El Consell incumple su nueva ley de Patrimonio al permitir la ampliaci¨®n el campanario de Tur¨ªs
Una aberraci¨®n arquitect¨®nica est¨¢ tomando cuerpo en la iglesia de Tur¨ªs. Con el apoyo del Ayuntamiento y el benepl¨¢cito del Consell, que al inhibirse incumple su propia Ley de Patrimonio, el templo, erigido en 1777 seg¨²n proyecto de Antonio Gilabert, recibe en la actualidad un a?adido promovido por el constructor Bautista Soler. La torre de campanas, que Gilabert dej¨® sin remate, ser¨¢ ampliada hasta superar los 50 metros de altura, pero con un estilo barroco, alejado del neoclasicismo que caracteriza al edificio. Eso s¨ª, cuando concluya la obra, Tur¨ªs tendr¨¢ el campanario m¨¢s alto de la comarca. La Ley de Patrimonio Cultural Valenciano del pasado 11 de junio obliga a la Consejer¨ªa de Cultura a suspender cautelarmente cualquier intervenci¨®n que ponga en peligro de los bienes incluidos en el patrimonio cultural.
El proyecto de ampliaci¨®n de la torre campanario de la iglesia de Tur¨ªs ha sido promovido por el constructor Bautista Soler, seg¨²n reconoci¨® el alcalde de la localidad de La Ribera, el socialista Baldomero Gonz¨¢lez. Pero dada la naturaleza del edificio, incluido en el Inventario del Patrimonio Arquitect¨®nico de Inter¨¦s Hist¨®rico Art¨ªstico, el arquitecto municipal recomend¨® que el Ayuntamiento consultara el proyecto con la Direcci¨®n General de Patrimonio. El correspondiente informe, firmado por el arquitecto inspector Jos¨¦ Manuel Despiau, considera adecuadas "las actuaciones de limpieza y restauraci¨®n de la torre y su ampliaci¨®n hasta completar el inconcluso cuerpo de campanas (hasta balaustrada y pin¨¢culos de la terraza)", pero propone desestimar "la ampliaci¨®n con campanil de dos cuerpos mientras no quede suficientemente justificada la formalizaci¨®n propuesta y la estabilidad de las f¨¢bricas ante dicha ampliaci¨®n". Tambi¨¦n recomienda que "siendo el autor de la obra original Antonio Gilabert, miembro destacado de la Academia de San Carlos y primer director de la rama de Arquitectura, ser¨ªa significativo que la Academia se pronunciara sobre este asunto". Inexplicablemente, la Academia de Bellas Artes de San Carlos ha alegado carencia de medios para eludir el requerimiento y no se ha manifestado respecto al proyecto. Tampoco la Iglesia, propietaria del templo, ha intervenido en defensa de la integridad de su patrimonio. Finalmente, la Generalitat tambi¨¦n se ha inhibido. La directora general de Patrimonio, Carmen P¨¦rez, manifest¨® que su departamento no puede hacer nada porque la iglesia no est¨¢ catalogada como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC). En 1990 se abri¨® un expediente para su declaraci¨®n como BIC pero no ha sido concluido. P¨¦rez reconoce que existi¨® tal iniciativa, pero sostiene que "el expediente como tal no existe" y que la iglesia de Tur¨ªs "no tiene nig¨²n nivel de protecci¨®n". "No s¨¦ por qu¨¦, ya que es de Gilabert", declara P¨¦rez, "es la obra de un acad¨¦mico, y a m¨ª me parec¨ªa muy fuerte que ahora se remate una torre para la que no hab¨ªa proyecto". La directora general a?ade: "No puedo prohibir una obra cuando no es BIC". Sin embargo, el art¨ªculo 10 de la reciente Ley de Patrimonio Cultural Valenciano indica que la Consejer¨ªa de Cultura "suspender¨¢ cautelarmente cualquier intervenci¨®n en bienes muebles o inmuebles que posean alguno de los valores mencionados en el art¨ªculo 1.2 de esta ley cuando estime que la intervenci¨®n pone en peligro dichos valores". El art¨ªculo 1.2 se?ala que "el patrimonio cultural valenciano est¨¢ constituido por los bienes inmuebles de valor hist¨®rico, art¨ªstico, arquitect¨®nico, arqueol¨®gico, paleontol¨®gico, etnol¨®gico, documental, bibliogr¨¢fico, cient¨ªfico, t¨¦cnico, o de cualquier otra naturaleza cultural, existentes en el territorio de la Comunidad Valenciana". El alcalde de Tur¨ªs intent¨® eludir inicialmente el asunto y declar¨® no haberse "enterado" de la pol¨¦mica por la ampliaci¨®n del campanario. Tampoco recordaba que el Ayuntamiento pidiera un informe a Patrimonio. Pero Baldomero Gonz¨¢lez recobr¨® s¨²bitamente la memoria para hablar de "oscuros intereses" contrarios al proyecto. Al preguntarle por qu¨¦ el Ayuntamiento concedi¨® licencia sin esperar a la respuesta de Patrimonio, cuando en el escrito remitido a ese departamento se ped¨ªa un "informe previo (...) para proseguir con el tr¨¢mite de concesi¨®n de licencia", el alcalde dijo que el informe "no es vinculante" y a?adi¨® que Cultura "tard¨® dos meses en contestar". Baldomero Gonz¨¢lez destac¨® que el proyecto ha sido aprobado "por unanimidad" y alab¨® la iniciativa del constructor Bautista Soler. Para zanjar cualquier duda el alcalde afirm¨®: "Aqu¨ª mandamos los que gobernamos; que no venga nadie a decirnos lo que tenemos que hacer".
El m¨¢s alto de la comarca
Si nadie lo remedia, y parece que no, en Tur¨ªs se va a consumar una aberraci¨®n. Eso s¨ª, gracias a ella, este pueblo de La Ribera podr¨¢ fardar de tener el campanario m¨¢s alto de la comarca: m¨¢s de 50 metros de altura, y eso sin contar la veleta. La iglesia de Tur¨ªs fue un proyecto emblem¨¢tico con el que Antonio Gilabert quiso mostrar las maneras constructivas de la llamada "verdadera arquitectura" propugnada por los arquitectos neocl¨¢sicos frente a la intromisi¨®n de artificios propios del estilo barroco. En plena transici¨®n a la ilustraci¨®n, Gilabert fue el primer arquitecto que intent¨® meter en cintura a la Iglesia, que hasta el momento dominaba el mundo de la arquitectura y dictaba c¨®mo se ten¨ªa que construir. Encargado de impulsar en Valencia la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos, Gilabert recibi¨® poderes del rey CarlosIII, que oblig¨® a la Iglesia a consultar a la Academia para erigir sus edificios. Gilabert, cuyas maneras arquitect¨®nicas son visibles en las Escuelas P¨ªas y en la Catedral de Valencia, dej¨® inacabada la torre de Tur¨ªs a causa de sus discrepancias con la autoridad eclesi¨¢stica. Le falta el llamado remate, apenas tres o cuatro metros. Pero ahora se pretende un a?adido de otros 20 metros que no se basa en ning¨²n proyecto de la ¨¦poca ni del propio Antonio Gilabert. Un remate inventado para el que, adem¨¢s, se utiliza hormig¨®n chapado en piedra, que poco tiene que ver con el original. Y todo ello sin peritar "la resistencia portante de la torre y su capacidad para soportar el aumento de cargas de la ampliaci¨®n propuesta", seg¨²n el informe del arquitecto inspector de Cultura.
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