Ullrich cumple y Pantani defiende su suerte
Los tres primeros de la general consiguieron las tres primeras posiciones en la contrarreloj final
No fue una casualidad que los tres primeros de la contrarreloj final fueran los tres habitantes del podio. No fue un espejismo que Pantani firmara su mejor crono en un Tour de Francia y que salvara sin aparente dificultad el compromiso: el triunfo le pertenec¨ªa desde que arranc¨® sin miedo en el Galibier. Habr¨¢ que recordar que gan¨® una etapa de este tipo en el Giro, prueba evidente de que, en el ¨²ltimo momento, no cuentan tanto las diferencias en la t¨¦cnica como las reservas de energ¨ªa que le queden a cada cual despu¨¦s de algo m¨¢s de 3.500 kil¨®metros en las piernas. Pantani estaba entero y conservaba una diferencia harto suficiente. Con eso bastaba para no temer una sorpresa. No la hubo, tampoco, porque no estaba en el ¨¢nimo de nadie contradecir los hechos. La propia actuaci¨®n de Ullrich, que apenas alcanz¨® los 49 kil¨®metros a la hora en un recorrido id¨®neo para un especialista, demuestra que se trataba de tramitar el expediente. Ullrich consigui¨® con facilidad el objetivo que persegu¨ªa (y que tambi¨¦n le pertenec¨ªa en justicia): rebasar a Julich y terminar segundo en la general. No es despreciable su palmar¨¦s: tres a?os en el Tour, un primer puesto y dos segundos. Es evidente que se seguir¨¢ hablando de Ullrich.Tres hombres disputaron la contrarreloj de ayer. Ning¨²n otro quiso involucrarse en la tarea. Fue una jornada rutinaria, presidida por la falta de inter¨¦s. Estaba firmado que Ullrich se apuntar¨ªa su quinto triunfo de etapa en un Tour, que Julich perder¨ªa su segundo puesto y, naturalmente, que Pantani conservar¨ªa su liderato.
Quien haya hecho algunas cuentas no entender¨¢ c¨®mo es posible que un hombre que lleg¨® a perder 43 segundos respecto al alem¨¢n en los casi seis kil¨®metros disputados hace tres semanas en el pr¨®logo de Dubl¨ªn, sea el mismo que ayer quedara a 2.35 de Ullrich sobre 52 kil¨®metros. C¨®mo un corredor capaz de perder casi ocho segundos por kil¨®metro sobre Ullrich es capaz de mantenerse a casi tres segundos de p¨¦rdida por kil¨®metro ayer. Los n¨²meros no son exactos, no representan aspectos cualitativos de la carrera, diferencias que no son susceptibles de medida. As¨ª, la diferencia entre el Pantani de hace tres semanas y el Pantani de ayer era la distancia entre estar en forma y no estarlo. ?C¨®mo ponerlo en una balanza? Era la diferencia entre estar motivado y no estarlo. ?C¨®mo lo determinamos? Era el abismo entre tener la cabeza en la carrera y no tenerla. ?Con qu¨¦ utensilio calculamos ambos factores? Posiblemente, el mismo Pantani era la diferencia: antes, un ciclista que ven¨ªa a darse una vuelta por el Tour tras un periodo de descanso; antes, un ciclista que trataba de disfrutar de su primer gran ¨¦xito. Y, luego, el otro Pantani, el verdadero Pirata, el hombre que ha rebasado una indefinida frontera interior, el atleta que se siente campe¨®n, que comprende que ha llegado el momento en el que el cuerpo responde a su ambici¨®n.
Pantani se ha defendido correctamente en una contrarreloj cuando lo ha necesitado. Lo hizo en el Giro y, por dos veces, en este Tour. Nunca competir¨¢ por estar entre los mejores especialistas, pero posiblemente haya dejado ya de ser un corredor marginal y torpe en esta especialidad. Clase tiene, experiencia tambi¨¦n. Ahora dispone de seguridad en s¨ª mismo. Se conoce mucho mejor. Es capaz de manejar su voluntad. Sabe, por f¨ªn, que es un ganador.
Cualquier otra consideraci¨®n sobra. La transformaci¨®n se ha efectuado. Pantani defender¨¢ su suerte cuando lo necesite. Ullrich sabr¨¢ que no puede estimar en el futuro las enormes diferencias que ahora calculaba con relaci¨®n al italiano. Ambos saben lo que es ganar el Tour, c¨®mo se pueden manejar los tiempos, c¨®mo no se pueden cometer determinados errores (todos los que cometi¨® a un tiempo Ullrich la tarde oscura del Galibier) y cu¨¢les son los caminos de la victoria para una competici¨®n tan extremadamente sensible como es el Tour de Francia: hay que sobrevivir a 22 d¨ªas de competici¨®n s¨®lo interrumpidas por una jornada de descanso, a m¨¢s de 90 horas sobre la bicicleta, a 22 noches para intentar conciliar el sue?o, a miles de curvas para intentar evitar la ca¨ªda; al sol, al fr¨ªo, a la lluvia torrencial, al calor asfixiante... Sobrevivir y ser el mejor.
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