Una tomadura de pelo
La plaza de toros de El Escorial es famosa en el mundo taurino por su falta de seriedad. Y esta vez volvi¨® a confirmar el t¨®pico. Unas veces han sido los toros, despitorrados y escandalosamente mochos. Algunas otras, los bailes de corrales. Y en una ocasi¨®n, por la falta de sobreros.Ayer estrenaron una nueva modalidad: la de tomar el pelo al p¨²blico retrasando la hora de empezar la corrida para seguir vendiendo entradas en taquilla.
Pasaba ya un cuarto de hora largo desde la hora anunciada y el palco presidencial estaba vac¨ªo. El p¨²blico segu¨ªa entrando, aturdido y despistado, equivocando el lugar de su asiento, porque los escasos acomodadores escurr¨ªan el bulto. Exige el reglamento que cuando se demore el inicio, se anuncie a los asistentes la causa del retraso. As¨ª se hizo, pero solo despu¨¦s de 20 minutos.
Carrascosa / Rinc¨®n, Rivera, Abell¨¢n
toros de Laurentino carrascosa, desiguales, flojos. 1?, inv¨¢lido. 6? con peligro. C¨¦sar Rinc¨®n: pinchazo y estocada corta delantera (silencio); dos pinchazos- aviso con mucho retraso- tres pinchazos y descabello. Le perdonaron el segundo aviso (aplausos y protestas al saludar). Rivera Ord¨®?ez: pinchazo, estocada ca¨ªda y descabello (oreja); tres pinchazos y estocada ( aplausos y tambi¨¦n pitos al saludar). Miguel Abell¨¢n: estocada tendida, rueda de peones y dos descabellos (dos orejas); dos pinchazos, media tendida y rueda de peones que tumba al toro (ovaci¨®n). Sali¨® a hombros.Plaza de El Escorial. 8 de agosto. Cerca del lleno
El motivo de la demora era el de que a¨²n faltaba p¨²blico por entrar, seg¨²n explicaron. El presidente sac¨® el pa?uelo a los 25 minutos de la hora prevista para el comienzo. Y durante toda la lidia del primer toro, todav¨ªa estaban muchos espectadores en el tendido cuatro buscando su asiento.
Luego, el presidente sigui¨® tomando el pelo al p¨²blico asistente a su manera. Envi¨® el primer aviso a C¨¦sar Rinc¨®n con m¨¢s de dos minutos de retraso. Y se permiti¨® retrasar tambi¨¦n el segundo.
Otro que tom¨® un poquito el pelo al respetable fue Rivera Ord¨®?ez. Con el quinto toro, el m¨¢s boyante del encierro, nos obsequi¨® con una faena ventajista donde las haya. La base de su labor fue el bonito n¨²mero del circular march¨¢ndose descaradamente al rabo.
Hubo tambi¨¦n pases por alto mirando al tendido, trapazos faltos de temple y uso y abuso del pico. Un espectador "exigente" le grit¨® que se cruzase un poquito. Pues, ni por esas.
Con el segundo toro obtuvo una orejita por una labor de escaso mando y mucho pico.
C¨¦sar Rinc¨®n tuvo poca suerte con su lote. No hubo faena en su primero, que no pod¨ªa andar de puro tullido.
En su segundo hizo una faena larga y pesada, seguramente porque sab¨ªa que en el palco no estaban por los avisos. Ni tore¨® ni se arrim¨®. S¨®lo cuando, a mitad del trasteo, se decidi¨® por acercarse y cargar la suerte, le arranc¨® tres soberbios derechazos. El toro, que era tardo y distra¨ªdo, habr¨ªa merecido otra lidia.
El gato al agua
Miguel Abell¨¢n se llev¨® el gato al agua en el tercero, el m¨¢s anovillado de la corrida. Inici¨® la faena con un ce?id¨ªsimo muletazo por la espalda, para torear despu¨¦s, quieto e imp¨¢vido, por estatuarios.Mand¨® much¨ªsimo en la segunda tanda con la mano derecha y templ¨® siempre, sobre todo por el pit¨®n izquierdo, por el que el bicho se quedaba m¨¢s corto. Con el que cerr¨® plaza lo intent¨® y tuvo que desistir, porque el astado se frenaba y buscaba con evidente peligro.
La empresa hab¨ªa rehecho muy bien un cartel que hab¨ªa quedado descompuesto con la ausencia de Jos¨¦ Tom¨¢s, al que un toro le ha partido en dos la pirindola. Despu¨¦s, hech¨® el borr¨®n de retrasar la hora del inicio para intentar llenar la plaza.
A pesar de ello, la plaza no se llen¨® del todo. Una pena y una oportunidad perdida para rehabilitar la historia de los esc¨¢ndalos de la plaza escurialense.
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