?Silencio informativo?

La labor del Defensor del Lector se ci?e, sustancialmente, a investigar y resolver las quejas de los lectores sobre los contenidos informativos del peri¨®dico. Pero hay veces que estas quejas no ata?en a noticias publicadas, sino a otras que no lo han sido y que alg¨²n lector juzga que debieron serlo. No se escapa la dificultad que entra?a para el Defensor del Lector moverse por terrenos aleda?os a una funci¨®n propia del ¨¢rea redaccional, cual es la valoraci¨®n y selecci¨®n de las noticias, es decir, la toma de decisiones cuya finalidad es perge?ar el contenido informativo del peri¨®dico de cada d¨ªa. Siempre hay que que partir de la presunci¨®n de que este proceso decisorio se atiene en todos sus pasos a estrictos criterios informativos, conforme a lo que ordena el Estatuto de la Redacci¨®n y El Libro de estilo: "El PA?S rechazar¨¢ cualquier presi¨®n de personas, partidos pol¨ªticos, grupos econ¨®micos, religiosos o ideol¨®gicos que traten de poner la informaci¨®n al servicio de sus intereses. Esta independencia y la no manipulaci¨®n de las noticias son una garant¨ªa para los derechos de los lectores, cuya salvaguardia constituye la raz¨®n ¨²ltima del trabajo profesional".Sirva esta introducci¨®n para situar la queja que han enviado a esta secci¨®n Carlos ?lvarez-N¨®voa, Mariana Cordero, Roberto Quintana, Pedro ?lvarez-Ossorio y Juan Motilla, lectores habituales de EL PA?S, seg¨²n afirman, y antiguos directivos del Instituto del Teatro de Sevilla. Estos lectores se lamentan de un para ellos extra?o silencio informativo de EL PA?S, edici¨®n Andaluc¨ªa, sobre el conflicto que desde hace casi dos a?os afecta al Instituto del Teatro de Sevilla en el marco de la reestructuraci¨®n del teatro p¨²blico andaluz llevada a cabo por la Consejer¨ªa de Cultura, y del que ellos fueron actores principales y despu¨¦s v¨ªctimas, seg¨²n se?alan. Huelga decir que lo primero que hizo el Defensor del Lector al recibir esta queja fue demandar una respuesta al delegado de EL PA?S de Andaluc¨ªa, Rom¨¢n Orozco, y a los periodistas encargados de temas culturales, Juan Mar¨ªa Rodr¨ªguez y Margot Molina.

En concreto, estos lectores se?alan que a partir de noviembre de 1996 la edici¨®n andaluza de EL PA?S dej¨® de informar del conflicto existente en el Instituto del Teatro de Sevilla, con sus secuelas de dimisiones, nombramientos, expedientes disciplinarios y despidos laborales. Y a?aden que el silencio sobre estos hechos, de los que informaron en cambio los restantes medios informativos de Sevilla, les ha causado un da?o moral en una doble vertiente: "Por el desencanto de sentirnos defraudados como lectores habituales de EL PA?S, en cuya independencia quer¨ªamos creer, y porque el conflicto en que nos vemos implicados no ha podido ser conocido por quienes nos pod¨ªan apoyar, como dem¨®cratas lectores de este peri¨®dico".

?Qu¨¦ ha respondido a esto la delegaci¨®n de EL PA?S de Andaluc¨ªa? En s¨ªntesis tambi¨¦n, lo siguiente: el conflicto del Instituto del Teatro de Sevilla, que afect¨® a un sector del mismo, constituye un asunto de alcance menor y local, constre?ido a Sevilla, y que debe encuadrarse en el contexto de la crisis mucho m¨¢s general y de mayor calado e inter¨¦s period¨ªstico que estall¨® en el Centro Andaluz de Teatro(CAT), el organismo p¨²blico de teatro andaluz. Dice a este respecto Juan Mar¨ªa Rodr¨ªguez: "Desde el principio, el peri¨®dico concedi¨® mucha m¨¢s importancia a la crisis global del CAT y esto, en mi opini¨®n, muy justificadamente, pues se trataba de una crisis profunda en el coraz¨®n del teatro p¨²blico andaluz. El conflicto del Instituto del Teatro de Sevilla, que, por otra parte, ya aparec¨ªa en el peri¨®dico vinculado al del CAT, tambi¨¦n fue abordado por el peri¨®dico, aunque, ciertamente y debido a la naturaleza regional del diario, ¨¦ste no pudo dedicar continuamente espacio a los permanentes rifirrafes de declaraciones cruzadas entre responsables de la Consejer¨ªa de Cultura y del Instituto, enzarzados en una guerra administrativa y sin fin". Y Margot Molina a?ade: "Las informaciones no dejaron de aparecer en noviembre de 1996, como afirman los cinco profesores, sino que se continu¨® tratando el tema hasta junio de 1997, cuando la remodelaci¨®n del Instituto del Teatro se dio por terminada, aunque no la situaci¨®n particular de cinco de sus profesores. Seguir el conflicto laboral surgido, con sus dimes y diretes, es, en mi opini¨®n, algo que no interesa demasiado a los lectores, ya que se trataba de un problema laboral despu¨¦s de que la Consejer¨ªa de Cultura decidiera que no ten¨ªa sentido mantener un Instituto del Teatro, sin titulaci¨®n reconocida, en una ciudad en la que la Consejer¨ªa de Educaci¨®n ya ofrec¨ªa la carrera de Arte Dram¨¢tico".

Rom¨¢n Orozco, responsable de EL PA?S, edici¨®n Andaluc¨ªa, resume as¨ª la posici¨®n del peri¨®dico: "Las actividades relacionadas con el teatro y la danza p¨²blicas a nivel regional nos parecieron siempre de mayor entidad informativa que los asuntos internos de un instituto sevillano, organismo de rango mucho menor y de car¨¢cter local. Los dos periodistas que en su d¨ªa trataron este asunto consideraron que los problemas internos del instituto sevillano ten¨ªan un car¨¢cter muy localista para ser asumidos en las p¨¢ginas regionales de EL PA?S Andaluc¨ªa y yo estuve de acuerdo. Desde luego, es una opini¨®n muy subjetiva, como tantas otras en el periodismo, pero que estoy dispuesto a rectificar si se me demostrara lo contrario: que era m¨¢s importante el problema laboral de cinco profesores que la reestructuraci¨®n total del ?rea de Gesti¨®n de las Artes Esc¨¦nicas de Andaluc¨ªa. Los dos periodistas colaboradores en estos temas coinciden tambi¨¦n en otro punto: nunca se les impidi¨®, prohibi¨® o censur¨® informaci¨®n alguna ni sobre el asunto de los cinco profesores sevillanos ni sobre ning¨²n otro, como sibilinamente parecen dar a entender estos profesores".

El Defensor del Lector acepta, naturalmente, la explicaci¨®n en el sentido de que es atribuci¨®n de los responsables del ¨¢rea informativa decidir, de acuerdo con criterios profesionales, qu¨¦ es o no es noticia a los efectos de su publicaci¨®n. En este caso, el criterio ha sido que la crisis global del teatro p¨²blico andaluz ten¨ªa m¨¢s inter¨¦s informativo que sus secuelas en el Instituto del Teatro de Sevilla. Pero dicho esto, el Defensor del Lector manifiesta:

1. El conflicto del Instituto del Teatro de Sevilla ten¨ªa, a su entender, un inter¨¦s informativo evidente, aunque no alcanzara el nivel de inter¨¦s requerido para su publicaci¨®n en las paginas regionales de EL PA?S de Andaluc¨ªa.

2. Que unos medios de comunicaci¨®n, o incluso todos, publiquen una noticia no es raz¨®n suficiente, desde criterios profesionales, para que otro medio la publique, pero debe llevar a reflexionar seriamente sobre la decisi¨®n de no publicarla.

3. La queja de los lectores era acreedora a una respuesta por parte de la Delegaci¨®n de EL PA?S de Andaluc¨ªa a trav¨¦s de esta secci¨®n del Defensor del Lector.

Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 91 337 78 36.