Solares hist¨®ricos
?Existe alg¨²n centro hist¨®rico con tantos solares como el de Valencia? Supongo. Al menos, los que han sufrido bombardeos de guerra. Porque el de la capital valenciana es de otro tipo: de desidia colectiva. O lo ha sido. Con el Plan Riva las cosas han mejorado, en barrios como El Carme o La Seu se nota su acci¨®n. Pero tambi¨¦n en El Carme o, m¨¢s a¨²n, en Velluters los solares siguen generando la impresi¨®n de un viejo bombardeo. Las causas y las mentalidades que condujeron al estado de postraci¨®n paulatina son complejas y no estoy seguro de que se hayan transformado suficientemente. Quiz¨¢ convendr¨ªa preguntarle qu¨¦ razonamientos y actitudes se han utilizado para justificar lo injustificable. La vox populi ha repetido y a¨²n repite la afirmaci¨®n de que el centro hist¨®rico de Valencia es uno de los m¨¢s grandes de Europa, o sencillamente que es el m¨¢s grande, como raz¨®n que explica la dificultad para recuperarlo. No s¨¦ de d¨®nde sali¨® este argumento que incluso a veces hemos utilizado arquitectos. La realidad no tiene nada que ver con ella, pues centros hist¨®ricos m¨¢s grandes y m¨¢s densos existen unos cuantos. El de Sevilla tiene doble superficie que el de Valencia. El de Barcelona aunque no fuese m¨¢s grande en extensi¨®n es mucho m¨¢s denso en edificaci¨®n y poblaci¨®n (a finales de los sesenta lleg¨® a tener 260.000 habitantes mientras el de Valencia alcanz¨® en 1950 los 105.000). Como raz¨®n, pues, no se aguanta, sobre todo cuando se visitan esos centros hist¨®ricos y se comprueba que su recuperaci¨®n est¨¢ m¨¢s avanzada que el nuestro. Por otro lado, a diferencia de otras ciudades aqu¨ª no se cree demasiado ni en sus potencialidades como h¨¢bitat ni en sus cualidades arquitect¨®nicas, excepci¨®n hecha de alg¨²n o algunos monumentos sueltos. Hemos investido con t¨ªtulo de humanidad a la Lonja pero puede tratarse de una cortina de humo. Ciutat Vella es una acumulaci¨®n de estratos de arquitectura, historia y sociolog¨ªa mucho m¨¢s rica, cuya complejidad y posibilidades a¨²n hay que hacer ver. Ahora bien, es dif¨ªcil ganar credibilidad cuando en donde se concentran tres elementos de arquitectura capital como son La Lonja, el Mercat Central y Sant Joan, siguen discurriendo veh¨ªculos (y a menudo a alta velocidad) haciendo de esa plaza una carretera y no un entorno hist¨®rico. O cuando en determinadas v¨ªas hay una inflaci¨®n de instalaciones de ocio que impiden el descanso del vecindario. Son nada m¨¢s unos ejemplos significativos del ambiente que genera una autopercepci¨®n en la propia ciudadan¨ªa. De hecho, poca gente cree en el centro hist¨®rico, algunos m¨¢s est¨¢n a la expectativa y una amplia mayor¨ªa de los promotores y los empresarios locales pasan de ¨¦l. No es la cultura una de sus aficiones y as¨ª nos van las cosas. Aqu¨ª a lo que ha habido afici¨®n es a la cosecha de solares, con el consiguiente arrasamiento de edificios, muchos de ellos con su ficha de protecci¨®n rellena y aprobada, incluidos ejemplares de arquitectura monumental. Quiz¨¢ se ha apaciguado la tendencia, pero no s¨¦ si con convicci¨®n. Es cierto que en todas partes cuecen habas y que la especulaci¨®n es una lacra universal, pero nuestro caso es paradigm¨¢tico de un centro hist¨®rico desvencijado sin bombardeo. Somos un caso de particular desinter¨¦s de las fuerzas econ¨®micas locales, conocemos su desamor por todo lo que no d¨¦ pesetas inmediatas. Desde hace d¨¦cadas ha habido voces que, peri¨®dicamente, denunciaban la tendencia a la destrucci¨®n de Ciutat Vella sin conseguir que propietarios y promotores les escucharan como colectivo. Existen ciudades como la actual Sevilla (no siempre ha sido as¨ª) cuya burgues¨ªa tiene a gala tener un centro hist¨®rico en condiciones de aseo y ornato p¨²blico. Sin solares. La campa?a Barcelona posa"t guapa capta sponsors en un grado inveros¨ªmil visto desde aqu¨ª. Mucho me temo que las autojustificaciones, el descr¨¦dito y la estulticia contin¨²an pesando sobre la Ciutat Vella de Valencia sin que la mentalidad colectiva haya cambiado mucho. Una de las causas es que aqu¨ª el promotor tiene muchos m¨¢s solares posibles en la periferia, que ofrece hoy suelo para 20.000 viviendas que nadie sabe qui¨¦n va a ocupar. El troceo y destrucci¨®n de la huerta es la otra cara de los solares de Ciutat Vella. Pero no os preocup¨¦is, seg¨²n la alcaldesa, Valencia lidera lo ecol¨®gico, lo solidario, lo accesible, lo social y lo cultural.
Carles Dol? es arquitecto-urbanista.
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