Despe?aperros: la canci¨®n del bandido
Canal Sur y el tren de Alta Velocidad, que te desplaza sin viajar, han minimizado ese coloso de roca y miedo que siempre fue Despe?aperros, la Tijuana a la que acud¨ªan Paco Casero y su ej¨¦rcito de jornaleros cada vez que quer¨ªan subir la temperatura de sus reivindicaciones. Despe?aperros existe en la leyenda del viajero y en la nueva edici¨®n del Quijote de Francisco Rico. Cualquier batalla, fuera en Poitiers o en las Navas de Tolosa, pasaba por Despe?aperros, el Roncesvalles del Sur que tuvo su canci¨®n de Rold¨¢n en la l¨ªrica del Tempranillo, nombre art¨ªstico de Jos¨¦ Mar¨ªa Hinojosa. Es imposible disociar esa frontera del bandolerismo. La celebraci¨®n anual de la corrida goyesca en la plaza de toros de Ronda es un doble homenaje a los bandoleros y los toreros. En ambos casos, la alianza entre el hambre y la inteligencia formaba un c¨®ctel explosivo. Richard Ford, el viajero rom¨¢ntico que escribi¨® el Manual para viajeros por Andaluc¨ªa y lectores en casa, compar¨® al Tempranillo con Robin Hood. Dec¨ªa Ford que las cabras y los contrabandistas fueron los primeros ingenieros de caminos. Algunas historias siniestras de mopus y carreteras le dieron la vuelta a la historia y convirtieron a algunos ingenieros de caminos en los ¨²ltimos bandoleros. "Guapo, valiente, cort¨¦s". No escatim¨® elogios para Jos¨¦ Mar¨ªa, as¨ª llamado en las cr¨®nicas de la ¨¦poca, Pr¨®spero Merim¨¦e, que pormenorizaba la galanter¨ªa que el bandido exhib¨ªa cuando desvalijaba una diligencia e invitaba a la se?ora de turno a entregarle sus alhajas: "?Ah!, se?ora -escrib¨ªa Merim¨¦e en una de sus cartas enviadas desde Espa?a a la Revista de Par¨ªs-, una mano tan bonita no necesita adornos". Fernando VII, el Deseado, el Indeseable, termin¨® nombr¨¢ndolo comandante del escuadr¨®n franco de Protecci¨®n y Seguridad P¨²blica de Andaluc¨ªa. Nueva canci¨®n de Rold¨¢n, aquel cronometrador que estuvo a punto de ser nombrado ministro del Interior. La Guardia Civil fue el enemigo natural de aquellos toreros sin toros. La fund¨® Francisco Javier Gir¨®n, que pas¨® a la posteridad como duque de Ahumada. Los bandidos de ahora navegan por Internet y a los de antes se les rinde pleites¨ªa en Santa Elena, en las postrimer¨ªas andaluzas de la Mancha. Una santa universal que sirvi¨® de refugio para Napole¨®n y que es isla del oc¨¦ano Atl¨¢ntico, frente a las costas de Angola; que es bah¨ªa y cabo en aguas del Pac¨ªfico, junto al golfo del Papagayo que delimita las fronteras de Nicaragua y Costa Rica donde, Margarita, est¨¢ linda la mar.
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