?Venga Silvio!
Ismael Serrano Palau de la M¨²sica. Valencia, 1 de julio de 1998"?Venga Silvio!", le grit¨® un espectador con un leve tonillo de sorna en su voz. La ocurrencia tuvo su gracia: los pasajes instrumentales, sobre los que, con excelentes dotes de comunicador, el joven madrile?o hilvanaba sus relatos de viaje, sus m¨²tiples tropezones sentimentales y sus tremendos manifiestos de rebeld¨ªa juvenil, aliviados con un oportuno pespunte de buen humor ("Lo le¨ª en el metro de Madrid: "Colabora con la polic¨ªa. P¨¦gate a ti mismo", dijo nada m¨¢s abrir el concierto), parec¨ªan saqueados de alguna antolog¨ªa del cubano Silvio Rodr¨ªguez. A veces, de hecho, despistaban m¨¢s de la cuenta: "Esta canci¨®n s¨ª que es de Silvio", se escuchaba rumorear entre el p¨²blico tras los primeros acordes de algunas piezas. Aunque, al final, Serrano dej¨® a m¨¢s de uno con las ganas y hubo que conformarse con una deliciosa lectura del Luc¨ªa de Joan Manuel Serrat. Es otra de sus referencias m¨¢s obvias y imita tan bien, conscientemente o no, el tono y las peculiares subidas de voz del artista catal¨¢n que, en ciertos momentos de la actuaci¨®n, alguien creer¨ªa estar asistiendo a uno de esos cert¨¢menes televisivos en los que llueven estrellas. Otras veces, en cambio, Ismael Serrano parec¨ªa dar vueltas a la manivela de una imaginaria m¨¢quina del tiempo para transportar a toda la sala a aquellos tiempos de pu?o en alto y carreras apresuradas ante los grises (Atrapados en azul, en referencia al color actual de los uniformes de la polic¨ªa, se titula su elep¨¦ de deb¨²). Fue, sobre todo, cuando el joven interpret¨® su popular Pap¨¢, cu¨¦ntame otra vez: el p¨²blico, en su mayor¨ªa adolescente (se trataba de una actuaci¨®n organizada por M 80 para festejar el fin de curso), se levant¨® de los asientos, alz¨® sus manos entrelazadas como en los mejores a?os de la canci¨®n protesta y hasta se exhibi¨® un bander¨ªn con la efigie del Che Guevara. La escena (emotiva, sin duda) se repiti¨® cuando el artista enton¨® el corrido M¨¦xico insurgente dedicado a los guerrilleros de Chiapas. Y a¨²n hay quien se atreve a decir que los j¨®venes carecen de compromiso e ideas; no ser¨¢n ¨¦stos.
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