Como el Viagra
La balneoterapia est¨¢ muy puesta al d¨ªa, y sus gestores, muy ojo avizor. Uno de los inventos de m¨¢s ¨¦xito son los forfait de dos d¨ªas de duraci¨®n que incluyen habitaci¨®n y un tratamiento programado contra el estr¨¦s. Unas 35.000 pesetas por persona, en habitaci¨®n doble y r¨¦gimen de pensi¨®n completa, dan derecho a los siguientes cuidados: Primer d¨ªa. Una ducha a presi¨®n y un masaje seco de unos 55 minutos. Segundo d¨ªa. Una envoltura de arcilla, tratamiento que se prolonga unos veinte minutos, tiempo necesario para que el barro se seque y elimine las toxinas, y una combinaci¨®n de ducha y masaje que se prolonga unos 25 minutos. Las diferencias en la oferta terap¨¦utica reglada entre un establecimiento y otro son m¨ªnimas, y adem¨¢s conviene no salirse del programa y no multiplicar los tratamientos. La raz¨®n es muy simple: todo masaje hace bajar la tensi¨®n y, si se abusa, puede quedarse uno relajado, so?oliento o simplemente traspuesto m¨¢s all¨¢ de lo que aconseja la prudencia. Incluso los terapeutas de los balnearios -masajistas, sobre todo- sufren a veces bajadas de tensi¨®n durante su jornada de trabajo. Los responsables de los balnearios coinciden en recordar que no se trata de lugares en los que se operan milagros y hace falta que el cliente acuda predispuesto a tranquilizarse. "Es como el Viagra", dice Pere Delemus, "si no est¨¢s por lo que hay que estar, no hay pastilla que valga". Nadie duda de la bondad de las terapias con aguas bicarbonatadas de Caldes de Malavella, y no es para menos. Estudios muy solventes han demostrado que los huesos de los naturales del lugar, aun en edad muy avanzada, no se quiebran f¨¢cilmente. Incluso se han analizado los restos ¨®seos de algunas tumbas, y el resultado siempre ha sido el mismo: son de una blancura y calidad insuperables merced al mucho calcio que atesoran.
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