El deshielo permite la difusi¨®n de ideas antimarxistas
El austriaco Friedrich Hayek, cuyas tesis resueltamente hostiles al Estado providencia inspiraron no hace mucho a Margaret Thatcher, est¨¢ ya al alcance del p¨²blico chino. La traducci¨®n de The Constitution of liberty, publicada en 1990, acaba de aparecer en las librer¨ªas del pa¨ªs bajo la firma de Deng Zheng Lai, un soci¨®logo que se califica de "cr¨ªtico liberal". El libro ha despertado ya una gran curiosidad. Con una tirada de 40.000 ejemplares -una cifra extraordinaria para un ensayo te¨®rico de esta clase en una China donde triunfa el mercantilismo de mal gusto-, se vende a buen ritmo, seg¨²n afirma la casa editora, San Lian Shu, y confirman los conocedores del mercado editorial.La aparici¨®n del libro ha coincidido con la celebraci¨®n en la Universidad de Pek¨ªn (Beida) de conferencias sobre Hayek, premio Nobel de Econom¨ªa 1974, seguidas con enorme inter¨¦s por estudiantes ¨¢vidos de ideas nuevas. Los medios universitarios se sienten intrigados por este pensador. The fatal conceit, su obra dedicada a los errores del socialismo, fue traducida en China en 1993 pero su difusi¨®n sigue siendo confidencial. Prohibida su venta, la obra se puede s¨®lo encontrar en las bibliotecas. The road to servitude, el ensayo m¨¢s pol¨¦mico de Hayek, en el que se denuncia la responsabilidad del socialismo en la g¨¦nesis del fascismo, fue tambi¨¦n traducido en los a?os sesenta pero s¨®lo para beneficio de un p¨²blico de iniciados. Citado muy frecuentemente, pero imposible de encontrar desde entonces, fue reeditada en 1997 por la editorial de la Academia de Ciencias Sociales.
Viento liberal
Hay que preguntarse si todo ello significa la aparici¨®n de un viento liberal en el mercado editorial. La vida intelectual en China ha conocido demasiados golpes de alternancia entre fases de apertura y cerraz¨®n ideol¨®gica que invitan al escepticismo. Sin embargo, es indiscutible que, m¨¢s de un a?o despu¨¦s del fallecimiento de Deng Xiaoping, se registra un nuevo clima que suscita la audacia de los editores locales. "La atm¨®sfera que reina actualmente en el mundo editorial de China es de distensi¨®n. El Gobierno mete menos la nariz en nuestros asuntos", explica Zhipping Liang, editor de The Constitution of liberty en una colecci¨®n consagrada a los temas constitucionales que ofrece en su cat¨¢logo t¨ªtulos muy distantes de la literatura marxista El objetivo de Zhipping Liang es lanzar, "m¨¢s all¨¢ de los esl¨®ganes", las bases te¨®ricas de una futura reforma pol¨ªtica en China. "En China no faltan traducciones de ensayos de filosof¨ªa, econom¨ªa o ciencias pol¨ªticas. Pero hasta ahora hab¨ªa muy pocas obras jur¨ªdicas. El estudio de la ley era el pariente pobre de la reflexi¨®n. Es ¨¦sta la carencia que queremos subsanar", a?ade. Lo m¨¢s interesante es que las novedades de la temporada no se limitan a simples traducciones. Tambi¨¦n los autores chinos comienzan a dejar atr¨¢s las inhibiciones pasadas.Esta serie de obras no permite concluir que la capital china vive una nueva primavera. Hay que recordar que esta producci¨®n editorial est¨¢ confinada a c¨ªrculos restringidos, mientras que la represi¨®n contra los disidentes no amaina. Si el poder permite la difusi¨®n de estos libros, se?ala Zhipping Liang, es porque "el perfil muy te¨®rico y muy acad¨¦mico de todas estas obras no parece representar peligro pol¨ªtico". Todo ocurre como si el r¨¦gimen, absorbido por la "gesti¨®n" de las reformas econ¨®micas y deseoso de reintroducir t¨ªmidos m¨¢rgenes de respiraci¨®n en la sociaded civil, hubiera completamente desertado del frente de la lucha ideol¨®gica.
Se puede igualmente afirmar que los intelectuales ya no son la "clase peligrosa" que eran hace diez a?os. La prioridad actual es contener las f¨¢bricas, que fermentan la revuelta de los obreros despedidos, m¨¢s que los campus universitarios donde los estudiantes, apagados por el ep¨ªlogo de Tiananmen (junio de 1989), vacilan entre el fatalismo, el hacer carrera y la reflexi¨®n especulativa. Desdiabolizado, el intelectual liberal es tolerado a condici¨®n de que no franquee la l¨ªnea amarilla m¨¢s all¨¢ de la cual se cuestiona el monopolio del Partido Comunista. Incluso es c¨ªnicamente utilizado como garant¨ªa para deslumbrar a la opini¨®n extranjera o como ariete ideol¨®gico para frenar las filas izquierdistas hostiles a la reforma econ¨®mica.
Pero todas estas maniobras son finalmente bastante secundarias en el proceso que nutre la nueva ola editorial china, ya que el resorte es ante todo econ¨®mico. El juego del poder acompa?a en este caso, lo cual dice mucho sobre la erosi¨®n de los instrumentos totalitarios del r¨¦gimen.
"Es uno de los efectos imprevistos de la reforma econ¨®mica", dice Deng Zheng Lai, el traductor de Hayek. "Se estimula al individuo a lanzarse al mercado, se abren nuevas librer¨ªas, se ordenan t¨ªtulos que respondan al inter¨¦s del p¨²blico y se hace la competencia a los organismos p¨²blicos, que se ven obligados a seguir. Todo eso es lo m¨¢s legal del mundo. Insensiblemente, el monopolio de la ideolog¨ªa del Estado se resquebraja", a?ade. Para el traductor Deng Zheng Lai, la inc¨®gnita no es saber si el r¨¦gimen permitir¨¢ el auge editorial, sino si permitir¨¢ que contin¨²e la reforma.
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