Oficiales argelinos implican a su Ej¨¦rcito en el asesinato de siete monjes franceses
Dos a?os despu¨¦s de la inhumaci¨®n de los siete monjes franceses secuestrados y degollados en Argelia siguen abiertos muchos interrogantes. La versi¨®n oficial de las autoridades de Argel, que atribuyeron la matanza al Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), es cuestionada ahora tanto en c¨ªrculos eclesi¨¢sticos de Roma como por oficiales que han desertado del Ej¨¦rcito argelino. Los ¨²ltimos datos conocidos avalan la hip¨®tesis de que los servicios de seguridad se hab¨ªan infiltrado en el comando que captur¨® a los trapenses y ordenado su muerte en una abrupta reacci¨®n contra el espionaje franc¨¦s, que se hab¨ªa puesto en contacto con los integristas isl¨¢micos y localizado el paradero de los monjes.
El 2 de junio de 1996, la bas¨ªlica de Nuestra Se?ora de ?frica, en una de las colinas que dominan las alturas de Argel, fue escenario del funeral de los siete monjes trapenses, en una ceremonia que quiso poner fin a una de las p¨¢ginas m¨¢s oscuras del conflicto que desgarra a Argelia desde hace seis a?os. (En ese mismo barrio, Bab el Ued, fueron asesinadas el 23 de octubre de 1994 las monjas espa?olas Esther Paniagua Alonos y Mar¨ªa Caridad ?lvarez Mart¨ªn.)Dos a?os despu¨¦s, sigue sin aclararse la muerte de los religiosos , las negociaciones entre Francia y Argelia que desencaden¨® su secuestro y la forma en que murieron y fueron hallados sus restos. Pero nuevas revelaciones concordantes est¨¢n empezando a cuestionar la tesis de que el GIA, entonces bajo el mando del emir Yamel Zituni, fuese el ¨²nico culpable.
El secuestro de los monjes -ocurrido la noche del 26 al 27 de marzo de 1996 en el monasterio de Nuestra Se?ora del Atlas, conocido popularmente como Tibirin (jard¨ªn, en ¨¢rabe), en la provincia de Medea, al sur de la capital argelina- fue llevado a cabo por el comando con una rara impunidad.
Una semana despu¨¦s de confirmarse la muerte de los religiosos, el superior de los trapenses cistercienses y su asistente recib¨ªan, nada m¨¢s llegar a Argel el 30 de mayo, la noticia de que los cuerpos de los monjes hab¨ªan sido hallados en Medea. Solicitaron desplazarse hasta all¨ª inmediatamente, pero les indicaron que los restos se encontraban ya en el dep¨®sito de cad¨¢veres del hospital mlitar de Ain Aya, en las afueras de la capital. Cuando, despu¨¦s de mucho insistir, les permitieron abrir los ata¨²des, s¨®lo encontraron siete cabezas. Los cuerpos no hab¨ªan sido localizados, les aseguraron, al tiempo que les ped¨ªan que guardaran el secreto.
Una hip¨®tesis que apuntan fuentes de Medea es que los cad¨¢veres hab¨ªan sido hallados cinco d¨ªas antes entre los restos de varios miembros del GIA, ametrallados en un enfrentamiento con militares que ignoraban que los monjes estaban entre ellos. Esta versi¨®n es calificada de ?bienintencionada? en c¨ªrculos eclesi¨¢sticos.
Pero hay otra hip¨®tesis, avalada por el testimonio de oficiales que desertaron del Ej¨¦rcito argelino y se exiliaron en pa¨ªses europeos, seg¨²n la cual los servicos de seguridad se hab¨ªan infiltrado en el comando del GIA que cometi¨® el secuestro. No parece haber duda de que el emir Yamel Zetuni orden¨® la muerte de los monjes, pero su acci¨®n pudo haber sido teledirigida desde los servicios de seguridad, de creer el testimonio del desertor capit¨¢n Harun cuando afirm¨® que el n¨²mero dos de Zetuni era un teniente de los servcios de informaci¨®n militar. El detonante del asesinato pudo ser la visita de un emisario del emir Zetuni a la Embajada de Francia en Argel, donde entreg¨® una casete que confirmaba que los monjes segu¨ªan con vida a cambio de un ?recibo diplom¨¢tico? y de instrucciones para mantener el contacto. Sali¨® de la Embajada en un coche blindado y se perdi¨® su pista. Fuentes de Argel revelan ahora que fue asesinado tras dejar el veh¨ªculo diplom¨¢tico.
Un dirigente del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS), Yafar el Huari, ha declarado: ?Los franceses hab¨ªan localizado el lugar de detenci¨®n de los secuestrados y preparaban una operaci¨®n para rescatarles. Las autoridades argelinas se indignaron cuando se enteraron de ello?. Esta misma tesis mantiene el desetor capit¨¢n Harun, que llega a especular con la entrega a los rehenes de emisores en miniatura localizables por sat¨¦lite.
Antes de que se confirmase la muerte de los trapenses, un prior de su orden en Francia revel¨®: ?Un enviado del Gobierno franc¨¦s provisto de una custodia dio la comuni¨®n a los monjes y habl¨® con ellos durante unos diez minutos?. El Ministerio de Exteriores franc¨¦s y la orden religiosa lo desmintieron entonces, pero un responsable de los trapenses confirma ahora que recibi¨® fuertes presiones de las autoridades de Par¨ªs para desautorizar la versi¨®n del prior.
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