Un restaurante con habitaciones

El declive de los hostales tradicionales coincide con el ascenso de establecimientos entregados a la discreci¨®n, la exquisitez y la buena cocina. El hotel La Coromina, en Viladrau, es uno de ellos: tiene ocho habitaciones agradablemente decoradas, un jard¨ªn con estanque y una cocina en la que Eduard Bigas, fichado en el Via V¨¦neto, infunde confianza y respeto. "En realidad, esto es un restaurante con ocho habitaciones", dice la propietaria, Gl¨°ria Rabat, autora del invento, que enseguida saca a relucir una prueba de convicci¨®n: lleva menos de tres a?os abierto, pero el primero ya sali¨® en la gu¨ªa Michelin. El hotel ocupa una casa de principios de siglo que primero fue de los Bett¨®nica y luego de los Bofarull, apellidos vinculados a la restauraci¨®n, que la vendieron a la familia Zanini. En la casa vivieron el corredor de rallies Antonio Zanini y su esposa, Gl¨°ria, hasta que, hace ocho a?os, se mudaron; pero con los antecedentes gastron¨®micos enunciados no le cab¨ªa otro futuro que el que ha tenido. La estancia en r¨¦gimen de pensi¨®n completa y habitaci¨®n doble asciende a 8.800 pesetas por persona y d¨ªa, un poco m¨¢s caro que en los hostales tradicionales, donde el culto de la buena mesa tambi¨¦n se suele oficiar con respeto. Gl¨°ria cree que establecimientos peque?os como el suyo tienen mucho futuro: "Los clientes son fijos, repiten mucho y funciona muy bien el boca-oreja". Lo mismo dice el alcalde con otras palabras: "Todo el pueblo pertenece a la clase media-alta y tenemos que ofrecer cosas nuevas".