El cemento y la fideoi
ROSA SOLBES Al rinc¨®n soleado donde me oreo cada verano, las pendencias sobre el acento han llegado amortiguadas por la sordina. Se interponen, en su trayecto, muchas barreras de cemento, porque en esta Capital Aparte las autoridades saben muy bien qu¨¦ es lo verdaderamente importante y cu¨¢les las preocupaciones accesorias de las que conviene prescindir. En todo caso, y cuando hay que distraer la atenci¨®n del respetable, es f¨¢cil buscar otro tipo de frivolit¨¦s, m¨¢s acordes con la idiosincracia, como ese desastre de pecera que constituye la primera, ¨²nica y magna realizaci¨®n del Ayuntamiento dirigido por Alperi-Cousteau. O el ins¨®lito espect¨¢culo de un gobierno auton¨®mico intentando cargarse a la Universidad. O tambi¨¦n las bravuconadas matoniles contra un cronista desafecto proferidas por ese tal Botella, diputado de una provincia virtual que renace a base de mariscadas y coentor. Desde luego que nos llegan peri¨®dicos relatando pactos poli¨¦dricos, redacciones polis¨¦micas, codazos por ocupar plaza en el ente normativo... y hasta esa novedad de que la Diputaci¨®n de Castell¨®n (all¨ª donde las Normas, ?recuerdan?) no se encuentra obligada a promocionar el valenciano. Pero en este Sur-Luz de fuegos artificiales, muy pocos polemizan sobre haber pertenecido a sistema ling¨¹¨ªstico alguno, dominante o no, en el territorio innombrable. Y s¨®lo nos lo recuerda, a la antigua usanza, (y sin que cause esc¨¢ndalo alguno, sino m¨¢s bien ante la indiferencia general), alguna indicaci¨®n de carretera corregida spray en ristre. Como en el cruce de la New Isleta: por aqu¨ª se va a la platja de Sant Joan (original, Playa de San Juan) y por all¨ª a Alacant (antes Alicante). Es curioso, adem¨¢s, que los carteles locales sean monoling¨¹es mientras que los colocados por Madrid en las carreteras nacionales suelen respetar el biling¨¹ismo. Dicen que en Palma se est¨¢n adoptando medidas para que los r¨®tulos aparezcan tambi¨¦n en mallorqu¨ªn. Pero nosotros no somos tan palurdos, y por eso nos montan a la orillita de la mar un verano cultural de coros y danza cuyo programa viene impreso en un abanico de infernal dise?o y escrito en castellano, of course. (Adem¨¢s, y ya puestos a decirlo todo, han tenido el detalle de adornarlo en su ¨¢ngulo superior derecho con una mascota que... si, lo han adivinado... es...?Una gaviota azul!). M¨¢s a¨²n: a escasos metros, la Caixa de Pensions nos obsequia con la interesante Estaci¨®n Ciencia y los folletos que se reparten a la entrada son s¨®lo en castellano (bitte, estamos en la Comunidad Valenciana). As¨ª que, visto desde el Sur el tremendo espacio que ocupan por all¨¢ arriba las querellas del acento, hasta parece que Gimeno no recalifique, o que Rita no reordene ni derribe, lo que nos lleva a la peligrosa y falsa conclusi¨®n de que s¨®lo en Alicante se desmontan paisajes, se aprueban PAUS y se otorgan obras y servicios (con total correcci¨®n, eso s¨ª, arriba De Espa?a). Lo ¨²nico que ocurre es este aut¨¦ntico Foro de Babel, donde s¨®lo falta una lengua, es que nuestra vocaci¨®n cosmopolita igual impregna la publicidad de las discotecas como las cartas de los restaurantes. En el chiringuito m¨¢s cercano, sin ir m¨¢s lejos, anuncian una m¨¢s que aceptable fideoi. (Tarea para despu¨¦s de las vacaciones: tengo que mirar c¨®mo se dice cemento en extranjero).
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