Visita ministerial

?Les suena aquello de que "la justicia es un cachondeo"? Seguramente al final de esta carta entender¨¢n el comienzo de la misma. En la ma?ana del 6 de julio ten¨ªa lugar en la sala 17 del juzgado de lo Penal de Sevilla el juicio por la agresi¨®n que un perro tuvo hacia otro ocasion¨¢ndole la muerte. Estas ceremonias, como sabr¨¢n, comienzan haci¨¦ndose la exposici¨®n de los hechos, momento en el que el se?or fiscal, Francisco Garc¨ªa Ingelmo, por la peculiaridad del caso supongo, y exento de la objetividad que su profesi¨®n exige, comenz¨®, ante el asombro de todos, a hacer muecas y gestos de desagrado; pareciese que le incomodaba atender este tema ya que, como apunt¨® sin ning¨²n pudor en su resumen, que esper¨¢bamos y exig¨ªamos legal y no personal, no es amante de los animales y el hecho de que ensucien las calles le provoca gran displacer. Por si su actitud a¨²n no fuera lo suficientemente desde?able, en mitad del acto ceremonial os¨® sacar el diario y olvid¨® que se encontraba en su lugar de trabajo para el que los all¨ª presentes le retribuimos econ¨®micamente. ?No les es f¨¢cil pensar que para este fiscal la justicia debe de ser un cachondeo? ?Que qu¨¦ ocurri¨®? Nada, absolutamente nada. La juez, que momentos antes, en el cumplimiento de su deber, hab¨ªa ordenado callar a dos de los presentes, no tuvo el m¨¢s m¨ªnimo amago de invitarlo a que se desprendiera de la prensa y retomara su lugar como fiscal, de manera que sus colegas letrados tuvieron que sufrir el desprecio de no sentirse o¨ªdos por quien correspond¨ªa y el juicio lleg¨® a su t¨¦rmino sin m¨¢s pena ni gloria. No, yo no deseo hacerme eco de la frase que encabeza esta carta, tampoco que la indignaci¨®n, que no es poca, me lleve a generalizar, ya que las generalizaciones habitualmente inducen a error. Pero ?se imagina que mientras le extraen las am¨ªgdalas el cirujano se concentre en los Mundiales de F¨²tbol que oye en su walkman porque a ¨¦l lo de las am¨ªgdalas no le apetece mucho? Esta imagen que raya en lo pat¨¦tico y en el m¨¢s contundente surrealismo es la que visualic¨¦ en la celebraci¨®n del juicio ante la actitud, desprovista de respeto y de ¨¦tica profesional, que manten¨ªa el representante del Ministerio Fiscal.- .

El 23 de mayo se disput¨® el encuentro de f¨²tbol entre Colspe-Alcosa (Copa Federaci¨®n, cadetes, grupo IX), el cual finaliz¨® en el minuto 82, suspendido por el ¨¢rbitro del mismo a consecuencia de los graves incidentes surgidos tanto fuera como dentro del terreno de juego, con el resultado de 1-2. Tal circunstancia no tendr¨ªa la mayor relevancia, desde el punto de vista competitivo, a no ser porque al equipo del cual me honro en ser su entrenador (An Andalis) se le ha causado un grav¨ªsimo perjuicio y se encuentra en una absoluta indefensi¨®n, ya que el comit¨¦ de competici¨®n resolvi¨® la disputa de los ocho minutos restantes. ?stos no se han celebrado, al parecer, por una carta entregada por dirigentes del Club Alcosa, aduciendo su "temor" a que volvieran a repetirse los incidentes. Por supuesto no acudieron a la celebraci¨®n de los dichosos ocho minutos, consiguiendo con ello que mi equipo, que acab¨® en primera posici¨®n, con el derecho a disputar la fase final, no pudiera hacerlo, al serles concedidos los tres puntos al Colspe, que se los adjudica sin la previa reuni¨®n del comit¨¦ de competici¨®n. Una reflexi¨®n me permito: ?es esto juego limpio? ?Se pusieron los medios para que se celebrara el encuentro con las suficientes medidas de seguridad? Actitudes como la del Alcosa deber¨ªan ser fuerte y gravemente sancionables, por ello escribo con rabia, impotencia e indefensi¨®n. Alcosa, 0-Juego Limpio, 5.- .