Nuevo comienzo
LA APERTURA de conversaciones entre el presidente electo de Colombia, el conservador Andr¨¦s Pastrana, y el hist¨®rico comandante Tirofijo, dirigente guerrillero de las FARC, abre nuevas esperanzas para ese pa¨ªs. Especialmente si se suman las conversaciones en Alemania del Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ELN) con representantes de la sociedad civil.En el horizonte de unas negociaciones con estas guerrillas est¨¢ no s¨®lo el objetivo de acabar con una guerra que dura ya casi medio siglo, sino un intento de llegar al coraz¨®n del problema colombiano, donde a menudo se mezclan la guerrilla y el narco. ?se es el reto. Nada menos. Pastrana ya prometi¨® en la campa?a electoral que se ver¨ªa con la guerrilla antes de tomar posesi¨®n de su cargo, el pr¨®ximo 7 de agosto. Desde hace tiempo hab¨ªa tendido hilos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que se hab¨ªan negado a tratar con el presidente Samper. Para el propio Pastrana, el eje de este proceso es que la guerrilla est¨¦ dispuesta no s¨®lo a abandonar las armas e integrarse en la vida civil, sino a erradicar el cultivo il¨ªcito de droga en sus zonas e incluso en aquellas bajo control de los narcos y de los grupos paramilitares.
La labor de Pastrana es, por tanto, de una inmensa dificultad. Pero cuenta a su favor con los 6,3 millones de votos que le dieron la victoria; con su capacidad de interlocuci¨®n con la guerrilla, parad¨®jicamente reforzada por el hecho de ser conservador; y con su sincero deseo de ¨¦xito. Pues en este empe?o Pastrana se juega su presidencia.
La guerrilla parece dispuesta al di¨¢logo, pero pide a cambio una integraci¨®n en la vida civil que equivaldr¨ªa a sustituir al Estado en las zonas bajo su control, lo que resultar¨ªa inaceptable para el poder pol¨ªtico. Pero si a trav¨¦s de la negociaci¨®n en zonas desmilitarizadas para este prop¨®sito se logra una integraci¨®n de estas guerrillas, no ser¨ªa sorprendente que las FARC cooperaran en la lucha contra la droga, ya sea de los narcos, de los grupos paramilitares y de los jefes del Ej¨¦rcito que se benefician de esta producci¨®n y tr¨¢fico il¨ªcitos. Si as¨ª fuera, Colombia estar¨ªa ante un nuevo comienzo. Pastrana ha conseguido al menos generar esta ilusi¨®n.
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