Las siete estrellas... del Vietcong

Las golondrinas volaban ayer sobre el cielo de El Real de Manzanares, el m¨¢s bello castillo y emblema de la Comunidad de Madrid. En la cima de sus dos torres de caprichoso trazado flameaban en sendos m¨¢stiles la bandera espa?ola y la comunitaria madrile?a: siete estrellas de plata, de cinco puntas, sobre fondo rojo, dise?o de Jos¨¦ Mar¨ªa Cruz Novillo. Abajo, en el claustro de la residencia se?orial de los Mendoza, ideada por el renacentista catal¨¢n Juan Guas a finales del siglo XV, las m¨¢ximas autoridades civiles de la Comunidad de Madrid, a excepci¨®n del alcalde, festejaban el tambi¨¦n XV, pero aniversario, de la constituci¨®n de la Asamblea de Madrid, el Parlamento regional.Los discursos del presidente, Alberto Ruiz-Gallard¨®n; de los tres portavoces -Manuel Cobo, Jaime Lissavetzky y ?ngel P¨¦rez- de los grupos parlamentarios, PP, PSOE e IU, respectivamente, y el del presidente de la Asamblea, el poeta-pol¨ªtico Juan Van Halen, corroboraron una convicci¨®n compartida: la identidad comunitaria de Madrid no se basa sobre v¨ªnculos de sangre, ni de lengua, ni de raza; nada de pertenencial tiene; sencillamente, es una se?a laica que inspira unas instituciones civiles con las que cabe hacer "que los madrile?os sean m¨¢s felices", convinieron.

Los parabienes mutuos fueron envueltos en m¨²sica de Cris¨®stomo de Arriaga por el cuarteto de c¨¢mara Cassad¨®. Tambi¨¦n se homenaje¨® a los anteriores presidentes, Jos¨¦ Prat, Rosa Posada, Ram¨®n Espinar y Pedro D¨ªez, m¨¢s 11 diputados y diputadas de la Asamblea que permanecen en ella desde la primera de sus cuatro legislaturas, all¨¢ por 1983.

Eran otros tiempos. La falta de tradici¨®n parlamentaria madrile?a dibuj¨® entonces algunas situaciones pintorescas. Antonio Beteta, diputado del Partido Popular, evoca una, sonriente: "Un diputado nuestro pregunt¨® a Joaqu¨ªn Leguina, a la saz¨®n presidente, si hab¨ªa rodado una pel¨ªcula en el papel de polic¨ªa municipal. Leguina le espet¨®: "S¨ª, ?y qu¨¦?".

Agapito Ramos, de 56 a?os, diputado socialista, recuerda otra: "Cuando negociamos la bandera comunitaria, pese a admitir que la ense?a fuera roja, los diputados de la derecha se negaron de plano a que figurase tal denominaci¨®n por escrito. Ped¨ªan que constase vermell¨®n, encarnado, cualquier color menos el rojo. Abandonaron incluso las conversaciones".

Javier Ledesma, de 50 a?os, socialista y veterano, agrega con regocijo: "Lo m¨¢s divertido fue cuando propusimos las siete estrellas de cinco puntas: "??sa es la estrella del Vietcong!" [guerrilleros comunistas vietnamitas], nos gritaban. Pero el parlamentario conservador marqu¨¦s de Perinat, que ten¨ªa unas cuantas en su blas¨®n, argument¨® a nuestro favor".