Entre la decepci¨®n y la esperanza
Clemente justifica el papel de Espa?a con la excusa de que a los jugadores no les salen las cosas
A caballo entre la decepci¨®n y la esperanza, entre el adi¨®s y el hasta luego, entre el reproche y el ruego, siempre con un cierto tono agridulce, Javier Clemente afront¨® ayer un juicio sumar¨ªsimo con la prensa, ante la que se present¨® para intentar atajar el dif¨ªcil entorno que ha generado con su actitud de reproche a la cr¨ªtica, situaci¨®n nada propicia para preparar un partido tan decisivo como el del mi¨¦rcoles contra Bulgaria.Clemente tiene hoy serias dificultades para contrarrestar un discurso combativo. Abandonado por el gol, el grupo se queda sin defensa, y su esp¨ªritu resultadista no tiene ning¨²n sentido si el marcador le da la vuelta. No pudo articular el seleccionador un discurso futbol¨ªstico que justificara el por qu¨¦ de lo sucedido: un punto en dos partidos y uno en contra en la diferencia de goles a falta de una jornada. Frente a esta realidad se levantan dos interpretaciones: "Vosotros, los periodistas, est¨¢is absolutamente desilusionados y nosotros, absolutamente esperanzados".
De las palabras de Clemente, repartidas durante 45 minutos de conferencia, se deduce que de la misma manera que hoy la selecci¨®n no va, ma?ana puede poner rumbo al t¨ªtulo de la Copa del Mundo. Es cuesti¨®n simplemente de acierto de los futbolistas. "A los jugadores no les salen las cosas", expuso. "Quieren y no pueden, y yo les comprendo y disculpo". Y despu¨¦s a?adi¨®: "Un buen equipo tambi¨¦n es capaz de jugar mal. Los rivales tambi¨¦n juegan y evitan que nosotros juguemos. Yo soy de los que no espero perder nunca, y ¨¦ste es un equipo ganador. Por eso, ¨¦sa es una situaci¨®n inesperada. Pero los jugadores se est¨¢n matando para ganar y no les salen las cosas, ni a¨²n siendo buenos".
Una vez localizado el mal en los jugadores, se le demand¨® al seleccionador por su grado de responsabilidad en el mal juego. "No hay nadie infalible salvo el Papa y yo de momento no he dicho que sea el Papa", respondi¨®. "Yo me equivoco cientos de veces; mucho, siendo como soy de Bilbao. Y mis jugadores se equivocan igual que yo, pero yo les entiendo". Y abund¨®: "No dir¨¦ cuales son los errores cometidos, porque tendr¨ªa que hablar de jugadores. Me tragar¨¦ los sapos, pero no dir¨¦ cuales, salvo Zubizarreta, que reconoci¨® su fallo ante Nigeria. Tampoco responsabilizar¨¦ a los futbolistas". "Ustedes quieren que diga que me equivoqu¨¦ en el primer partido", desliz¨® refiri¨¦ndose a los periodistas que le acusan de dise?ar mal el encuentro y corregirlo peor, "y yo no he reconocido que me equivocara. Me equivoqu¨¦ en otras cosas y no en lo que creen".
Recalc¨® que el plantel est¨¢ "f¨ªsicamente muy bien"; defendi¨® el concepto de juego: "Llegamos, rematamos y no metemos, y a eso se le llama falta de acierto"; destac¨® la actitud del grupo: "Si algo tiene es casta"; record¨® su experiencia: "Muchos de ellos son campeones" ; y no quiso apelar a la falta de fortuna: "Fortuna hay que tenerla en Navidades cuando el sorteo de Navidad, aunque ciertamente estamos jugando como para tener m¨¢s de un punto. En el primer partido no tuvimos suerte en defensa y en el segundo en ataque".
La situaci¨®n no invita al optimismo, y el estado de ¨¢nimo no es precisamente alegre. "No estamos bien", confes¨® Clemente. "El equipo est¨¢ triste", remarc¨®. Nadie, sin embargo, se rinde, y mucho menos el seleccionador. "No estamos muertos", dijo primero. "De momento estamos vivos", apunt¨® despu¨¦s. "No hay que llorar hasta el final y reconocer los hechos. Debemos agotar todas las posibilidades de clasificarnos para los octavos: esperemos que Nigeria gane, juegue quien juegue [se especula que Milutinovic alinear¨¢ a los suplentes frente a Paraguay para evitar que los titulares amonestados puedan ser sancionados] y que nosotros le podamos tambi¨¦n a Bulgaria". Y llegados a este punto, Clemente se dej¨® ir: "En el momento de clasificarnos, dir¨¦ qu¨¦ posibilidades tenemos de ganar el Mundial".
"Por mucho que nos digan y fallos que nos recuerden, sabemos que tenemos posibilidades y seguiremos con nuestra cabezoner¨ªa", insisti¨®. "El jueves igual decimos que hasta el pr¨®ximo Mundial o hablamos de Francia. Pero ustedes [los periodistas] no nos van a quitar la ilusi¨®n, no nos comer¨¢n las posibilidades. Nos faltar¨ªa ahora Julito Salinas, un tipo optimista por naturaleza, para que dijera que un empate a cero, por ejemplo, nos puede valer. El nuestro es el grupo del infarto, y todav¨ªa queda uno. Paraguay no puede ir a empatar con Nigeria y nosotros iremos a por el partido de Bulgaria desde el inicio. El que hace lo que puede no est¨¢ obligado a m¨¢s".
La exposici¨®n de Clemente estuvo salpicada constantemente de referencias a los periodistas y a su falta de sentido de equipo: "Nosotros somos m¨¢s l¨®gicos y sensatos", afirm¨®. "Vosotros sois un mundo y nosotros otro, pero no nos vais a quitar la ilusi¨®n, la viva ilusi¨®n que a¨²n tenemos. S¨®lo sois gentiles cuando no lo necesitamos, cuando ganamos; entonces nos da igual. Pero cuando os necesitamos, cuando estamos jodidos, no dais nada, nada. Yo pido que entend¨¢is por qu¨¦ ocurre lo que ocurre. Exigid, pero entended. La cr¨ªtica debe ser exigente pero comprensible, y no mort¨ªfera".
El ruego del seleccionador no le sirvi¨® para evitar que un periodista argentino le demandara, como ¨²ltima pregunta, si se hab¨ªa planteado dimitir de su cargo. "Yo tengo contrato en vigor [hasta la Eurocopa 2000], estoy haciendo muy bien mi trabajo, me siento identificado con el equipo y me llevo muy bien con los jugadores", replic¨®. "Y si usted habla de un proyecto, de si debe estar avalado o no por los resultados, le digo que mi proyecto hoy es ganar el Mundial, pero lo mismo quieren otros 14 t¨¦cnicos. Si yo tuviera que dimitir por lo que ha pasado hasta ahora, por lo menos otros 10 deber¨ªan hacer lo mismo. ?Cu¨¢ndo uno debe presentar la dimisi¨®n? Uno puede salir por vago, pero si ha trabajado, no".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.