El mar se come cada a?o un metro de las playas en el litoral atl¨¢ntico gaditano

Un tramo de 25 kil¨®metros de la costa occidental andaluza, al sur del Parque Nacional de Do?ana, pierde cada a?o un metro de playa, seg¨²n se ha podido verificar mediante el contraste de fotograf¨ªas a¨¦reas actuales con otras tomadas en 1946 por los norteamericanos. La p¨¦rdida de playas en algunos tramos ha alcanzado los 50 metros en los ¨²ltimos 30 a?os, a pesar de tratarse de una zona sin actividad urban¨ªstica. El estudio, realizado por encargo de la Direcci¨®n General de Costas, propone paliar la secular erosi¨®n de estas playas con aportaciones anuales de arena.

Las corrientes de poniente que dominan la costa occidental andaluza no s¨®lo empujan el viento. Bajo la superficie del oc¨¦ano Atl¨¢ntico, un poco m¨¢s agitado que el mar Mediterr¨¢neo, circula un flujo en direcci¨®n noroeste-sureste con un gran impacto en el litoral. A los vecinos de la costa les resulta muy familiar y preocupante. Cada a?o ven el mar m¨¢s cerca de sus casas.En la provincia de Huelva, la construcci¨®n de dos gigantescos pantalanes -uno portugu¨¦s en la desembocadura del Guadiana y otro en el puerto de la ciudad- ha alterado profundamente el gran flujo de aportaciones de arena que recorre la costa. Los 400.000 metros c¨²bicos de arena que se desplazan desde Portugal hasta la costa de Do?ana, al obstaculizarse su marcha, han formado enormes dep¨®sitos de arena a su sombra, impidiendo as¨ª su traslado hacia el sur, en un itinerario secular que hab¨ªa mantenido las playas del litoral en un equilibrio din¨¢mico.

Ahora la atenci¨®n se centra en la zona comprendida entre Chipiona y Rota, en un terreno con 25 kil¨®metros de costa que la Junta de Andaluc¨ªa compr¨® para promocionar un enclave tur¨ªstico de alto nivel, alrededor de un campo de golf

Nada m¨¢s urbanizar el recinto -previsto para acoger unas 25.000 plazas hoteleras o de segunda residencia-, los promotores se dieron cuenta de que el retroceso de la playa amenazaba los viales reci¨¦n construidos en el borde mar¨ªtimo.

Retroceso natural

La Direcci¨®n General de Costas, que ya hab¨ªa trabajado en la regeneraci¨®n de la playa de Regla, en el municipio de Chipiona, encarg¨® un estudio para conocer los procesos aerodin¨¢micos de la costa. Gracias al contraste de las fotograf¨ªas a¨¦reas realizadas por los norteamericanos (en Rota instalaron una de sus bases militares m¨¢s importantes de Europa) a partir de 1946 con las realizadas ahora se ha podido ver lo ocurrido en el litoral desde entonces hasta hoy.Se ha visto que las playas han retrocedido hasta 50 metros en varios tramos de los 25 kil¨®metros de costa observados. Que los embalses en la cuenca del Guadalquivir han transformado radicalmente su desembocadura, hasta tal punto que la distancia entre sus m¨¢rgenes se ha reducido 300 metros. La playa de Sanl¨²car de Barrameda cada vez dispone de m¨¢s espacio para que los caballos troten a placer durante las carreras del est¨ªo.

Juan J. Mu?oz P¨¦rez, ingeniero de la Demarcaci¨®n de Costas de Andaluc¨ªa-Atl¨¢ntico, y Javier Enr¨ªquez, de la consultora Hidtma, han colocado las nuevas fotograf¨ªas a¨¦reas de la zona sobre las que hicieron Estados Unidos para ver las diferencias. En paralelo, aplicaron un modelo dan¨¦s para calcular la din¨¢mica de arrastre de arenas en el fondo marino junto a la costa en los 25 kil¨®metros de Chipiona a Rota m¨¢s un estudio detallado de la urbanizaci¨®n Costa Ballena.

Traspaso de arena

Los vol¨²menes de arena movilizados no son tan espectaculares como los que se desplazan en la costa de Huelva, pero resultan sorprendentes porque se producen en un entorno en el que la actividad humana apenas ha intervenido. Es una zona virgen de las escas¨ªsimas que sobreviven en Espa?a en t¨¦rminos tur¨ªstico-costeros.El fen¨®meno se ha advertido en todo su dramatismo cuando se ha procedido a deslindar el dominio p¨²blico de la costa. Es un procedimiento administrativo complejo que dura varios a?os desde que el Ministerio de Medio Ambiente coloca los mojones hasta que se da por definitivo el deslinde, una vez o¨ªdas las propiedades afectadas. Los t¨¦cnicos de la demarcaci¨®n de costas del Atl¨¢ntico andaluz no sal¨ªan de su asombro cuando, al t¨¦rmino de los tres a?os de papeleos, han ido a consolidar los mojones y no los han encontrado en su sitio. La marea los hab¨ªa corrido. Como tambi¨¦n han quedado al albur de las olas los bunkers del Ej¨¦rcito que jalonan este litoral. En 1956 se localizaban sobre la playa seca; hoy se encuentran entre la pleamar y la bajamar, que aqu¨ª se mueve en espacios no muy superiores a los tres metros.

Cuando la desaparici¨®n de la arena afecta a playas emblem¨¢ticas en zonas urbanas de gran afluencia de ba?istas, la Direcci¨®n General de Costas -antes dependiente del Ministerio de Obras P¨²blicas y ahora incluida en el Ministerio de Medio Ambiente- ha intervenido aportando arena del fondo marino. La de Regla, donde apenas quedaba espacio libre entre las edificaciones y el mar, recibi¨® 500.000 metros c¨²bicos en 1992. Desde entonces se mantiene estable, seg¨²n Gregorio G¨®mez Pina, jefe del ¨¢rea de Proyectos y Obras de Costas, para acoger al mill¨®n de personas que veranean en Chipiona.