Serpientes de verano
La serpiente tiene mala prensa, salvo si es de... prensa, o sea de verano. Tampoco parece dif¨ªcil dada la faena que nos jug¨® en el para¨ªso. Y todo debido a un anuncio enga?oso: cre¨ªamos estar comprando manzanas y nos vendieron la ruina. Resulta chocante, por no decir aleccionador, que la primera publicidad de la creaci¨®n resultara falaz. En culturas con menos esp¨ªritu mercantilista o medi¨¢tico la serpiente tampoco sale mejor parada. Pese a representar la fuerza, energ¨ªa y conocimiento tambi¨¦n pasa por expresi¨®n de lo maligno. Incluso puede simbolizar ambas cosas a la vez si viene por pares como en la vara de Hermes. Cuando tiene plumas no es porque est¨¢ relacionada con el periodismo por mucha v¨ªbora plumilla que haya, sino con un poder que como el de AENA -ya saben esa gente que se divierte barajando equipajes y despist¨¢ndolos- se entiende por tierra y cielo. Pero como no se trata aqu¨ª de pasar revista a los culebrones de la civilizaci¨®n sino de dar cumplida cr¨®nica de una actualidad tan ondulante como escurridiza quisiera repasar tres aut¨¦nticos culebros veraniegos que dar¨¢n pronto en culebrones. Comenzar¨¢ por la genuina e inimitable serpiente multicolor que ha perdido un anillo debido a esa enfadosa insistencia de los humanos en ser primeros cueste lo que cueste y que lo mismo lleva al clembuterol engullido por kilos a fin de convertirse en el cachas del portal que a las sustancias indetectables para que no le tosan ni los marcianos. Y cuando digo anillo hubiera debido decir joya pues el equipo Festina pasaba por uno de los mejores antes de pasar por uno de los m¨¢s tramposos. Y eso que su propio nombre hubiera debido bastarles ya que en lat¨ªn quiere decir de prisa. La sabidur¨ªa antigua le a?ad¨ªa un lente corrector -una lente no, porque entonces nos dar¨ªa lupa y estar¨ªamos hablando de quienes les han pillado- para que la festina lente advirtiera que hab¨ªa que darse prisa pero despacio, sin atropellos, con flato o hipo pero sin Epo. La segunda culebra veraniega anidaba en el coraz¨®n de un peri¨®dico. Seg¨²n apuntan investigaciones, la culebrilla etarra estar¨ªa enrollada menos a un hacha, como parec¨ªa indicar su insignia, que a una rotativa. Queda mucha resoluci¨®n judicial por delante y no vale avanzar opiniones temerarias pero las que desde luego se salen del cuadro son cuantas, desoyendo las sospechas fundadas de connivencia con banda armada que motivaron el cierre, se quedan en el quebranto de la libertad de expresi¨®n que con ¨¦l se habr¨ªa producido. Y ello sencillamente porque el diario no se ha cerrado porque opine ?o tambi¨¦n deber¨¢ haber estado de excepci¨®n para que un rotativo cierre por quiebra? De momento, pues, bien cerrado est¨¢ pero ¨®jala lo abran pronto si ello significa que no form¨® parte del entramado o que nunca tendr¨¢ que ver con ¨¦l. As¨ª que un poco m¨¢s de sangre fr¨ªa, ?o es que el blindaje s¨®lo era a prueba de vidas humanas? La tercera y ¨²ltima sierpe estival acaba de nacer en Catalu?a y pertenece al grupo de las que se muerden la cola, por ello lo conviene tanto el nombre de liga como el m¨¢s b¨¢rbaro aunque m¨¢s t¨¦cnico de Ouroboros que s¨®lo significa eso, que la cabeza cierra un c¨ªrculo al morder la cola. El Ouroboroa eusko-galaico-catal¨¢n lo es porque deber¨ªa serlo. En vez de perder el tiempo con llamadas al reforzamiento de la Constituci¨®n deber¨ªa atraer a su corro a todas las comunidades aut¨®nomas integr¨¢ndolas no s¨®lo en una confederaci¨®n sino en una paradoja: Espa?a ya no ser¨ªa lago sustentado desde el centro si ni desde la lateralidad, es decir algo como lo que ya existe, he ah¨ª la paradoja, s¨®lo que sin un pozo central del que ir sacando coartadas -y pasta-. De igual manera tendr¨ªa que nacer sin privilegios por haber llegado ancestralmente y rodar sufrag¨¢ndose a escote. ?Casi nada el culebrazo!, por ello, ansioso lector y acalorado, por todos estos ofidios y cuantos vengan, le recomiendo calma. Recuerde que la publicidad puede hacer milagros y algunos refrescos s¨®lo quitan la sed, pero el truco siempre estar¨¢ en no tragarse la manzana. Ni lo que diga un manzanillo.
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