100.000 t¨ªtulos nuevos y 600 millones de libros se publicaron en espa?ol en 1997
Editores de las dos orillas apuestan en Santander por un espacio com¨²n iberoamericano
"Ya no queremos hablar de libros de tal o cual pa¨ªs, queremos hablar de libros en espa?ol". As¨ª resumi¨® el presidente de la Federaci¨®n de Gremios de Editores de Espa?a, Juan de Isasa, el esp¨ªritu del 14? Encuentro de Editores, que se inici¨® ayer en la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo (UIMP), en Santander. "No se puede organizar una semana del libro espa?ol en Quito, sino que hay que hacerlo del libro en espa?ol", a?adi¨® el editor Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez. Editores de las dos orillas del Atl¨¢ntico debatir¨¢n en torno al tema Libro y sociedad de la informaci¨®n en Iberoam¨¦rica.
Algunos de los datos aportados son espectaculares: "La producci¨®n de t¨ªtulos nuevos en el ¨¢rea idiom¨¢tica del espa?ol ha alcanzado ya [en 1997] la incre¨ªble cifra de 100.000 por a?o, y est¨¢n representados por m¨¢s de 600 millones de ejemplares. M¨¢s de un libro por habitante y a?o", se?al¨® Rafael Mart¨ªnez Al¨¦s, del Grupo Anaya.Desde que el emperador Carlos I dio, en 1525, la concesi¨®n exclusiva del comercio de libros con la Nueva Espa?a a Jacobo Gromberger, establecido en Sevilla, los intercambios entre Am¨¦rica Latina y Espa?a son la cr¨®nica de una larga historia de influencias rec¨ªprocas jalonadas por crisis y sobresaltos muy frecuentes: un ejemplo, la devaluaci¨®n del peso mexicano a finales de 1994 represent¨® para la industria editorial espa?ola la p¨¦rdida de miles de millones de pesetas. Las cifras, que ese a?o hab¨ªan alcanzado los 11.121 millones de pesetas, se redujeron a menos de la mitad en 1995 y 1996. La prueba de que las cosas han cambiado es que en 1997 se inici¨® una recuperaci¨®n muy significativa: en la actualidad, M¨¦xico es el tercer pa¨ªs importador (7.590 millones de pesetas en 1997). El primero es Brasil (9.511 millones de pesetas), seguido de Argentina (9.374). "Las expectativas aumentan", dijo Federico Ib¨¢?ez, presidente del Centro Espa?ol de Derechos Reprogr¨¢ficos (CEDRO) y director del curso, junto a Josep Llu¨ªs Monreal, del Grupo Oc¨¦ano. "En 1997 se export¨® por la venta de libros 40.000 millones de pesetas, y, en total, por la venta de productos editoriales, como revistas, 70.000 millones. Eso quiere decir que las sociedades latinoamericanas son cada vez m¨¢s estables y que su poder econ¨®mico es tambi¨¦n cada vez m¨¢s estable".
Vitalidad
Las cosas al rev¨¦s funcionan peor: las importaciones procedentes de Iberoam¨¦rica s¨®lo alcanzaron el a?o pasado 259 millones de pesetas, 47 millones menos que en 1996.La vitalidad de la edici¨®n espa?ola se palpa en las inversiones realizadas en el primer trimestre de 1998: Argentina (6.156 millones de pesetas), Italia (1.064), Chile (462), Portugal (340), Colombia (132), Francia (100).
Apenas hubo paja en el primer d¨ªa del Encuentro de Editores. La avalancha de datos fue abrumadora, pero tambi¨¦n se habl¨® de otras muchas cosas, como la literatura, la lectura, los retos del futuro o las nuevas tecnolog¨ªas. Hubo satisfacci¨®n general por la presencia del director general del Libro, Fernando Rodr¨ªguez Lafuente, quien explic¨® algunas de las medidas de ayuda al sector editorial en que trabaja la Administraci¨®n, como un programa de apoyo interministerial para abrir nuevos mercados o la extensi¨®n del telepedido. "En 1999 iniciaremos un plan para la expansi¨®n y consolidaci¨®n en Iberoam¨¦rica de las peque?as y medianas empresas". "Es una muy buena noticia", respondi¨® Juan de Isasa.
Los editores de uno y otro lado estuvieron de acuerdo en que Santander, en julio, se ha convertido en una cita obligatoria e imprescindible para el sector. Se invent¨® el encuentro, hace 14 a?os, Francisco P¨¦rez Gonz¨¢lez. "Entonces los editores ten¨ªamos una especie de esquema. Habl¨¢bamos de cr¨¦ditos a la exportaci¨®n, de tarifas de correos, de rebajas en las tarifas a¨¦reas. Parec¨ªa que, para nosotros, la vida literaria no era prioritaria. Se trat¨® de buscar un foro en el que se pudieran abordar los m¨¢s diversos temas y en el que no tuviera importancia que las empresas fueran grandes, peque?as o medianas". Ayer, en la sesi¨®n inaugural, los editores elogiaron y agradecieron la labor de P¨¦rez Gonz¨¢lez. "Es el alma y el arma secreta de estos encuentros", dijo Federico Ib¨¢?ez.
Las nuevas tecnolog¨ªas de la comunicaci¨®n centraron buena parte de la primera jornada. "La sociedad de la comunicaci¨®n nos ha desbordado como no habr¨ªamos imaginado jam¨¢s hace 15 a?os. Para las autopistas necesitamos un veh¨ªculo que circule, y en Espa?a y Latinoam¨¦rica es el idioma", se?al¨® Juan de Isasa. "El papel impreso no desaparecer¨¢. Rotundamente, no", dijo Josep Llu¨ªs Monreal, pero un libro "ya no ser¨¢ m¨¢s s¨®lo papel impreso". "Los tiempos avanzan mucho m¨¢s r¨¢pidamente de lo que pensamos los veteranos editores". ?Hasta cu¨¢ndo durar¨¢ la cultura del libro? Casi todos afirmaron que hasta siempre. El editor Josep Maria Boixareu puso de manifiesto la prudencia de muchos editores sobre los nuevos medios: "No nos adelantemos ni nos quedemos atr¨¢s". "Es un momento especial para no perder el tren de las autopistas", concluy¨® Rodr¨ªguez Lafuente.
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