La industria del cine exige di¨¢logo con la Generalitat antes de imponer filmes en catal¨¢n
El sector cree que la norma que establece cuotas ling¨¹¨ªsticas es contraria a sus intereses
Cr¨ªticas o mutismo. Estas dos palabras resumen la reacci¨®n que tuvo ayer la industria cinematogr¨¢fica ante la difusi¨®n, el lunes, del borrador del decreto de la Generalitat que establece cuotas de catal¨¢n en el cine. Los distribuidores y exhibidores medianos lamentaron que la norma no se haya negociado y exigieron di¨¢logo al Gobierno catal¨¢n antes de su aprobaci¨®n. Las grandes empresas callaron. Los pol¨ªticos se dividieron. El PSOE y el PP se declararon abiertamente en contra del decreto, mientras que los independentistas de Esquerra Republicana y el Partit per la Independ¨¨ncia lo celebraron.
La norma obligar¨¢ a los distribuidores de cine a repartir como m¨ªnimo el mismo n¨²mero de copias de filmes dobladas al catal¨¢n que al castellano en el caso de las pel¨ªculas m¨¢s taquilleras. Tendr¨¢n esta consideraci¨®n durante los dos primeros a?os de aplicaci¨®n las cintas con m¨¢s de 20 copias en Catalu?a, y posteriormente ese n¨²mero se reucir¨¢ a 16. Los exhibidores, por su parte, deber¨¢n programar al a?o un 25% de pel¨ªculas en catal¨¢n o subtituladas en esta lengua. En el primer caso, la norma obliga a mantener la versi¨®n en catal¨¢n en la cartelera todo el tiempo que dure la distribuci¨®n en Catalu?a, tanto si las salas est¨¢n vac¨ªas como si el p¨²blico acude a ellas.El borrador del decreto, que el Departamento de Cultura de la Generalitat envi¨® el lunes a los empresarios del sector y a los partidos pol¨ªticos, no ha gustado a la industria cinematogr¨¢fica, al menos a la que ha expresado su opini¨®n, como lo ha hecho el exhibidor Antoni Llorens, de Lauren Films, una empresa con fuerte asentamiento en Catalu?a. Llorens mostr¨® su ?descontento? porque considera que el sistema de cuotas de catal¨¢n puede restar espectadores. El empresario lament¨®, adem¨¢s, que el reglamento haya sido elaborado ?directamente por la Generalitat?, sin la participaci¨®n del sector. Llu¨ªs del Val, de Manga Films, critic¨® la f¨®rmula de las cuotas, si bien se declar¨® a favor de la normalizaci¨®n del catal¨¢n. La respuesta m¨¢s contundente en contra del decreto se produjo en Madrid, donde Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez, portavoz de la Federaci¨®n de Distribuidores Cinematogr¨¢ficos, consider¨® la norma ?restrictiva? y ?muy peligrosa?. En declaraciones a Servimedia, Rodr¨ªguez dijo que es ?incoherente? que el Gobierno catal¨¢n intente imponer al sector una ley distinta a la del mercado. ?No existe demanda de cine en catal¨¢n, por eso se quiere aplicar el decreto e imponer una cuota de pantalla?, afirm¨®, y a?adi¨® que el decreto es muy perjudicial para los intereses de los distribuidores. Adem¨¢s, opin¨®, ?abre un camino muy peligroso, porque se corre el riesgo de que el efecto domin¨® impulse a otras comunidades con lengua propia a imponer normativas similares?.
Los responsables de las grandes empresas distribuidoras, como Buena Vista -que comercializa las pel¨ªculas de la factor¨ªa Disney-, Columbia Tri-Star y Alta Films, rechazaron opinar sobre el decreto, aunque son estas compa?¨ªas precisamente las m¨¢s afectadas por ¨¦l, ya que generalmente venden los filmes con mayor n¨²mero de espectadores. Los productores tambi¨¦n se reservaron comentar la norma. El presidente de la FAPAE, Gerardo Herrero, se?al¨® que lo har¨¢n tras la pr¨®xima junta, en la que debatir¨¢n el asunto.
Quienes s¨ª se prestaron a hablar de ella fueron personajes de la cultura en Catalu?a, como el director teatral Albert Boadella, quien abomin¨® del decreto. A su juicio, la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de la Generalitat ?convierte la lengua en un efectivo militar? y ?esta imposici¨®n?, a?adi¨®, ?tendr¨¢ un efecto bumer¨¢n porque las imposiciones en materia ling¨¹¨ªstica acaban consiguiendo un efecto contrario del pretendido, es decir, acabar¨¢ convirtiendo el catal¨¢n en una lengua minoritaria?. En su habitual l¨ªnea socarrona, Boadella indic¨®: ?Las lenguas son como el sexo: cada uno debe practicarlo en la intimidad como quiera?. El director teatral opin¨® que ?Catalu?a est¨¢ cayendo en el mismo juego en que se cay¨® en ¨¦poca de Franco, pero al rev¨¦s?. ?Resulta parad¨®jico?, apostill¨®, ?que no aprendi¨¦ramos la lecci¨®n y que sigamos con decretos y sanciones?.
El intelectual y analista cinematogr¨¢fico Rom¨¢n Gubern se declar¨® asimismo contrario a este decreto. ?Estoy convencido de que la agon¨ªa del cine hecho en Catalu?a se debe en buena parte a que la pol¨ªtica de la Generalitat da prioridad a la lengua por encima de cualquier otra consideraci¨®n industrial, comercial o est¨¦tica?, se?al¨®. A su modo de ver, esta pol¨ªtica ha fomentado hasta ahora ?cierto clientelismo? y, a partir del decreto, lo que har¨¢ es ?favorecer a las multinacionales, o sea, acabar de acuchillar el cad¨¢ver?. Gubern subray¨® que est¨¢ a favor del fomento de la lengua, pero no a costa de la destrucci¨®n del cine.
El cineasta catal¨¢n Francesc Bellmunt ofreci¨®, sin embargo, un parecer favorable al decreto: ?Es una consecuencia de la normalizaci¨®n ling¨¹¨ªstica que, desde mi punto de vista, no lesiona los intereses de los espectadores ya que les ofrece una mayor oferta y podr¨¢n elegir, cosa que hasta ahora no era posible. Yo no veo ning¨²n problema, aunque soy partidario de las versiones originales y lo mejor ser¨ªa subtitular en catal¨¢n en lugar de doblar?.
Por su parte, el consejero de Cultura de la Generalitat, Joan Maria Pujals -responsable del contenido del decreto-, reiter¨® su oferta de di¨¢logo al sector implicado, pero subray¨® que ?la responsabilidad ¨²ltima del decreto es del Gobierno de la Generalitat?. Para Pujals, ?el decreto de cine es la apuesta m¨¢s fuerte que se ha hecho para potenciar la industria cinematogr¨¢fica catalana y espa?ola, as¨ª como la del doblaje?.
S¨®lo 34 de las 958 pel¨ªculas de la cartelera de Catalu?a tuvieron versi¨®n catalana el a?o pasado
De los 958 filmes exhibidos en Catalu?a el a?o pasado, s¨®lo 34 fueron doblados al catal¨¢n. Otros 34 t¨ªtulos ya estaban originariamente en esta lengua y dos subtitulados. En total, asistieron a las proyecciones de dichas cintas 435.986 espectadores, que representan un 1,84% del p¨²blico que acudi¨® a las salas catalanas en 1997 (23,6 millones). La mayor¨ªa de los que eligieron una pel¨ªcula doblada al catal¨¢n fueron a ver dos pel¨ªculas que est¨¢n entre las m¨¢s taquilleras del a?o pasado, El pacient angl¨¨s y H¨¨rcules, con menos copias distribuidas que la versi¨®n en castellano. El a?o anterior, del que se tienen cifras m¨¢s concretas, sucedi¨® lo mismo con El geperut de Notre Dame -con 11 copias en catal¨¢n frente a las 26 en castellano-, cuya versi¨®n en lengua aut¨®ctona consigui¨® superar en porcentaje el n¨²mero de espectadores de la castellana. Con el 28% de copias en catal¨¢n, logr¨® el 31% de p¨²blico.La Generalitat subvencion¨® en 1996 y 1997 el doblaje al catal¨¢n y las copias en esta lengua de dos cintas de Disney: con 13,9 ( El geperut...) y 20,7 millones de pesetas ( H¨¨rcules ). El Departamento de Cultura contribuy¨® tambi¨¦n a las versiones catalanas de la pel¨ªcula de dibujos Un ratol¨ª enamorat , con tres millones de pesetas, y de Western , con 1,9.
La constataci¨®n de que los espectadores optan por filmes taquilleros independientemente de la lengua en la que est¨¦n doblados es lo que ha hecho decidir a la Generalitat a introducir en el decreto la cuota del 50% en catal¨¢n para las pel¨ªculas que llegan a la cartelera envueltas de una aureola de ¨¦xito.
El decreto de la Generalitat, que est¨¢ previsto que entre en vigor el 1 de enero del pr¨®ximo a?o, no s¨®lo fomenta el cine en catal¨¢n, sino tambi¨¦n el cine en castellano, seg¨²n se ha encargado de recordar el consejero de Cultura, Joan Maria Pujals. Un ejemplo de ello es que para calcular el 25% de cine en catal¨¢n que los exhibidores tienen la obligaci¨®n de programar al a?o, no se cuentan las producciones en castellano. Es decir, si una sala ofrece durante el a?o s¨®lo pel¨ªculas espa?olas -como las taquilleras Airbag y Torrente, el brazo tonto de la ley -, no necesitar¨¢ proyectar ninguna en catal¨¢n.
Respecto a las sanciones que establece el decreto en caso de incumplimiento, de hasta 10 millones de pesetas para los distribuidores y de cierre durante un m¨¢ximo de seis meses para los exhibidores, el director general de Pol¨ªtica Ling¨¹¨ªstica, Llu¨ªs Jou, insisti¨® ayer en que son las que marca la ley estatal de Protecci¨®n y Fomento de la Cinematograf¨ªa.
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