Sospechas de que Maeso inyectaba menos anestesia de la debida

La direcci¨®n del hospital La Fe investig¨® de manera extraoficial el uso de opi¨¢ceos que hac¨ªa Juan Maeso, el anestesista imputado por el brote de hepatitis C detectado en dos hospitales de Valencia. Las denuncias de varias enfermeras, que trasladaron a sus superiores su preocupaci¨®n por el anormal comportamiento del facultativo, forzaron entonces la medida. Sus quejas a?adieron otras sospechas: Maeso pudo aplicar dosis insuficientes a varios de sus enfermos.

Adem¨¢s, el m¨¦dico, aparentemente relacionado con m¨¢s de un centenar de casos de contagio, sal¨ªa y entraba con excesiva frecuencia del quir¨®fano, pr¨¢ctica que no realizaba ninguno de sus colegas. Esas fueron dos de las quejas elevadas por miembros del personal sanitario a Rosa Ribes, responsable por aquel entonces del servicio de enfermer¨ªa de La Fe, el centro p¨²blico en el que se localiza parte del foco de infecci¨®n.Ribes, que ayer prest¨® declaraci¨®n en calidad de testigo ante el juez encargado de investigar el caso, Jos¨¦ Manuel Ortega, confirm¨® que comunic¨® las denuncias de sus subordinadas a la direcci¨®n del hospital en al menos dos ocasiones: entre 1988 y 1989 y entre 1992 y 1993. En ambos casos elev¨® a la gerencia, siempre a trav¨¦s de conversaciones de car¨¢cter extraoficial, los problemas derivados de la actividad de Maeso. Seg¨²n su testimonio, las enfermeras comprobaron con preocupaci¨®n c¨®mo varios de los pacientes anestesiados por el m¨¦dico despertaban con m¨¢s rapidez de la normal y sufr¨ªan fuertes dolores en el posoperatorio. El personal sanitario relacion¨® estos problemas con un uso m¨ªnimo e insuficiente de las dosis de opi¨¢ceos utilizadas normalmente en las operaciones.

Otro tanto sospech¨® la direcci¨®n del centro, que abri¨® una investigaci¨®n -cuya fecha no fue concretada, seg¨²n fuentes cercanas al caso- para intentar averiguar si en las intervenciones de Maeso se aplicaban las cantidades de anestesia habituales. Los resultados de las pesquisas no han trascendido, pero los trabajos de control improvisados por la jerarqu¨ªa del centro nunca tuvieron constancia documental y tampoco provocaron sanci¨®n o apertura de expediente alguno.

No obstante, una de las l¨ªneas de investigaci¨®n emprendidas por Ortega intenta esclarecer si Maeso pudo inyectarse parte de los opi¨¢ceos con los que luego anestesiaba a sus pacientes, hip¨®tesis que podr¨ªa explicar la relaci¨®n del m¨¦dico con los casos de contagio que se le imputan. El juez ha solicitado diversa informaci¨®n en ese sentido. Ayer demand¨® m¨¢s, al conminar a la Consejer¨ªa de Sanidad a que estudie si las dosis de opi¨¢ceos gastadas por Maeso son equivalentes a las utilizadas por sus colegas, o si ¨¦stas var¨ªan en funci¨®n de si su intervenci¨®n acab¨® o no en infecci¨®n.

Hasta ahora, la Generalitat Valenciana ha limitado el brote tanto en el tiempo -entre 1995 y 1998- como en el espacio: adem¨¢s de en el hospital La Fe, en una cl¨ªnica privada, la Casa de Salud, informa Claudia Navarro. No obstante, el consejero de Sanidad, Joaqu¨ªn Farn¨®s, asegur¨® ayer que los estudios epidemiol¨®gicos han detectado varios casos de contagio, en principio imputables a Maeso ya que tienen su mismo genotipo, en 1988 (uno) y 1994 ( al menos otros 10).