"No hablo en 15 d¨ªas".
Clemente mantiene su alejamiento de los periodistas
"No hablo en 15 d¨ªas". La voz de Clemente suena tan disuasoria como el recorrido que describe el buggy conducido por Delgado Meco. El seleccionador espa?ol y el preparador f¨ªsico llegan del campo de golf del Blue Green a toda pastilla, como gusta de decir el t¨¦cnico, y ante el grupo de periodistas que rodea al veh¨ªculo, Clemente anuncia, un pitillo en la boca, que tiene "la garganta fatal".Ya no le apetece charlar. Ni tomar caf¨¦ en la casa club. Ni tampoco jugar al domin¨®. Hasta el partido frente a Nigeria, hab¨ªa un punto de encuentro entre Clemente y los periodistas. Hoy, sin embargo, la fractura es tan abismal que los miembros federativos con m¨¢s ascendente sobre ¨¦l anuncian una mediaci¨®n.
Puede que atienda a ciertos medios por fidelidad, amistad o por compromiso. Pero la relaci¨®n de Clemente con el colectivo de la prensa como tal est¨¢ roto hasta hoy, cuando, por imperativo de la FIFA, se vea obligado a ofrecer la reglamentaria conferencia previa al partido de ma?ana ante Paraguay. Incluso TVE, uno de los patrocinadores de la selecci¨®n, ten¨ªa problemas para entrevistar al t¨¦cnico, muy esquivo y enrabietado por la cr¨ªtica recibida tras la derrota.
No hay frase suya que no tenga un mensaje de dolor. Ayer, por ejemplo, cuando al mediod¨ªa le entregaron el llamado "gaitero de la suerte", dentro la campa?a Galicia Calidade organizada por la Xunta, respondi¨®: "Pod¨ªan hab¨¦rmelo dado la semana pasada".
Clemente decidi¨® blindarse y no encontr¨® mejor coraza que su silencio. Y si Clemente no habla, pues no habla nadie. Para bien o para mal, quien compite en Francia es el grupo de Clemente. No hay un solo asunto del que el t¨¦cnico vasco no est¨¦ al cabo ni en el que no se reserve la ¨²ltima decisi¨®n.
La palabra de Clemente se impone sobre cualquier manual. La cuesti¨®n m¨¢s delicada est¨¢ en la elecci¨®n de la gente, y rodeado como est¨¢ siempre de fieles que acatan sus decisiones no hay necesidad de ninguna norma. En caso de duda, se pregunta al seleccionador.
El mensaje que recibe la prensa es inequ¨ªvoco. El preparador f¨ªsico se remite al seleccionador: es Clemente quien ha decidido la preparaci¨®n del grupo para el Mundial; los doctores prefieren que determinados temas se hablen con el seleccionador: quieren evitar malas interpretaciones sobre posibles lesiones; y no hay siquiera t¨¦cnicos que esp¨ªen a los rivales del equipo espa?ol. Todo empieza y acaba en Clemente.
Tal es el ascendente de Clemente sobre su gente que no s¨®lo les ha contagiado sus gustos -hoy la mayor¨ªa juega al golf- sino tambi¨¦n su estado de ¨¢nimo y, por tanto, su cabreo. El "no" o el "no s¨¦" se impone mientras dura el silencio del seleccionador. No hay estamento federativo que hoy no sienta cierto despecho por lo que ha dicho la prensa de lo sucedido ante Nigeria.
M¨¢s que una declaraci¨®n es un impresi¨®n, puesto que si los colaboradores de Clemente se remiten a Clemente, y Clemente no habla, en la selecci¨®n espa?ola manda hoy el silencio, una forma de blindarse ante la presi¨®n generada por una derrota que no figuraba en el calendario y que ha sorprendido a la mayor¨ªa de expedicionarios, no habituados a resultados adversos a las primeras de cambio.
Hasta que el seleccionador decida cambiar de rumbo, se imponen interpretaciones. Y el ¨²nico que ayer entr¨® en la cuesti¨®n fue el presidente de la federaci¨®n, Angel Mar¨ªa Villar, quien cuando fue requerido sobre el tema, resplic¨®: "Quien piense que Clemente est¨¢ cabreado es que no lo conoce. No tiene ni idea de como es ¨¦l".
Villar hizo ayer una curiosa aparici¨®n en escena para ponerse inequ¨ªvocamente al lado del t¨¦cnico. No era necesario. Pero lo hizo y dijo: "No hay ning¨²n motivo ni resultado que pueda hacer replantearnos la continuidad del seleccionador". Es decir, Villar recalc¨® que Clemente seguir¨¢, pase lo que pase, hasta el a?o 2000, que es cuando cumple su contrato. As¨ª est¨¢n las cosas en el cuartel general de la selecci¨®n.
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