Muertos
DE PASADALos muertos, sus herramientas, sus ajuares y las ciudades donde vivieron han elegido el verano para surgir en Granada como frutas polvorientas. Primero sali¨® el muertecillo -as¨ª lo llamaba Reyes ?vila, la arque¨®loga- de la calle de la Colcha, con 1.700 a?os de experiencia silenciosa, los huesos p¨¢lidos y su in¨²til y excelente dentadura. El difunto era, en efecto, un muerto peque?o, discreto, un poco vergonzoso, con las manos pudorosamente colocadas en el bajo vientre y el cr¨¢neo volado. El esqueleto no ten¨ªa la rotundidad de un muerto, sino la moderaci¨®n de un muertecillo, de un cad¨¢ver a medias, de alguien que muri¨® pero regresa con una amplia informaci¨®n del pasado inscrita en sus partes residuales, esas que err¨®neamente las esquelas mortuorias denominan restos mortales creyendo que han de perdurar menos que su memoria. Luego apareci¨® parte de una ciudad, Medina Elvira, arrasada a fuego hace mil a?os por los bereberes. Del fondo de la tierra emergi¨® una calle suburbial con el empedrado firme a pesar de la violencia del asalto. Mientras, a unos pocos cientos de metros, el asfalto herido de la A-92 supuraba arena por cada una de las llagas. Al mismo tiempo, en Castril, germinaron las herramientas de los agricultores medievales, veinte objetos entre hachas, azadas y arados, y en el Albaic¨ªn prosperaron como flores de secano fragmentos de cer¨¢mica. Nadie sabe las razones de estas profusas y solemnes apariciones del pasado, si obedecen a una calculada excursi¨®n al exterior de los antiguos o a una conjura de los seres horizontales contra la pujante verticalidad. No obstante, el verano, a causa del sol alucinante, es la estaci¨®n m¨¢s propicia a mirar el suelo y, por tanto, a descubrir y valorar m¨¢s los despojos. Los desperdicios con que contribuimos a engrosar nuestra futura capa de sedimento arqueol¨®gico ser¨¢n analizados con el mismo rigor cient¨ªfico con que estudiamos ahora los hallazgos de las intervenciones. ?Qu¨¦ salvar¨¢ el azar de este inmenso presente? ?Un filamento de asfalto de una autopista, el colmillo retorcido de un concejal corrupto, la moneda que atesora un mendigo en el bolsillo?
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