Un fallo en el aire acondicionado caus¨® la entrada de tierra en dos salas del Prado

Arena y tierra en las salas del Museo del Prado. Ocurri¨® en mayo, con motivo de las actuales obras de reforma del tejado de la pinacoteca, aunque el incidente no trascendi¨®. Durante media hora, a trav¨¦s del sistema de aire acondicionado del museo, una "intensa polvareda", seg¨²n varios testigos, inund¨® una peque?a sala con lienzos holandeses de ¨¦poca barroca. Al d¨ªa siguiente volvi¨® a ocurrir lo mismo, esta vez en la zona de los cuadros de Murillo. El director en funciones del Prado, Andr¨¦s ?beda, calific¨® el hecho de "incidente m¨ªnimo".

Era la ma?ana de un viernes de mayo cuando en una peque?a antesala, la n¨²mero 63, colindante con las salas de El Greco, comenzaron a escucharse ruidos. Proven¨ªan del circuito de aire acondicionado que recorre el museo. Instantes depu¨¦s, las toberas del sistema de refrigeraci¨®n comenzaron a expulsar arena y tierra. As¨ª, durante media hora, seg¨²n diversos testigos que se encontraban aquel d¨ªa en el lugar del incidente. "Hab¨ªa tal cantidad de polvo que no se ve¨ªa a dos metros", aseguraron. El presidente del comit¨¦ de empresa del Prado, Antonio Solano, confirm¨® ayer este extremo: "Hubo un momento en que la sala estaba absolutamente invadida por la arena y la tierra provocadas por las obras".El polvo hab¨ªa manchado por completo el suelo de la sala y dos lienzos holandeses de la ¨¦poca barroca. Casi de inmediato, el director del museo, Fernando Checa, orden¨® la limpieza de la dependencia y de los cuadros. "Entonces vinieron unos operarios, limpiaron los cuadros con un plumero y se volvi¨® a la normalidad, como si no hubiera pasado nada", explic¨® Teresa de Angulo, historiadora y que aquel d¨ªa se encontraba en el museo. En ning¨²n momento se lleg¨® a desalojar la sala, a pesar de los numerosos visitantes que se encontraban all¨ª aquel d¨ªa.

La sala en la que se produjo el incidente es una peque?a dependencia situada justo al lado de las dos habitaciones dedicadas a El Greco. De hecho, el cuadro El martirio de San Sebasti¨¢n se encontraba a escasa distancia de la zona afectada por la polvareda.

Los dos lienzos barrocos salpicados por la tierra, que actualmente no se encuentran en la sala, no resultaron da?ados aparentemente, aunque, seg¨²n los expertos, "igual hasta dentro de dos a?os no puede saberse con seguridad el efecto del polvo".

Solano achac¨® a la direcci¨®n del museo "una falta de previsi¨®n a la hora de desmontar las salas" para ejecutar la reforma. "El problema no son las obras en s¨ª sino que se han de prevenir correctamente las actuaciones que puedan afectar al recinto", concluy¨®.

El director en funciones del Museo del Prado, Andr¨¦s ?beda calific¨® el episodio de "incidente m¨ªnimo e intrascendente". "Es cierto que entr¨® algo de polvillo a trav¨¦s del conducto de retorno del aire acondicionado, pero es imposible que manchase nada porque la arena sal¨ªa a ras de suelo", explic¨® ?beda.

Al d¨ªa siguiente, seg¨²n el presidente del comit¨¦ de empresa, el incidente volvi¨® a repetirse, esta vez en la zona que alberga los lienzos de Murillo. ?beda insisti¨® en que las denuncias son "exageradas". "Este incidente casi lo hab¨ªa olvidado porque apenas le dimos importancia", remach¨®.

Vibraciones de cuadros

Pero no ha sido este el ¨²nico incidente que han acarreado, hasta el momento, las obras de reforma del Prado. El ruido y las vibraciones tambi¨¦n afectaron al recinto. "Los martillos neum¨¢ticos hac¨ªan tal ruido que a¨²n no entiendo c¨®mo pod¨ªan aguantar los que ven¨ªan hasta aqu¨ª", recuerda un trabajador del museo. Pero las m¨¢quinas tambi¨¦n provocaron vibraciones. "Hubo un d¨ªa en que se mov¨ªa hasta el suelo y de las paredes mejor no hablar", indica otro empleado.Seg¨²n Solano, "las vibraciones son muy peligrosas porque la pintura del lienzo puede llegar a desprenderse o a resquebrajarse". Tal era la intensidad de las vibraciones que las obras se interrumpieron, como reconoci¨® ayer Andr¨¦s ?beda. "Se trataba de una demolici¨®n en las cubiertas del tejado, pero vimos que la vibraci¨®n entra?aba cierto peligro, sobre todo en la galer¨ªa de Murillo y en una parte de la de Vel¨¢zquez".

Solano concluye que "hay que tener un cuidado enorme porque estamos ante una operaci¨®n muy compleja y cualquier incidente puede tener consecuencias muy graves".