Los jugadores paraguayos se niegan a hablar con la prensa de su pa¨ªs
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La lista incluye al seleccionador C¨¦sar Paolo Carpeggiani y a seis jugadores. Paraguay, por fin, ha decidido convocar a los periodistas a su hotel. Pero la decepci¨®n, una vez m¨¢s, es may¨²scula. Una valla impide acercarse. Los periodistas aguardan bajo los pinos. Rodeado de delegados y responsables de la selecci¨®n, vuelve a aparecer el omnipresente Chilavert. Nadie m¨¢s. ?Gamarra, Arce, Ben¨ªtez? Imposible. Ah¨ª est¨¢ el portero y sus disculpas. S¨®lo los espa?oles preguntan. La quincena de informadores paraguayos sostienen los magnet¨®fonos, las c¨¢maras y apuntan en las libretas. Todav¨ªa no se ha levantado el veto. La prensa paraguaya informa a trav¨¦s de Espa?a."He hecho 20.000 kil¨®metros para estar aqu¨ª. Si lo llego a saber, me quedo en casa. Nunca he hecho deportes y sufro una doble discriminaci¨®n", explica Jos¨¦ Maria Amarilla, corresponsal de Reuter en Asunci¨®n. Chilavert decret¨® las normas.
La situaci¨®n roza lo c¨®mico: los informadores paraguayos pueden observar los entrenamientos a puerta cerrada sin formular preguntas. Y los espa?oles no est¨¢n autorizados a presenciar los ensayos, pero s¨ª a hablar con los jugadores. "O sea, que yo no puedo cuestionar nada porque soy paraguayo y ni siquiera ir a los entrenamientos porque entonces se me dice que soy de Reuter y, por tanto, de prensa extranjera", a?ade Amarilla, que lleg¨® incluso a ser expulsado por los miembros de seguridad por tomar notas. "No entiendo qu¨¦ pasa. Nadie le pide nada a Paraguay. No ganan desde febrero pero nadie les pide que ganen la Copa del Mundo. Quiz¨¢s todo es una excusa para aislarse del exterior y estar a salvo entre ellos", sostiene el redactor de ABC.
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