirita se acumulan al aire libre en un muelle habilitado para la descarga con camiones. La ceniza es el resultado de la tostaci¨®n de la pirita para la obtenci¨®n de azufre. Un lodazal negro aflora en la parte superior de la segunda balsa. El dique apenas supera en una cuarta el nivel del agua ¨¢cida y un desag¨¹e en uno de los costados del dique muestra que recientemente se ha aliviado por all¨ª el agua. Seg¨²n la CEPA, el agua t¨®xica rebasa a menudo el dique y va a parar, a trav¨¦s del arroyo de El Bat¨¢n, al r¨ªo Odiel, en cuyo t¨¦rmino se halla el Parque Natural de las Marismas del Odiel. En todo caso, los informes concluyen que no se han registrado concentraciones de metales pesados que superen los l¨ªmites establecidos en las normativas sanitarias en organismos superiores (fundamentalmente peces) en la r¨ªa. Pero aconsejan la incorporaci¨®n de biomarcadores en las especies primarias: una suerte de chivatos de la contaminaci¨®n.