El fracaso de la revuelta de Tarasc¨®n
Los corredores, liderados por Jalabert, intentaron una huelga que fue desmontada por las presiones
"Deja que los pichaflojas hagan el rid¨ªculo". Con l¨¢grimas en los ojos, Laurent Jalabert, en perfecto castellano, puso punto final a la utop¨ªa. Se subi¨® a la bicicleta y seguido por los ¨²ltimos resistentes comenz¨® a pedalear hacia los esquiroles. Eran las 13.10. Durante casi dos horas m¨¢gicas, los corredores hab¨ªan cre¨ªdo en su unidad. La revuelta de Tarasc¨®n era su grito a la pantomima en que se ha convertido el Tour, la gran carrera. Corredores en comisar¨ªa, duros interrogatorios, un director encarcelado, el anuncio por la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) de pruebas m¨¦dicas completas por sorpresa.Y el director del Tour, Jean Marie Leblanc, exigiendo a toda costa que el Tour deb¨ªa seguir. La mayor¨ªa de los corredores no lo cre¨ªan as¨ª. Piensan que es una carrera bajo sospecha, que se ha maltratado su imagen y su trabajo. Intentaron su huelga, creyeron que era posible no disputar la etapa, pero sucumbieron a su desuni¨®n, las amenazas de algunos directores, las presiones del Tour. Nada volver¨¢ a ser como antes entre ellos. Los ciclistas han insultado a los m¨¢s d¨¦biles; han encontrado en Jalabert, Pantani, Leblanc, Durand, los l¨ªderes que buscaban fuera de la carrera. Perdieron su batalla. Se han sentido fuertes en su c¨®lera. Despu¨¦s, muy d¨¦biles por la falta de unidad. El Tour sigue.
Jalabert asumi¨® su papel de l¨ªder. "S¨®lo hablar¨¦ en presencia de mi abogado", ironiza. Nueve festinas llevan las ¨²ltimas horas declarando en una comisar¨ªa de Ly¨®n. "Ha llegado el momento en que hay que hacer algo", dice. "El Tour es un circo, pero nosotros no somos los monos". Los espa?oles se re¨²nen con Arrieta y Rodr¨ªguez (Kelme). Luc Leblanc habla con los franceses. Ullrich no se re¨²ne con nadie. "Hay que parar", dice Rodr¨ªguez. "Que no vengan los franceses con un paro simb¨®lico". Hay aires de revuelta.
Kil¨®metro 0. M¨¢s de 100 corredores sentados en el suelo. El comit¨¦ de los corredores y los directores de los equipos hablan con Jean Marie Leblanc, el due?o de la carrera, y Martin Bruin, el holand¨¦s presidente del jurado. Jalabert discute acalorado con Leblanc. Hace ocho minutos que deb¨ªa haber comenzado la etapa.
Los directores discuten entre ellos. Manolo S¨¢iz apoya a los corredores. Otros cinco directores (los dem¨¢s espa?oles, el del TVM y el del Mercatone) tambi¨¦n. Legeay, el del Gan, Stanga, el del Polti, Madiot, el de La Fran?aise des Jeux, lideran a los que apoyan a la organizaci¨®n. "Son capataces de Leblanc y de la UCI", dice un corredor.
Leblanc amenaza: "Os deb¨¦is al p¨²blico, toda la organizaci¨®n est¨¢ en marcha. Si no sal¨ªs hoy, se termina el Tour aqu¨ª, y ya veremos qu¨¦ pasa en 1999". Despu¨¦s Leblanc, en rueda de prensa, se?al¨® con el dedo: "S¨®lo una minor¨ªa se opon¨ªa a correr: ONCE, Banesto, Vitalicio, el equipo de Pantani, y algunas individualidades, como Durand".
Poco despu¨¦s de las 12.00 Leblanc (el ciclista) informa a los corredores de que hay acuerdo: saldr¨¢ la etapa y por la noche se reunir¨¢n corredores, Tour y UCI para estudiar las reivindicaciones. La asamblea no est¨¢ de acuerdo. "As¨ª nos estamos bajando los pantalones", dice Mauri.
A las 12.20 Leblanc (el due?o) anuncia el acuerdo. Se sube a su coche y avanza. Unos cuantos corredores le siguen: la mayor¨ªa del Telekom, con Riis a la cabeza; unos cuantos del Polti, McEwen, del Rabobank. Les llueven insultos. "Vais a ganar la carrera de la categor¨ªa de imb¨¦ciles", les vocea el veterano Podenzana. Los esquiroles se paran. Se resquebraja la unidad. Conti, del Mercatone, advierte a los indecisos: "Si salimos, esto se cierra con un comunicado de prensa y el Tour continuar¨¢ como si nada". Los esquiroles crecen. Algunos directores empiezan a amenazar a sus corredores con dejarles sin equipo. Los directores ganan.
12.57. Aire de derrota. Comienzan a salir ciclistas. Primero los Gan, despu¨¦s los Telekom (todos menos Ullrich), Rabobank, casi todos los Poltis (no est¨¢ Leblanc), los Big Mat. Sigue el goteo: Ullrich por fin sale, los Cofidis, Lotto, US Postal, Mapei, Saeco. Sale Ben¨ªtez con Prudencio Indur¨¢in (los primeros espa?oles). Indur¨¢in es recriminado por Pedro Delgado. Unos 40 permanecen fuertes, pero con la sensaci¨®n de que no hay nada que hacer. "Somos una puta mierda", dice Rodr¨ªguez. S¨®lo quedan parados ONCE, Banesto, Kelme, algunos TVM, Mercatone, Durand, Leblanc, Sciandri y Santi Blanco. Los Kelme se van siguiendo las ¨®rdenes de ?lvaro Pino. Falta sacar la bandera blanca. "Nos han bajado los pantalones", grita Blanco. Pantani discute, pero sus colegas han decidido que hay que salir. Pantani se acerca y dice: "Adelante". Un minuto despu¨¦s Jalabert, con ojos llorosos, coge la bicicleta. Son las 13.10. Los Banestos, los del ONCE y TVM, Durand, Leblanc... Todos se van. El Tour sigue. La atm¨®sfera, m¨¢s irrespirable que nunca. El sue?o dur¨® dos horas.
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