Huevos
SEGUNDO BRU Parece que el lanzamiento de huevos y tomates sobre los miembros del Consell Valenci¨¤ de Cultura no quedar¨¢ impune. El delegado del Gobierno ha tomado cartas en el asunto y ha abierto los oportunos expedientes sancionadores. Y uno se alegra no por af¨¢n vindicativo ni cuestiones emp¨¢ticas o simp¨¢ticas con los susodichos que, desde que ese desconsiderado personaje llamado Joan Romero liquid¨® como tal al consiliario espiritual de tanto agn¨®stico como pulula por estos lares, el benem¨¦rito, culto y fraterno mos¨¦n Emili Mar¨ªn, sin tomarse siquiera la molestia de comunic¨¢rselo por tel¨¦fono, son m¨¢s bien escasas; sino porque la acci¨®n administrativa iniciada le confirma en su apreciaci¨®n personal sobre Carlos Gonz¨¢lez Cepeda, uno de esos pol¨ªticos del PP capaces de inspirar una corriente de moderado afecto, por su saber hacer y estar, sin adicci¨®n a las c¨¢maras, sin codazos ni empujones para salir en primer plano, con la discreci¨®n y el sentido institucional suficientes para ejercer el siempre complicado oficio de representar al gobierno de Espa?a en tierra de infieles confederados. Un talante diferente y distante de los botarates como Julio de Espa?a o los padrinos palermitano-castellonenses como Fabra, por no entrar en los recovecos gubernativos auton¨®micos. Gonz¨¢lez Cepeda aqu¨ª, como Santiago Lanzuela en Arag¨®n, son un lujo pol¨ªtico que el PP deber¨ªa exhibir como marchamo de calidad centrista y centrada, porque te reconcilian con G¨¦nova, como mos¨¦n Mar¨ªn lo hace con Roma, a pesar de vaticanistas y populares. El actual dirigente del GAV, un tal Garc¨ªa Sentandreu, que para mayor satisfacci¨®n y placidez de mis lectores m¨¢s all¨¢ de las cuatro cruces del t¨¦rmino municipal de Valencia es y seguir¨¢ siendo un perfecto desconocido, debe estar sin embargo satisfecho. Agrede a las instituciones y va a ser sancionado. Timbre de honor para un alev¨ªn de fascista que a pesar de sus intentos ofrece un look mucho menos mussoliniano que el asesor de Zaplana, Gil Terr¨®n. Ya es desgracia para un aguerrido escuadrista manejar, en lugar de la manganella, los huevos y tomates que lanzan sus marujas y marujones, herederos directos -conviene no olvidarlo- de los revientaplenarios orquestados por Broseta, Attard y Abril Martorell. Y en esto que, siguiendo con los huevos, otro que tambi¨¦n escora por la misma amura, Mart¨ªn Villa, ofrece, en sutil, subliminal y delicado gesto, una cestita de ellos, tal que Caperucita, a su sucesor ministerial, Mayor Oreja. Si es que nos quejamos de vicio, con una derechona que no nos merecemos, anclada en su peculiar visi¨®n testicular de la vida, como militares africanistas de aquellos que, en v¨ªsperas del 36, organizaban saraos a base de estos ingredientes para exigir del gobierno hombr¨ªa y firmeza. "!Ol¨¦ tus cojones!", telegrafiaba Alfonso XIII -que aunque no quisieran recordarlo es abuelo de quienes ustedes saben y tatarabuelo del reto?o- al general Silvestre, el cual los ejerci¨® para pegarse un tiro al ver como degollaban a nuestros mozos en Annual, gracias a su brutal incompetencia -¨²nica en la historia colonial europea- jaleada por las gracias glandulares borb¨®nicas. Y ustedes me disculparan, pero siempre despu¨¦s de cada 18 de julio -y a¨²n m¨¢s desde hace un par de a?os- me entra como un ramalazo y necesito inyectarme en vena el Himno de Riego.
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