T¨²nez oblig¨® a Rumania a jugar
El equipo africano evit¨® cerrar en blanco su casillero de goles
Iba de fiesta Rumania, vestida de carnaval, con matasuegras y toda la murga, y T¨²nez estuvo a punto de mandarla a enfrentarse con Argentina y no con Croacia, que no es lo mismo. La falta de tensi¨®n competitiva le oblig¨® a un sobreesfuerzo de ¨²ltima hora y, como estaba el patio, dio por bueno el empate, pues ya le val¨ªa.La de ayer en Saint-Denis fue una pel¨ªcula muy vista. No hay nada m¨¢s peligroso que dar un partido por resuelto y acudir a la cancha como quien va al circo. Ya nadie gana con la gorra, y menos en un Mundial. Rumania pec¨® de prepotente y cometi¨® una concatenaci¨®n de errores que le llevaron por mal camino. La historia es siempre la misma: el t¨¦cnico que no pone a los que ten¨ªa que poner; a los jugadores les rechifla el partido y pasan del ca?o a la pared, de la pared al regate y del regate al taconazo; el ¨¢rbitro suele ser un desconocido que igual pita penalti que falta del ariete (el de ayer era australiano); y el otro equipo, esteril todo el torneo, se encuentra con un gol al segundo remate.
RUMANIA 1
T?NEZ 1Rumania (1): Stelea; Petrescu, Dulca (Popescu, m. 31), Dobos, Ciobotariu; Galca, Munteanu, Hagi, Marinescu; Dumitrescu (Moldovan, m. 67), Lacatus (Ilie, m. 46). T¨²nez (1): El Ouaer; Trabelsi, Boukadida, Chouchane, Bouazizi; Baya, Ghodbane (Thabet, m. 83), Chihi, Souayah (Ben Younes, m. 93); Sellimi, Ben Slimane (Jelassi, m. 55). Goles: 0-1. M. 10: penalti de Dulca a Sellimi que transforma Souayah. 1-1. M. 72: Ilie alcanza la l¨ªnea de fondo y env¨ªa por encima del meta tunecino para que Moldovan marque a placer en el ¨¢rea peque?a. ?rbitro: Edward Lennie (Austria). Mostr¨® tarjeta amarilla a Baya (m. 27) y Souayah (m. 58). Incidencias: Lleno en el estadio de Francia, con unas 78.000 personas.
No estuvo Rumania por el partido. Los rumanos son gente de ceja espasa y pelo negro, y ayer jugaron futbolistas te?idos de color oro. Ni el entrenador era el general Iordanescu, sino un tipo que llevaba la cabeza rapada, pese a que se cubr¨ªa el cuero cabelludo con una gorra, como si tuviera verg¨¹enza. Era ¨¢quel un equipo irreconocible, un grupo que celebraba no se sabe qu¨¦, pues la victoria frente a Inglaterra exig¨ªa de un empate frente a T¨²?ez para ser primero de grupo, y T¨²nez no se dej¨® bailar.
Quedar el ¨²ltimo no significa no tener honra, y el equipo de Almi Selmi defendi¨® su dignidad de forma extrema. Meti¨® un gol y pudo marcar hasta dos y tres. El f¨²tbol de tres pases de T¨²nez dej¨® al desnudo a los divertidos rumanos, abandonados al divertimento y al desenfreno (Lacatus repart¨ªa codazos; Hagi afinaba la punter¨ªa desde todos los rincones) y despu¨¦s perdidos en una guerra sin sentido: cada uno quer¨ªa empatar por su cuenta. Aquello era una banda de chupones.
No le qued¨® a Iordanescu otra alternativa que recuperar poco a poco a sus se?as de identidad. Entr¨® Popescu y luego Ilie y m¨¢s tarde Moldovan, y atrap¨® el empate que necesitaba para coronar su brillante triunfo frente a la nueva Inglaterra de Glen Hoddle. Un resultado que, al fin y al cabo, tambi¨¦n agradeci¨® T¨²nez, que con su gol evit¨® pasar por ser el ¨²nico equipo que no marc¨® en la Copa del Mundo y dej¨® el farolillo rojo para EE UU y Jap¨®n, incapaz de sumar un punto.
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