Una semana de rodaje
Los escaladores llegan a la contrareloj sin desgaste y Cipollini suma su 8? victoria
, Octava victoria de Cipollini en el Tour de Francia. Nada que objetar. Tiene m¨¢s caballos de potencia que sus rivales y a eso a?ade un sentido muy preciso de la colocaci¨®n. No es f¨¢cil verle cometer un error de c¨¢lculo a la hora de iniciar el ataque final. En un sprint m¨¢s convencional que el del jueves, Cipollini se mostr¨® intratable. Sus victorias empiezan a sacar al Tour de la aton¨ªa: el esc¨¢ndalo Festina, un tiempo no demasiado caluroso, unas carreteras con buen firme y el viento a favor han provocado poco desgaste en el pelot¨®n.Es el comentario general: la gente llega con suficiente combustible a la primera dificultad seria, la contrarreloj de hoy. Y, sobre todo, los escaladores, que han podido tramitar el llano sin sobresaltos. Hemos asistido a una semana hipertensa que se ha traducido en un gui¨®n monocorde en la carretera. La victoria de Cipollini no supone una novedad, pero al menos ofrece la sensaci¨®n de que el Tour cobra su pulso.
El sprinter italiano suma ya ocho victorias en el Tour. Est¨¢ todav¨ªa de buen ver, en un a?o en el que ha igualado a Eddy Merckx en el Giro (25 victorias de etapa). Cipollini reconoce que tiene ante s¨ª un reto: igualar las 12 victorias del italiano Bartali en el Tour. Pero la gente espera algo m¨¢s de ¨¦l, un detalle significativo: verle llegar a los Campos El¨ªseos.
Cipollini no ha llegado a estar m¨¢s de 10 etapas en un mismo Tour. ?Lo terminar¨¢ en 1998? No hay respuesta precisa. Est¨¢ claro que, con 1.500 kil¨®metros en sus piernas, es el m¨¢s r¨¢pido, no tiene rival. ?Ser¨ªa igual de intratable con casi 4.000 kil¨®metros entre pecho y espalda? De momento, parece que estar¨¢ por aqu¨ª hasta el martes, fecha en que comienzan los Pirineos.
Cipollini le ha dado estabilidad a un Tour que naci¨® azaroso, que vive angustiado por las noticias que vienen del exterior (mejor dicho, por la ausencia de noticias). El Tour vive en libertad condicional aunque, sobre la carretera, la situaci¨®n es completamente distinta: demasiada calma, poca batalla, viento a favor. El pelot¨®n llega a la meta a 40 por hora sin aparente esfuerzo, sin dejar un reguero de ca¨ªdas a su paso, sin solicitar de los ciclistas un esfuerzo suplementario.
La primera semana se ha convertido en un rodaje agradable para todos los aspirantes, pero especialmente ben¨¦fico para los escaladores, proclives a quedarse en los cortes, temerosos de seguir a un pelot¨®n lanzado. El ejemplo l¨ªmite lo ha dado Pantani, que ha viajado en cola y no ha perdido un solo segundo respecto a sus rivales. En otras ocasiones, la primera semana ya le hab¨ªa supuesto alg¨²n castigo. A la aton¨ªa de la carrera se une tambi¨¦n la falta de referencias. Nadie sabe c¨®mo est¨¢n sus rivales, nadie ha dado una m¨ªnima se?al. Otro ejemplo l¨ªmite: Jalabert. No es el Jalabert que conoc¨ªamos, escondido en el pelot¨®n, an¨®nimo, indiferente a la disputa de los segundos de bonificaci¨®n en las metas volantes. Jalabert ha dejado pasar la oportunidad de ser l¨ªder del Tour en alg¨²n momento y ha evitado todo riesgo. Quiere estrenarse hoy como contrarrelojista en el Tour y cunde la expectaci¨®n ante su actuaci¨®n. Jalabert puede convertirse en un ejemplo ¨²nico de transformismo ciclista (primero sprinter, luego clasic¨®mano, m¨¢s tarde enemigo de cuidado en la media monta?a, posteriormente triunfador de una gran Vuelta y actualmente campe¨®n del mundo contrarreloj) y en un ejemplo a seguir. Quieto Jalabert, quieto Pantani, tranquilos Olano y Ullrich, nadie ha movido un dedo. Han pasado algo m¨¢s de 1.200 kil¨®metros y el personal ha hecho un rodaje perfecto. Hoy tendr¨¢n que salir todos a escena. Ya era hora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.