El Papa dice a los laicos de Austria que la Iglesia no lava sus pecados en p¨²blico
El papa Juan Pablo II cerr¨® ayer su visita de tres d¨ªas a Austria con una dura amonestaci¨®n, pronunciada ante los miembros de la Conferencia Episcopal austriaca, pero claramente dirigida al movimiento de laicos progresistas. En un mort¨ªfero p¨¢rrafo de su largo discurso pronunciado en la sede del arzobispado de Viena, Karol Wojtyla advirti¨® a los que piden luz y taqu¨ªgrafos sobre los problemas de la Iglesia austriaca, de los riesgos de fracaso que comporta un di¨¢logo ?que se desarrolla delante de un p¨²blico no siempre lo bastante cualificado y con la implicaci¨®n no siempre imparcial de los medios de comunicaci¨®n?.Por la ma?ana, el Papa hab¨ªa presidido la misa de beatificaci¨®n de tres religiosos austriacos en la impresionante Heldenplatz (Plaza de los H¨¦roes) de Viena, en la que el 12 de marzo de 1938 Hitler proclam¨® la anexi¨®n de Austria a Alemania. En esta ocasi¨®n la cifra de asistentes ha sido considerablemente m¨¢s modesta que la de hace 60 a?os, ya que, seg¨²n el propio Vaticano, no lleg¨® a las 50.000 personas. Los beatificados fueron los religiosos Restituta Kafka, guillotinada por los nazis en 1943, Jakob Kern, monje y soldado nacido en Viena en 1897 y Anton Mar¨ªa Schwartz, un precursor del sacerdote-obrero nacido en 1852.
El Papa compar¨®, sin citar a Hitler por su nombre, la naturaleza diversa de las dos concentraciones, y record¨® que su mensaje de salvaci¨®n no procede de un hombre sino de Jesucristo. La intervenci¨®n m¨¢s contundente de Juan Pablo II se produjo, no obstante, en la residencia del arzobispo de Viena, Christoph Sch?nborn, obviamente a puerta cerrada. En ¨¦l y a trav¨¦s de un complejo razonamiento teol¨®gico, el Papa abord¨® por primera vez el tema de la crisis que afecta a la comunidad cat¨®lica austriaca. Una crisis provocada no s¨®lo por la escandalosa conducta del ex arzobispo de Viena, cardenal Hans Hermann Groer, de 78 a?os, cuyo pasado de pederasta fue hecho p¨²blico en 1995, sino por la fuerte corriente progresista que reclaman una Iglesia democr¨¢tica.
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