El cetrero y su guada?a
RETRATOSRafael y Mambr¨² escrutan cada ma?ana las dos cabeceras de pista del Aeropuerto de Granada. Mambr¨² es una espectacular hembra de sacre blanco. Rafael, Fali, uno de los cinco maestros halconeros de la terminal. El objetivo de ambos: las bandadas de sisones, palomas y garcillas que ponen en peligro la seguridad de los aviones. "Casi nadie sabe que existimos, pero sin nosotros los aeropuertos ser¨ªan un caos", se?ala Fali. La cetrer¨ªa, la caza con aves de presa, es un arte ancestral puesto hoy al servicio de las m¨¢s modernas tecnolog¨ªas. Las colonias de p¨¢jaros que gustan de asentarse en las grandes y verdes explanadas de los aer¨®dromos suponen un serio peligro para las naves y sus pasajeros. "Pueden introducirse en las turbinas de los aviones en pleno vuelo y provocar una cat¨¢strofe". Durante d¨¦cadas, se utilizaron alarmas y escopetas de petardos para tratar de ahuyentarlas con escasos resultados. Fue en 1968 cuando F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente prob¨® la altaner¨ªa como m¨¦todo v¨¢lido de erradicaci¨®n de aves en aeropuertos. "Desde entonces, los espa?oles hemos sido pioneros en su implantaci¨®n, y hoy AENA tiene contratado este servicio en todos sus aeropuertos", explica Fali. Este granadino de 31 a?os se inici¨® en la cetrer¨ªa precisamente de la mano de los programas del maestro F¨¦lix. "Viendo el episodio Operaci¨®n zorro, con unos doce a?os, me promet¨ª que yo alg¨²n d¨ªa tambi¨¦n tendr¨ªa unos p¨¢jaros como aqu¨¦llos", recuerda. "Comenc¨¦, con un peque?o cern¨ªcalo, segu¨ª con un azor, luego tuve un halc¨®n y hace poco he hecho realidad mi sue?o de crianza en cautividad". Don Quijote, Pirata, Sad¨²n... son algunos de los nombres de las 14 aves de presa que vuelan en el aeropuerto granadino, la mayor¨ªa nacidas en el criadero de Fali. Son de diferentes razas, cada una con car¨¢cter y habilidades diferentes: "Mambr¨² es un sacre con malas pulgas, pero una excelente voladora. Tambi¨¦n tenemos halcones peregrinos, Harry Hawks, e h¨ªbridos como los gerifaltes". Diariamente, vuela, junto con sus compa?eros, ocho de estas aves en el Aeropuerto de Granada. "El halc¨®n es un superpredador. Est¨¢ en la c¨²spide de la pir¨¢mide ornit¨®faga", se?ala Fali. Los halcones pueden elevarse hasta 2.000 metros y alcanzar los 400 kil¨®metros por hora en un picado de caza. Sin embargo, en las pistas los vuelos son menos espectaculares. "No se trata de que maten a otras aves, sino de que las espanten con su simple presencia", matiza. Fali ha conseguido convertir su afici¨®n en su trabajo. "La cetrer¨ªa no es una profesi¨®n que se pueda aprender como una rutina. Hay que sentirla y disfrutarla para poder desempe?arla". Los halcones no son animales domesticables. No les gusta ser acariciados y s¨®lo obedecen al hombre tras meses de entrenamiento y acuciados por el hambre. "Mucha gente piensa que son como perritos amaestrados y preguntan c¨®mo conseguir uno. No saben que necesitan tantos cuidados como un beb¨¦". Para comprarlos es necesario superar ex¨¢menes de cetrero y la autorizaci¨®n de la Agencia de Medio Ambiente. Antes de levantar el vuelo, Mambr¨² mira arrogante a su alrededor. Sabe que su silueta, con forma de afilada guada?a, es la m¨¢s temida en el cielo. Ninguna ave osar¨¢ cruzar su territorio mientras ella planee sobre el aeropuerto.
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