La tregua en Guinea-Bissau resucita a la Comunidad de Pa¨ªses de Lengua Portuguesa

La fruct¨ªfera mediaci¨®n de la Comunidad de Pa¨ªses de Lengua Portuguesa (CPLP) en la crisis de Guinea-Bissau ha permitido resurgir de sus propias cenizas a la hasta ahora inoperante organizaci¨®n lus¨®fona, creada hace dos a?os en Lisboa a instancias de la diplomacia portuguesa. Constituida para impulsar las relaciones pol¨ªticas, econ¨®micas y culturales de sus siete integrantes (Portugal, Brasil, Angola, Mozambique, Guinea-Bissau, Cabo Verde y Santo Tom¨¦), la CPLP ha probado que existe en el alto el fuego del pasado 26 de julio, pero no que funcione.

La fr¨¢gil tregua alcanzada en Bissau ha conseguido revitalizar a esta organizaci¨®n, que, con la excepci¨®n de Portugal, se enfrenta al impago de sus cuotas de mantenimiento y a la paralizaci¨®n de su maquinaria operativa. La m¨¢s reciente prueba de su inoperancia la constituye la grave crisis que atraviesa el proceso de paz en Angola, donde la guerra civil parece, una vez m¨¢s, inevitable.A partir de una lengua y una cultura comunes, la comunidad lus¨®fona naci¨® para desarrollar las relaciones pol¨ªticas y econ¨®micas entre los Siete (200 millones de personas repartidos en varios continentes), pero su balance despu¨¦s de dos a?os de vida ha sido casi nulo o meramente institucional. Durante su segunda cumbre, celebrada recientemente en Praia (Cabo Verde), el secretario ejecutivo de la CPLP, el ex primer ministro angole?o, Marcelino Moco, reconoc¨ªa en su informe general "el incumplimiento de los compromisos financieros" por parte de la mayor¨ªa de los socios y la "paralizaci¨®n de su maquinaria operativa", lo que, en palabras de la prensa portuguesa, supon¨ªa un inequ¨ªvoco "certificado de defunci¨®n". A juicio de Moco, "las dificultades de comunicaci¨®n entre los Estados miembros para resolver los problemas financieros de la organizaci¨®n (una aut¨¦ntica falta de liquidez para sus labores b¨¢sicas) han impedido el normal funcionamiento de la organizaci¨®n (...) y han supuesto un claro factor de ineficacia de la misma".

Ante esta situaci¨®n, la diplomacia portuguesa, pr¨¢cticamente la ¨²nica empe?ada en salvar la comunidad, ha decidido duplicar su cuota anual (ahora ser¨¢ de unos 75 millones de pesetas) y aumentar sus contribuciones voluntarias para asegurar, al menos, el funcionamiento indispensable de sus ¨®rganos ejecutivos. Tras el ¨¦xito de la mediaci¨®n en Guinea-Bissau, las autoridades portuguesas han explicado que no pretenden liderar la organizaci¨®n ni cobrar protagonismo alguno, sino simplemente "reforzar la credibilidad de la comunidad" y convencer a los "esc¨¦pticos de que la CPLP existe". El ministro de Asuntos Exteriores portugu¨¦s, Jaime Gama, el alma de la organizaci¨®n, ha reiterado estos d¨ªas que "la lengua com¨²n es una condici¨®n necesaria pero no suficiente para el ¨¦xito de la CPLP", cuyos objetivos son, adem¨¢s de los citados, el refuerzo de sus v¨ªnculos pol¨ªtico-diplom¨¢ticos en las diferentes organizaciones internacionales, la afirmaci¨®n de los Siete en su ¨®rbita com¨²n y en sus respectivas esferas regionales, y el impulso de programas de cooperaci¨®n en ¨¢reas espec¨ªficas, como la cultura, la educaci¨®n, la econom¨ªa o los intercambios empresariales. Actualmente, la mayor parte del presupuesto portugu¨¦s para la cooperaci¨®n en el exterior (en torno a los 32.000 millones de pesetas al a?o) se dirige a los pa¨ªses de lengua portuguesa.

Pero las autoridades portuguesas se encuentran tambi¨¦n ante un complicado panorama: Angola, en manos de norteamericanos y franceses; Guinea-Bissau, en el ¨¢rea del franco CEFA (franc¨¦s); Mozambique, en la ¨®rbita de Sur¨¢frica y de la Commonwealth; Timor este, bajo ocupaci¨®n indonesia desde 1975, y Macao, controlada por las mafias chinas del juego y a punto de ser devuelta a la administraci¨®n de Pek¨ªn.