AMAS DE CASA.
Todas juntas y unidas por un aura. Morenas, rubias, encanecidas o con mechas; gordas o estilizadas; de distintas regiones o pa¨ªses y con diversas lenguas. Pero todas iguales. Estas esclavas del hogar, con sus trajes formales de chaqueta, pelos cardados, sobria bisuter¨ªa, nos reclaman que las tengamos por unas obreras m¨¢s. Sus amantes esposos les han dado permiso para que vengan a quejarse al Estado y regresen despu¨¦s a planchar pantalones sin pedirles a ellos que coticen. C¨®mo ama la obrera a su patr¨®n en este caso.
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