Este pueblo es una mina
La rotura de la balsa de Aznalc¨®llar ha diezmado la presencia de forasteros en la piscina municipal del pueblo
Ya no se ven domingueros en los domingos de Aznalc¨®llar. Los de fuera, como los llama Manuel Gal¨¢n, portero de la piscina municipal, la llenaban un domingo cualquiera del verano anterior. El domingo pasado, sin ir m¨¢s lejos, le result¨® muy sencillo hacer el c¨®mputo: solo dos familias forasteras. "Hab¨ªamos abierto un chiringuito para dar comidas", dice Feliciano P¨¦rez Librero, 42 a?os, concejal de Deportes, Medio Ambiente y Promoci¨®n Econ¨®mica de este pueblo que cobr¨® una notoriedad maldita el pasado 25 de abril, y no por la revoluci¨®n de los claveles. "El efecto de la pucha ha sido devastador. Porque nosotros hablamos de la pucha, no de los lodos", dice el edil. "Hay lodos cuando se produce un desbordamiento del r¨ªo por la lluvia; pero aqu¨ª lo que hubo fue una mezcla de minerales, de escombros. Una pucha". La situaci¨®n fue dantesca en el sentido m¨¢s literal del t¨¦rmino: a un lado, junto a las instalaciones de Boliden, el infierno: un trasiego de camiones procede a evacuar las inmundicias que han enfangado el Guadiamar, este r¨ªo de corto cauce, 80 kil¨®metros, y larga historia, r¨ªo mesopot¨¢mico que es Tigris en el Aljarafe y ?ufrates en la Marisma. Al otro, se divisa un aut¨¦ntico para¨ªso: las aguas del pantano delimitadas por una cadena monta?osa que insin¨²a una armon¨ªa que salt¨® por los aires. El pantano fue la piscina natural de las gentes de Aznac¨®llar, con unas aguas procedentes del Ca?averoso y el Crispinejo, R¨ªo Agrio y R¨ªo Dulce respectivamente, que ba?aban las minas del Castillo de las Guardas. En Aznalc¨®llar hab¨ªan depositado muchas esperanzas en reconvertir los alrededores del pantano para el turismo rural con la rehabilitaci¨®n de un mirador y la cesi¨®n de un cortijo de la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. "Esto no le tiene nada que envidiar a la Sierra Norte, que es donde se van todas las inversiones. Hay especies en v¨ªas de extinci¨®n, tanto que hablan de la cig¨¹e?a negra". La piscina municipal fue puesta en marcha en los a?os 70 por Guillermo Guti¨¦rrez, un m¨¦dico que fue alcalde de Aznalc¨®llar. "F¨ªsicamente, se parec¨ªa bastante al consejero de Industria de la Junta". Manuel Gal¨¢n controla el acceso. Padre de tres hijos, el resto del a?o pinta colegios, organiza la Cabalgata y lo que haga falta. Todos hablan en la piscina del regreso triunfal del hijo pr¨®digo, del recital que dio en la caseta municipal Jos¨¦ Dom¨ªnguez El Cabrero. "Rompi¨® moldes", dice el concejal. "Sus hermanas Lumi y Carmen vienen mucho por la piscina y desde aqu¨ª se ve la ladera en la que tiene las cabras". Ning¨²n estigma le arrebatar¨¢ a Aznalc¨®llar su vinculaci¨®n con el cante. Victoriano Haro Garc¨ªa, 43 a?os, es uno de los dos carteros del pueblo. Todos los d¨ªas termina el reparto en la calle Pepe Aznalc¨®llar que inmortaliza la memoria de este ilustre cantaor. Correspondencia por fandangos. "Buena parte de las cartas van y vienen para Boliden", dice Victoriano, natural de Logros¨¢n (Badajoz), que como Ortega Cano y Roc¨ªo Jurado tambi¨¦n se cas¨® en Castilblanco de los Arroyos, patria chica de su mujer, la madre de la Ver¨®nica, 10 a?os, y la Roc¨ªo, 12, hijas del cartero. El primog¨¦nito est¨¢ en la mili. "No escribe ni una carta", dice de su v¨¢stago, destinado como cocinero en Tablada. El agua de la piscina es fresca y cristalina. Procede del manantial de Ca?o Ronco, que tradicionalmente abastec¨ªa de agua al pueblo. Los lugare?os no terminan de acostumbrarse a la gran novedad de la temporada. Por primera vez les han puesto una mujer como socorrista. Roc¨ªo Garc¨ªa Vargas, 20 a?os, sac¨® el t¨ªtulo en Dos Hermanas. Montserrat, su hermana gemela, es monitora por la ma?ana. Podr¨ªan montar una escuela de sirenas al estilo de Esther Williams. Ni se le ha pasado por la imaginaci¨®n cambiar los papeles con su hermana. "Esto requiere mucha atenci¨®n". La suficiente como para estimar que la clientela de la piscina ha bajado m¨¢s de la mitad por culpa de la balsa. Unas dos mil personas viven directa o indirectamente de las minas. El padre de Roc¨ªo fue minero. "Lo dej¨® por un accidente laboral. Est¨¢ de abogados porque quieren convertir el accidente en enfermedad para no pagarle lo que le tienen que pagar". Cuando en septiembre se cierre el tel¨®n de la piscina, el pueblo se volcar¨¢ en la feria en honor de la patrona, la Virgen de Fuente Clara; despu¨¦s Roc¨ªo volver¨¢ a su ocupaci¨®n habitual, costurera.
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