"Un amargado de la vida"

Vicente Carnero hab¨ªa ingresado en una residencia de la tercera edad de Benavente (Zamora) hac¨ªa dos meses. Pero hab¨ªa salido de ella durante unos d¨ªas porque iba a ser operado de la pr¨®stata en el hospital Virgen de la Concha, el mismo en el que ayer murieron dos de sus v¨ªctimas. Su ingreso en el centro m¨¦dico estaba previsto precisamente para las seis de la tarde de ayer. Su intervenci¨®n quir¨²rgica se habr¨ªa efectuado hoy mismo.Obrero de la construcci¨®n en Bilbao, Carnero recib¨ªa una pensi¨®n desde hace unos 20 a?os, seg¨²n recordaban ayer sus vecinos, tras haber sufrido un accidente laboral que le dej¨® incapacitado para seguir trabajando. Su car¨¢cter, a?ad¨ªan, era "imposible". Tanto como para que su mujer y sus tres hijos hubiesen decidido en su d¨ªa separarse de ¨¦l y quedarse en la capital vizca¨ªna.

Recientemente, incluso trat¨® de forma destemplada a ¨¦stos cuando acudieron a visitarle al pueblo.

Consternados por lo ocurrido, todos los vecinos coincid¨ªan en su poca sociabilidad. Desde el p¨¢rroco, Juli¨¢n Valle, que le calificaba como "una persona rara y de trato violento", hasta el peluquero, que le conceptuaba lisa y llanamente como "un desgraciado", pasando por quienes resum¨ªan que era "un amargado de la vida" y se hac¨ªan cruces pregunt¨¢ndose c¨®mo a alguien as¨ª se le concedi¨® licencia para tener una escopeta. "Podr¨ªa haber sido todav¨ªa peor. Si se cruza con m¨¢s gente, a m¨¢s gente mata".

Una de sus vecinas, Teresa Feltero, resaltaba sus repentinos e incomprensibles cambios de humor: "El d¨ªa que estaba de buenas pod¨ªas hablarle. El que estaba de malas...". Seg¨²n ella, se llevaba muy mal no s¨®lo con su esposa y sus hijos, sino tambi¨¦n con sus dos hermanos, que viven tambi¨¦n en Pereruela: "A ¨¦stos era a los que m¨¢s odio ten¨ªa".

Otras mujeres recordaban que Carnero sol¨ªa ba?arse semidesnudo en la calle e incluso lleg¨® a bajarse los pantalones, delante de ellas para provocarlas. A algunas lleg¨® a darles m¨¢s de un susto.

La mayor¨ªa piensa que sus asesinatos fueron premeditados. A Olivia y Maruja Brioso, las acusaba de que sus geranios le daban alergia, y a cuenta de ellos les hac¨ªa la vida imposible desde el mismo momento en que decidieron trasladarse a residir junto a su casa, en una vivienda de dos plantas y en mejores condiciones que la suya, de una sola y en muy mal estado.

En ese sentido, su irrupci¨®n a tiros en la panader¨ªa del alcalde, Daniel G¨®mez, y del hermano de ¨¦ste, Vicente, se habr¨ªa debido a que el primero no le ayud¨® en su momento a rehabilitarla.