El teatro tambi¨¦n puede servir de excusa
La bola de cristal de Horacio forma ya parte de los Veranos de la Villa. A?o tras a?o, desde que se inici¨® la moda de representar una obra de teatro en la Muralla ?rabe, este argentino abre su tenderete justo encima de donde los actores representan, esta temporada, La dama duende, de Pedro Calder¨®n de la Barca. "Ya soy parte del inventario", dec¨ªa ayer este adivino argentino, tocado con un pa?uelo en la cabeza, ataviado con una t¨²nica hasta los pies, sentado en una butaca, envuelto en olor a incienso y con su bola tra¨ªda de Holanda apoyada en una mesa redonda.Lo de ir a una representaci¨®n teatral y salir sabiendo qu¨¦ le depara a uno el futuro puede parecer muy absurdo, pero se trata de una ocurrencia que ha resultado todo un ¨¦xito en la programaci¨®n estival madrile?a. Adem¨¢s de la bola de Horacio, la Muralla ofrece otras posibilidades para conocer el futuro: hay especialistas en quiromancia, en tarot y echadores de cartas. Todos reciben al p¨²blico vestidos en plan z¨ªngaro dentro de unas garitas decoradas con todo tipo de detalle.
Pero no son la ¨²nica sorpresa con la que tropieza el p¨²blico que acude a ver el espect¨¢culo teatral que acoge este recinto, uno de los m¨¢s emblem¨¢ticos de la programaci¨®n de los Veranos de la Villa.
Casi podr¨ªa decirse que lo de sentarse a contemplar lo que pasa en el escenario es una excusa para pasar una ajetreada velada compuesta por un batiburrillo de actividades y atracciones: unos mosqueteros se ocupan de dar la bienvenida al p¨²blico que a continuaci¨®n tiene que v¨¦rselas con un fraile protest¨®n que da la bronca a todo el que se le acerca.
Pocos pasos m¨¢s adelante hay dos lindas j¨®venes vestidas como damas del siglo XVII, que hacen muchas caranto?as, sobre todo a los hombres. Y luego aparece un ciego que grita y advierte de los peligros del matrimonio.
Todo esto ocurre mientras se toma posesi¨®n del asiento: unos se deciden por las mesas que rodean al escenario, lo que incluye la posibilidad de cenar, y otros por las gradas. Hay incluso quien opta por disfrazarse para ver la representaci¨®n. Por eso no debe sorprender a nadie que entre el p¨²blico asome un astronauta, una princesa o el mism¨ªsimo Robin Hood.
Antonio Guirau, director de los Veranos de la Villa, ya prob¨® esta f¨®rmula, la de mezclar el teatro con todo tipo de diversiones, en los a?os setenta con motivo de unas representaciones en la Plaza Mayor.
"Intentamos quitar al teatro el cors¨¦ de la simple representaci¨®n. Se trata de convertir la funci¨®n en una fiesta y no que la gente llegue, se siente y ya est¨¢. Por eso las puertas se abren una hora antes de que comience la funci¨®n", comenta Guirau. Su idea ha tenido tanto ¨¦xito que ya ha mantenido contactos para exportarla al extranjero. Ni m¨¢s ni menos que al Central Park de Nueva York, seg¨²n adelanta este director teatral. Seg¨²n datos de la organizaci¨®n de los Veranos de la Villa, el a?o pasado acudieron a las funciones de la Muralla ?rabe, que tiene capacidad para 1.000 personas, unos 30.000 espectadores. Los organizadores saben que buena parte del ¨¦xito radica en el tiempo. Y otro dato: de todo este tinglado se ocupa un equipo de 20 personas.
Este a?o, el Siglo de Oro ha invadido la Muralla ?rabe. Es esta ¨¦poca la excusa alrededor de la que se han montado todas las actividades. La obra que se representa, La dama duende, es una comedia de enredo de uno de los autores m¨¢s representativos de esta ¨¦poca. Pero antes de que empiece, har¨¢ su aparici¨®n Segismundo, el personaje central de La vida es sue?o, tambi¨¦n de Calder¨®n, metido en una jaula que est¨¢ colocada en una de las esquinas del recinto. Cuando Segismundo termina su corto di¨¢logo, los actores encargados de la animaci¨®n teatral se cuelan entre las mesas. Todos son personajes representativos de esta ¨¦poca. La oferta esc¨¦nica incluye adem¨¢s un auto sacramental, Cena del rey Baltasar que se representa durante el intermedio.
"No concibo unos veranos sin estar aqu¨ª", comentaba ayer Horacio mientras la gente hac¨ªa cola para entrevistarse con ¨¦l. "Venimos todos los a?os a que nos diga el futuro", dec¨ªa una joven pareja. Ellos, como casi todos los que aguardaban su turno para que les soplaran el futuro, confiesan que es el ¨²nico d¨ªa del a?o que les da por hacer algo as¨ª.
La dama duende en la Muralla ?rabe (Parque del Emir Mohamed I; metro ?pera) a las 22.30. Apertura del recinto a las 21.30. Hasta mediados de agosto. 2.000 pesetas.
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