El valle de la m¨²sica goza de su gran d¨ªa
El p¨²blico del Doctor Music se entrega con devoci¨®n a los Beastie Boys, Pulp, Garbaje y Portishead
Las actuaciones en el festival de Escalarre de los Beastie Boys, Pulp, Garbage y Portishead convirtieron ayer este Shangri-La de los Pirineos en el centro del mundo musical. Un cartel al que el p¨²blico se entreg¨® con devoci¨®n. Y eso que volvi¨® a apretar el calor: 41 grados llegaron a marcar los term¨®metros. Hay lipotimias, pero Bob Dylan pide calefacci¨®n.Dylan, que toca hoy a las seis de la tarde, no se f¨ªa. As¨ª habr¨¢ llegado a viejo. Ha insistido mucho en eso. All¨¢ ¨¦l. "Hemos conseguido los calefactores, muy costosos, que nos pide. No se acaba de creer que en un valle en las monta?as haga calor", suspiraba Neo Sala, director del festival. Problema gordo de aclimataci¨®n van a tenerlo los Beastie Boys, que tras tocar anoche aqu¨ª tocan hoy en... Finlandia.Jarvis Cocker, l¨ªder de Pulp, banda que toc¨® a media tarde, se fre¨ªa poco antes bajo el sol como margarina en la sart¨¦n. Jarvis es un tipo simp¨¢tico que aguanta bien la fama. En una entrevista con varios medios dijo que le gustan ese tipo de festivales y record¨® su primera actuaci¨®n en uno: en Glastonbury. Critic¨® la sociedad de consumo, dijo que la m¨²sica es diversi¨®n pero tambi¨¦n puede hacer pensar, y ri¨® a gusto cuando se le dijo que muchas chicas est¨¢n enamoradas de su imagen glamourosa. Tendr¨ªan que verlo al sol.
El calor volvi¨® a castigar de lo lindo, y a las 14.30 el grupo de break-pop nacional In the Dark suplicaba desde el escenario: "Acercaos. Hemos conducido 15 horas para llegar hasta aqu¨ª". In¨²til, excepto algunos suicidas potenciales, nadie sal¨ªa de la sombra que ofrec¨ªan las vallas del per¨ªmetro. Luego la atormentada voz de las B-Violet, que parecen salidas directamente de Las bacantes, hizo sudar m¨¢s a¨²n. Contrastaba todo ello con los deliciosos momentos de comuni¨®n de masas y fresquito vividos en la noche del viernes con Mojinos Escoz¨ªos. Diez mil personas se lo pasaron fenomenal tarareando estrofas como "mi novia tiene los ojos verdes como los sobacos de los extraterrestres". "Soy tan chulo que meo colonia", proclamaba El Sevilla, se tocaba los bajos con fruici¨®n y dejaba entrever en el dilatado espacio entre su ombligo y sus muslos un tanga -nada que ver con Calvin Klein-. Cant¨® Yo soy gilliposhas. Se cag¨® en el cura que le puso Marim¨®n -esperemos que no sea el que pincha a Dylan en el campanario- y acometi¨® con voz rom¨¢ntica You follo me on the eskai (mi sof¨¢). Una joven experta en mec¨¢nica ondulatoria, muy pija y muy de todo, repet¨ªa el estribillo a todo pulm¨®n, pero al ver la cara de la jaur¨ªa a su alrededor pas¨® sin soluci¨®n de continuidad a "going away, going away", recordando sin duda el anterior concierto, de los Pepsi-Krishnas Undrop.
Esterri d"?neu aparec¨ªa ayer tomada por festivaleros -por la tarde se hab¨ªan vendido 21.317 abonos- que hu¨ªan del horno de la zona de acampada. "Esto es un tractor", estableci¨® un heavy tatuado con un escorpi¨®n ante su novia. Era un tractor, efectivamente. Agust¨ª Cadena, vecino de la localidad, venerable bajo su boina, fue interrogado por este diario mientras oteaba impasible a unos punkis que se preparaban bocatas de at¨²n en la acera. "Me parece bien", sentenci¨®, sin que se supiera si se refer¨ªa al festival, a los bocatas de at¨²n o a Sid Vicious. ?Bob Dylan? ?No s¨¦? "Somos mayores", apunt¨® la se?ora Celedonia a su lado. Mayores que Dylan, fiu. No se lo van a creer en el campamento. Mucha gente piensa all¨ª que Deep Purple forman parte del Dev¨®nico. Parece que subir¨¢n las temperaturas. En un alarde de empirismo, este enviado especial recorri¨® la zona de acampada en la franja horaria de m¨¢ximo calor protegido por un sombrero de ala ancha a lo Jeb Stuart en la carga de caballer¨ªa sudista en Brandy Station y pertrechado con un term¨®metro de exteriores marca Corysan. Tras sortear a un grupo de h¨¦rulos sudorosos en slip y con tocado de cabeza a lo Feisal, que com¨ªan tallarines parmesana, fumaban porros, beb¨ªan cerveza y bailaban, todo a la vez, fue posible colocar el aparato de precisi¨®n en la c¨²spide de una tienda en la zona D-1. Los Killers de Moi¨¤, desparramados entre el polvo, observaban la operaci¨®n con inter¨¦s: todos llevamos un cient¨ªfico dentro. La ciencia no fall¨®: 41 grados
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