Escapada simb¨®lica de Jalabert
Tom Steels se adjudic¨® una etapa extra?a, con un pelot¨®n que lleg¨® con dos horas de retraso a la meta porque se plante¨® una huelga en toda regla. Steels se adjudic¨® un sprint inevitable, dado que el equipo Telekom, el primer interesado en que la jornada transcurriera lo m¨¢s normalmente posible, se empe?¨® en cortar todo intento de escapada. La jornada, a pesar de su irregularidad, tuvo un gran protagonista: Laurent Jalabert. Jalabert hab¨ªa actuado en la salida como portavoz de los corredores. Su impulso natural, una vez que la etapa se normaliz¨®, le llev¨® a lanzar un ataque suicida para un hombre que compite por tener un puesto en el podio. Su escapada tuvo m¨¢s una consideraci¨®n moral que estrat¨¦gica. Fue un gesto: estaba dispuesto a seguir dando un ejemplo de generosidad. Y con el calor enorme que hab¨ªa.Atac¨® en el kil¨®metro 40. A 180 de la meta. Le sigui¨® su hermano Nicolas y Voskamp, un corredor del TVM, amenazado ahora de expulsi¨®n en cualquier momento. Era la primera vez en su carrera que los hermanos Jalabert compart¨ªan una escapada. Hab¨ªa algo m¨¢s en su acci¨®n. Adem¨¢s, estaban cerca de su ciudad natal, Mazamet.
La escapada termin¨® en el kil¨®metro 173. Antes, Telekom decidi¨® cortar por lo sano y se gan¨® algunos aliados a su causa. El pelot¨®n lleg¨® a partirse por la mitad. Hab¨ªa resistencia en cazar a Jalabert, una resistencia que no era deportiva sino moral. El propio Jalabert, a la vista de la velocidad a la que mermaba su ventaja, desisti¨® del combate. Tras su caza, la rutina de costumbre: algunos saltos, m¨¢s velocidad, mucho calor, los nervios cerca de la meta... Y el sprint. Lo gan¨® Steels, pero nadie lo celebr¨®.
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