Un d¨ªa para olvidar
Un d¨ªa para olvidar con todas estas historias. A ver por d¨®nde empezamos. Bueno: empezamos por la salida. Salimos muy tranquilos para pararnos en el monumento a Casartelli como todos los a?os. Antes hab¨ªamos subido Ment¨¦ tan tranquilos que casi nos hab¨ªa dado tiempo a leer la placa de Oca?a y cuando paramos donde Casartelli me fui a orinar y le dej¨¦ la bici a Jimmy (Jim¨¦nez) para que me la sujetara. De repente oigo, ?que ya arrancan! Volv¨ª r¨¢pido y ah¨ª estaba la bici sola. Me la guardaba un espectador. En la bajada hubo varios ataques y me met¨ª en alguno para ver c¨®mo reaccionaba el hombro lastimado. En caliente iba bien, apenas lo notaba, pero cuando paraba un poco, en fr¨ªo, empezaba a darme latigazos el tend¨®n este.Y empez¨® el calvario de Core. Iba mal, mal, mal. A cinco kil¨®metros de la cima se hizo un grupo atr¨¢s y yo me dije: "no me puedo quedar aqu¨ª, que si me quedo, me voy para casa". Nada, a sufrir. Hasta que enlac¨¦. Coron¨¦ con el grupo bueno y la sorpresa.
El avituallamiento. No me enter¨¦ de lo de Abraham con el walkie porque lo ten¨ªa estropeado y mejor no enterarse de estas malas noticias as¨ª. Vino Txente y me dijo que le hab¨ªa dicho Abraham que avisara por el walkie de que se bajaba. No nos dio tiempo de hablar con ¨¦l para darle ¨¢nimos. Le tiraban los tendones de debajo del cu¨¢driceps y s¨®lo pod¨ªa pedalear sentado. As¨ª que se baj¨® en el avituallamiento.
Fuimos m¨¢s animados en Port, con Triqui (Beltr¨¢n) y Chaba pensando ya en que iban a gusto para ir arriba. Enseguida se puso el Mercatone a marcar un buen ritmo para bajar la ventaja de los escapados. Se vio claro cu¨¢l era su plan: para que Pantani ganara la etapa. Y el Pirata tan tranquilo atr¨¢s, en el llano. Yo iba por all¨ª. Vimos a Ullrich parado con la aver¨ªa y el Pirata ni se inmut¨®. All¨ª tranquilo, sin se?ales de que fuera a atacar. En la primera rampa, me he abierto a un lado y, en la segunda, pasaron a mi lado a toda velocidad Bolts y Totschnig llevando a Ullrich. Ah¨ª ya me perd¨ª la pel¨ªcula.
Y la otra sorpresa del d¨ªa era Jimmy. A falta de seis kil¨®metros me lo encuentro de lado a lado de la carretera, hemos intentado quedarnos un poco para ver si le ayud¨¢bamos y ¨¦l nos dijo, "deja, deja, que voy como puedo". Y nos hemos ido para arriba. Nos hemos cambiado y hemos preguntado por Beltr¨¢n. Nos han dicho que bien, sin perder mucho tiempo. Ser¨¢ nuestra baza en la general. Y, nada, a seguir la t¨¢ctica de comer, beber, y atacar cuando se pueda. Ahora tenemos un d¨ªa de meditaci¨®n y a ver qu¨¦ se hace.
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