El pa?uelo rojo pierde la batalla
El trapo "colorao" pervive entre los puristas, pero el de cuadros azules ha conquistado a los j¨®venes
Nadie sabe cu¨¢ndo ocurri¨® ni por qu¨¦ pas¨®. La incorporaci¨®n del pa?uelo azul de cuadros al atuendo de los vitorianos en las fiestas de La Blanca sigue siendo hoy un misterio. Su irrupci¨®n fue tan radical que con el paso de los a?os ha desbancado al pa?uelo rojo que, seg¨²n los estudiosos de la fiesta, es el aut¨¦ntico. Sin embargo, las cuadrillas de blusas y los j¨®venes lo desechan. El propio alcalde, Jos¨¦ ?ngel Cuerda, no quiere ni o¨ªr hablar de ¨¦l. Por eso, cuando el Celed¨®n I?aki Landa le pone el pa?uelo festivo minutos despu¨¦s de disparar el chupinazo festivo, siempre le coloca un trapo de cuadros. "Yo", dice Landa, "me pongo el pa?uelo rojo, que es con el que siempre ha descendido Celed¨®n desde la Torre de San Miguel. Pero en el bolsillo llevo el pa?uelo azul para el alcalde. ?l lo prefiere as¨ª". Con el paso de los a?os, el pa?uelo azul se ha convertido en uno de los elementos m¨¢s caracter¨ªsticos de La Blanca a pesar de que nunca ha formado parte de la indumentaria alavesa cl¨¢sica. En un intento por desentra?ar el misterio, el historiador local Joaqu¨ªn Jim¨¦nez esboza su propia teor¨ªa. "El pa?uelo azul se ha introducido en las fiestas hace veinte a?os. Es decir en la etapa democr¨¢tica. Tal vez algunos identificaron el pa?uelo rojo con algunas actitudes pol¨ªticas predemocr¨¢ticas y optaron por el de cuadros azules", explica Jim¨¦nez. Durante el txupinazo del pasado martes, la balconada de San Miguel vivi¨® una particular guerra de pa?uelos. Los concejales del PSE, de Unidad Alavesa y del Partido Popular luc¨ªan pa?uelos rojos, mientras que los peneuvistas vest¨ªan de cuadros. Tan s¨®lo una excepci¨®n: el parlamentario y edil nacionalista I?aki Gerenabarrena, que no ten¨ªa ninguno. "Durante las fiestas me pongo indistintamente uno y otro. No creo que llevar un pa?uelo u otro sirva para marcar pol¨ªticamente a nadie". El primer Celed¨®n de la historia, Jos¨¦ Luis Isasi, no tiene dudas. "En Vitoria toda la vida se ha llevado el pa?uelo rojo", dice. Pero en cierto momento se puso de moda el otro y la verdad es que ahora se ha impuesto, sobre todo entre los blusas y la juventud". Cuando se pregunta el por qu¨¦ de esta evoluci¨®n, todos encogen los hombros. "No lo s¨¦", apunta Isasi. "Es una inc¨®gnita", dice Jos¨¦ Mar¨ªa Sedano, un veterano periodista vitoriano que conoce todos los misterios de la fiesta. "El pa?uelo azul era el que anta?o llevaban los aldeanos cuando trabajaban en el campo. Con ¨¦l se secaban el sudor o hac¨ªan un hatillo y transportaban comida. Nunca utilizaban este pa?uelo para ir de fiesta pero tal vez se ha introducido en un intento de recuperar algo aut¨®ctono". El historiador Jim¨¦nez tambi¨¦n coincide con Sedano en este punto de la historia. "El aldeano alav¨¦s", explica, "se quitaba el pa?uelo de cuadros cuando iba de fiesta y se pon¨ªa el rojo, que era el que representaba el momento del jolgorio". Sea como fuere, el pa?uelo de cuadros ha ganado la batalla y s¨®lo en una ocasi¨®n en la ¨²ltima d¨¦cada, en 1991, durante la bajada de Celed¨®n se pudo apreciar una mayor¨ªa de pa?uelos rojos. Pero para desgracia de los defensores de las tradiciones, hab¨ªa una explicaci¨®n muy materialista, ajena a cualquier sentimentalismo: una emisora local se hab¨ªa encargado de repartir entre la concurrencia los pa?uelos coloraos con la insignia de la casa, que as¨ª resaltaba m¨¢s. "Lo peor", resume Jim¨¦nez, "es darle un significado pol¨ªtico a la cuesti¨®n de los pa?uelos. Yo, por ejemplo, hoy (por ayer) me he puesto el azul, que es m¨¢s grande, para ir al Rosario de la Aurora y cubrirme la garganta. Despu¨¦s me he colocado el rojo". Para corroborar la reflexi¨®n de Jim¨¦nez ah¨ª va un bot¨®n de muestra: el parlamentario de HB, Santi Hernando, ten¨ªa anudado a su cuello un pa?uelo rojo, mientras que otros compa?eros suyos vest¨ªan el azul. Y lo mismo que le ha pasado al pa?uelo rojo, que ha tenido que ceder al empuje del trapo de cuadros, el traje de casera ha perdido la pugna frente al de arrantzale, que se utiliza en la costa vasca y que nunca se ha utilizado en ?lava. En definitiva, la historia y las influencias han desembocado en las fiestas tal y como se conocen y se viven en la actualidad. "Lo de las influencias est¨¢ bien", comenta una vitoriana entrada en a?os, "pero cuando veo a una chica joven vestida con un traje de arrantzale o de casera y con unas zapatillas de deporte me pongo mala". Y es que todo tiene un l¨ªmite.
Las fuerzas se mantienen
La Blanca entra en su tercer d¨ªa festivo y las fuerzas a¨²n se mantienen entre los incondicionales. El programa para hoy mezcla m¨²sica, toros, fuegos artificiales y animaci¨®n de calle. La grave cogida que sufri¨® el lunes el diestro madrile?o Jos¨¦ Tom¨¢s, que est¨¢ siendo la aut¨¦ntica revelaci¨®n de la temporada, ha supuesto una contrariedad para la feria vitoriana, que hoy celebra su segunda corrida de abono. Los que disfrutan con las actividades ma?aneras tienen una cita a las diez en la Plaza de Espa?a con la Banda Municipal de M¨²sica de Vitoria y los txistularis del Ayuntamiento y de la Diputaci¨®n para escuchar las dianas. En el c¨¦ntrico front¨®n de Los Fueros contin¨²a el campeonato de mano parejas (10,30 horas). A las once llega uno de los momentos m¨¢s esperados: las vaquillas. D¨ªa tras d¨ªa, la plaza de toros aparece abarrotada. Peque?os y mayores disfrutan con los revolcones y las cogidas de los mozos. Casi una hora de diversi¨®n asegurada por el m¨®dico precio de 100 pesetas. Gigantes y cabezudos Los gigantes y cabezudos tomar¨¢n el centro a partir de mediod¨ªa. Media hora m¨¢s tarde, los que tengan menos ganas de bullicio podr¨¢n acudir a la Florida a deleitarse con la interpretaci¨®n de los m¨²sicos municipales de las bandas sonoras de algunas pel¨ªculas. A la misma hora, la Plaza del Matxete acoger¨¢ su tradicional concierto de trikitixa. Los bertsolaris ocupar¨¢n este mismo escenario a la una y media. Jon Maia, Igor Elorza y Oihane Enbeita entretendr¨¢n a las personas que acudan a disfrutar con sus improvisaciones. Y entre bertso y bertso, podr¨¢n degustar algunos de los productos aut¨®ctonos que se ofrecen en las casetas ubicadas en la misma plaza. Si a¨²n hay ¨¢nimos de fiesta y el sopor de la sobremesa no ha hecho efecto, se puede presenciar la ida a los toros de las cuadrillas de blusas a partir de las cinco menos cuarto de la tarde. La corrida, que es la segunda de abono, tendr¨¢ la ausencia de Jos¨¦ Tom¨¢s, que se recupera en Madrid de la grave cogida que sufri¨® el lunes en la plaza de Estella (Navarra). De momento, los que son seguros son Vicente Barrera y Francisco Rivera Ord¨®?ez. Y por la noche se abren varias posibilidades. A las once se puede acudir a Mendizabale, al lado de las barracas, a presenciar los fuegos artificiales. A las once y media, ocho toros de fuego recorrer¨¢n las calles del centro. Y antes de subir a potear al Casco Viejo, los que quieran se podr¨¢n dar una vuelta por la Plaza de los Fueros, donde act¨²a el grupo Lin Ton Taun a partir de las doce.
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