El sue?o Borrell
Parec¨ªan soplar nuevos vientos en el viejo partido del lit¨®grafo Pablo Iglesias cuando un 28 de abril de 1998 el hijo de un humilde panadero de un pueblecito de Lleida, Josep Borrell, uno que no estaba invitado al gran banquete, tom¨® el testigo de la rosa. Y esos aires nuevos, esa frescura en el ambiente de la izquierda, los vi reflejados en el debate del Estado de la Naci¨®n, cuando no escuch¨¦, ni por parte de Borrell, ni de Julio Anguita, reproche alguno o recuerdos al pasado negro de la etapa socialista en el Gobierno de la Naci¨®n: corrupci¨®n, terrorismo de Estado, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos... Algo se mueve en la izquierda, pens¨¢bamos m¨¢s de uno tras el gui?o de Borrell a Anguita. Pero pasaron 48 horas del sue?o de la futura unidad de acci¨®n nos encontramos con el "efecto" Hermida/Almeida, la soluci¨®n, sin primarias, de los "renovadores de la nada" para ganar a la derecha la comunidad de Madrid. Una barrera m¨¢s para impedir el entendimiento de IU con el PSOE. Y otras 48 horas m¨¢s tarde, los pasillos del Congreso de los Diputados se convert¨ªan en pasarela improvisada para muchas se?or¨ªas socialistas, mostrando con orgullo y altaner¨ªa chapitas solidariz¨¢ndose con Jos¨¦ Barrionuevo, ex ministro del Interior, acusado de pertenencia a banda armada (GAL) y enfrentado a 23 a?os de c¨¢rcel. No me quiero imaginar a estos diputados defendiendo a un presunto terrorista si la justicia lo condena a esos a?os. No quiero imaginar, por el bien del PSOE, que hagan apolog¨ªa del terrorismo, como los individuos de HB hacen con los terroristas de ETA. Los dinosaurios del PSOE vuelven a levantar cabeza. No hay m¨¢s que mirar a Josep Borrell. El aire nuevo, la esperanza de "pasar la p¨¢gina negra" del socialismo espa?ol, no ha sido m¨¢s que un sue?o de 48 horas.- Francisco J. Jim¨¦nez Abollado. Sevilla.
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