Injusticia por un error
Queremos denunciar lo que consideramos una injusticia cometida con un ciudadano de Mor¨®n de la Frontera. Nuestro amigo Antonio Bellido Franco se encuentra actualmente en prisi¨®n por un delito cometido en el a?o 1989. Hace ya casi tres meses, cuando Antonio sal¨ªa de su domicilio para comprar el pan fue inesperadamente detenido y conducido a Sevilla II, sin que nadie le notificara su ingreso en prisi¨®n y sin que apenas pudiera despedirse de familiares y amigos. Su situaci¨®n actual y su madurez personal son completamente distintas a la del joven de 22 a?os que, desesperado ante la falta de perspectivas laborales, cometi¨® una equivocaci¨®n (portaba, cuando fue detenido en 1989, dos kilogramos de hach¨ªs), por lo que fue condenado a cuatro a?os, dos meses y un d¨ªa de prisi¨®n y m¨¢s 10 millones de pesetas de multa. Al carecer de antecedentes, su abogado recurri¨® la sentencia, y Antonio continu¨® haciendo una vida normal. En la actualidad, tiene 33 a?os, est¨¢ casado y tiene una hija, una familia que depende del trabajo que Antonio ha tenido en los ¨²ltimos nueve a?os. Pensamos que la peor injusticia que han podido cometer con Antonio ha sido recluirlo en Sevilla II. Si la finalidad de la c¨¢rcel es rehabilitar o reinsertar socialmente al delincuente, es evidente que en este caso la medida es totalmente equivocada y perjudicial para ¨¦l, dado que Antonio es una persona integrada en su pueblo (tal y como lo demuestra el enorme apoyo que est¨¢ recibiendo, tanto a nivel popular como institucional), gozando de buenas relaciones sociales y del aprecio y la estima de sus muchos amigos. Algunos moronenses decididos a luchar contra las injusticias penitenciarias hemos puesto el caso en conocimiento de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos de Andaluc¨ªa, organizaci¨®n que ha puesto sus servicios jur¨ªdicos a disposici¨®n de Antonio, al considerar el encarcelamiento una medida desproporcionada, extrema e injusta. Con el citado respaldo de la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos hemos iniciado una campa?a con el objetivo de informar a la opini¨®n p¨²blica sobre el sin sentido que supone el encarcelamiento de nuestro paisano, facilitar su pronta clasificaci¨®n a tercer grado y recabar el mayor n¨²mero de apoyos que avalen la solicitud de indulto para su libertad definitiva.- Colectivo Ciudadano contra las Injusticias Penitenciarias de
Plagas medievales
Los pasados d¨ªas 18 y 19 de junio los vecinos de tres bloques de viviendas (18 familias) detectamos que, a trav¨¦s del alcantarillado p¨²blico, se hab¨ªa colado en los garajes de los edificios una plaga de ratas enormes. Primero nos lo dijeron los operarios de Conlima cuando vinieron a la revisi¨®n de arquetas, despu¨¦s las vimos y, por ¨²ltimo, nos invadi¨® una plaga de pulgas proveniente de las mismas ratas. Despu¨¦s de sufrir, sobre todo los ni?os, un aluvi¨®n de picaduras, llamamos al servicio zoosanitario del Ayuntamiento inform¨¢ndoles de lo que pasaba, de la gravedad del tema (18 viviendas en el centro de Sevilla, calle Duque de Montemar), de que en dos o tres d¨ªas se pod¨ªa infestar toda la zona y m¨¢s a¨²n con el calor. ?Saben ustedes cu¨¢l fue la respuesta del Ayuntamiento? Que hasta septiembre estaban ocupados y que si ten¨ªamos prisa, llam¨¢semos a un servicio privado. Moraleja: en la Sevilla del turismo, de la Expo, de Isla M¨¢gica, etc... estamos a merced de plagas medievales y, o nos gastamos el dinero o nos rascamos como monos hasta coger alguna enfermedad de la ¨¦poca.- y seis firmas m¨¢s.
Deficiencias en un instituto
La comunidad educativa del Instituto de Alcal¨¢ del Valle, en Alcal¨¢ del Valle (C¨¢diz), quiere denunciar la situaci¨®n que vive el centro, donde las grav¨ªsimas deficiencias de infraestructuras que sufren las instalaciones afectan a todos los que aqu¨ª convivimos. Para creerlo es necesario verlo. He aqu¨ª unos ejemplos: el edificio, min¨²sculo, carece de patio. Los aseos son liliputienses. Para acceder a algunas aulas es necesario pasar por otras. Hay materias que se imparten en locales apenas m¨¢s grandes que una cabina telef¨®nica (y no es una exageraci¨®n). Parte de las clases se dan en la biblioteca municipal, a m¨¢s de 200 metros del centro, donde los alumnos permanecen solos durante toda la jornada. Ni pasillos ni ventanas tienen caracter¨ªsticas legales para casos de evacuaci¨®n (el pasado a?o hubo una riada que casi se cobra dos v¨ªctimas). En los claustros, algunos de los 16 profesores deben permanecer en pie por falta de espacio. Las paredes se reblandecen con las lluvias. Al ser centro dependiente carecemos de seminarios, pese a lo cual los profesores tienen que asumir tales funciones, sin retribuci¨®n legal, reducci¨®n horaria ni reconocimiento de puntos. La Administraci¨®n, enterada de todo esto, no hace nada: nos niega la segregaci¨®n, racanea un nuevo edificio y no asigna m¨¢s volumen de alumnos ignorando el principio de impenetrabilidad de la materia. La comunidad educativa est¨¢ desanimada y asqueada, viendo espantada c¨®mo entramos en Europa mientras educamos a las generaciones futuras en un garaje.-
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