Doble jornada

Cuando el hijo mayor de ?lvaro P¨¦rez se enter¨® de que su padre hab¨ªa vuelto a estudiar no se lo pod¨ªa creer. Han pasado tres a?os desde entonces y ahora, al ver el esfuerzo que hac¨ªa su padre para sacarse el graduado escolar, es el ni?o el que se ha puesto a estudiar como un loco. ?lvaro P¨¦rez dej¨® los estudios a los 14 a?os. En la actualidad tiene 36 y trabaja en la l¨ªnea de producci¨®n de canelones de la empresa de precocinados PYCASA-La Cocinera."Lo peor ha sido volver a coger el bol¨ªgrafo", dice este empleado, que cuenta que los s¨¢bados y domingos estudiaba hasta las dos de ma?ana. "Pero he aprendido muchas cosas que no hab¨ªa o¨ªdo nunca". ?lvaro P¨¦rez sal¨ªa de trabajar antes de tiempo para asistir a varias horas de clase en la Universidad Popular de Torrej¨®n de Ardoz (Madrid). Era pr¨¢cticamente una doble jornada. Otros 10 trabajadores de su compa?¨ªa se apuntaron a estas clases. "Empezamos con este proyecto antes de recibir ayudas de Forcem", explica ?lvaro Pinedo, responsable de Formaci¨®n de la empresa. "Necesit¨¢bamos que los trabajadores recibieran una formaci¨®n b¨¢sica para luego ofrecerles otra m¨¢s especializada".

Un caso diferente es el de Nazaret Barriga, licenciada en Filolog¨ªa Inglesa. Trabaja en un consultora y el a?o pasado hizo un m¨¢ster de 300 horas en Derecho de las Telecomunicaciones. Dice que es importante "contar con el apoyo de la empresa para compaginar los estudios y el trabajo, porque requiere un gran esfuerzo". "Yo no buscaba una promoci¨®n directa, necesitaba esos conocimientos para mi trabajo diario", se?ala. "Las empresas deben poner cuidado en el tipo de formaci¨®n que van recibir sus empleados gracias a estas ayudas para que sea ¨²til y porque se est¨¢n pagando con fondos p¨²blicos", a?ade.