El repudio por el asesinato de tres ni?os reduce dr¨¢sticamente el apoyo al movimiento orangista
Divisiones internas y el horrorizado repudio tras el asesinato de tres ni?os a manos de extremistas protestantes redujeron ayer dram¨¢ticamente la fuerza de la Orden de Orange. Acampados en la colina de Drumcree, en Portadown, los l¨ªderes orangistas radicalizados descubrieron un r¨¢pido descenso de apoyo. Sus planes de reunir ayer a 60.000 orangistas en el campamento rebelde, frente a la polic¨ªa y Ej¨¦rcito brit¨¢nicos, resultaron un rotundo fracaso: la concurrencia en los prados de Drumcee no pasaba de 500, mientras en Belfast desfilaron pac¨ªficamente unos 6.000 orangistas.
Salvo dos alarmas de bomba, no hubo incidentes cuando, marchando al son de un solo tambor, atravesaron el sector cat¨®lico de Ormeau Road, en el centro de Belfast. All¨ª, sus residentes les esperaron en silencio, pancartas con la palabra "verg¨¹enza" y banderas y globos negros en memoria de Richard, Mark y Jason Quinn, los hermanos de 10, 9 y 8 a?os de edad que fueron quemados vivos el domingo en un ataque de extremistas probrit¨¢nicos en el pueblo norte?o de Ballymoney. La polic¨ªa anunci¨® ayer que dos sospechosos hab¨ªan sido detenidos, pero se abstuvo de dar su identidad y afiliaci¨®n.A pesar de los desmentidos orangistas de que el movimiento de Drumcree creara la atm¨®sfera apropiada para esa atrocidad y muchos de los 614 actos de violencia registrados por la polic¨ªa desde el estallido de la crisis , la impresi¨®n popular de que el desaf¨ªo orangista ha exacerbado los ¨¢nimos va en aumento.
Numerosos adeptos est¨¢n abandonando la terquedad orangista de desfilar desde los campos de Drumcree hacia Portadown pasando por el barrio nacionalista cat¨®lico de Garvaghy Road. Los orangistas radicalizados insisten en que ese desfile es un derecho humano e inalienable que afianza su identidad cultural protestante, porque la marcha conmemora la victoria de Guillermo de Orange sobre el monarca cat¨®lico Jaime II hace 308 a?os. Los nacionalistas cat¨®licos mantienen que ese ritual es una provocaci¨®n triunfalista que refleja la intenci¨®n de mantenerlos en la categor¨ªa de ciudadanos de segunda.
La intransigencia orangista se inscribe en el marco de la oposici¨®n protestante al acuerdo de Viernes Santo, el proyecto de paz adoptado por los partidos pol¨ªticos en abril, refrendado por el electorado en mayo y consagrado a comienzos de este mes con la elecci¨®n y formaci¨®n de la Asamblea legislativa auton¨®mica. Pero esa expresi¨®n orangista de rechazo est¨¢ cambiando de lectura a ra¨ªz de los asesinatos del domingo y el visible protagonismo de grupos paramilitares en el desaf¨ªo de Drumcree.
"La concentraci¨®n de Drumcree est¨¢ fuera de control", declar¨® Tom Craig, el jefe de la fuerza policial del Royal Ulster Constabulary (RUC) en Drumcree. Fue la segunda declaraci¨®n oficial sobre el caos detr¨¢s del movimiento orangista. Ronnie Flanagan, el jefe de la RUC, dijo el domingo que la manifestaci¨®n hab¨ªa sido "secuestrada" por agitadores y paramilitares.
?se es un hecho documentado con un v¨ªdeo que en d¨ªas pasados captur¨® la imagen de un orangista enmascarado disparando un arma de fuego contra las tropas que controlan Drumcree. Las nuevas pintadas de organizaciones paramilitares en las barricadas no hacen sino confirmar que tras la manifestaci¨®n pac¨ªfica se parapetan pistoleros y hooligans. David Jones, oficialmente el portavoz de la manifestaci¨®n, pero que en realidad es uno de los cabecillas del movimiento, admiti¨® ayer por primera vez que en Drumcree "existen elementos no pac¨ªficos" que la Orden de Orange est¨¢ tratando de somenterlos a control.
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